Enrique Moles y Ormella

La historia de las civilizaciones está escrita por las personas quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela humanidad, de una forma u otra,avance.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Enrique Moles y Ormella, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo fundamental para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Enrique Moles y Ormella, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Enrique Moles y Ormella, aquellas personas a quienes de un modo u otro Enrique Moles y Ormella influenció, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Enrique Moles y Ormella.

Vida y Biografía de Enrique Moles y Ormella

(Barcelona, 1883-1953) Químico y farmacéutico español. Realizó los estudios de farmacia en su localidad natal, donde se licenció en 1905, y un año después alcanzó el doctorado en Madrid. Pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios, continuó en Leipzig y Munich entre 1908 y 1910, fecha donde publicó su primer trabajo de investigación en colaboración con el instructor Karl Drucker. Al regresar a Madrid fue nombrado instructor ayudar de química inorgánica de la Facultad de Farmacia, cargo que ostentó hasta 1927 con ciertas intermitencias en su ejercicio. También por esta temporada inició unos tutoriales de química-física en el Laboratorio de Investigaciones Físicas de Madrid que resultaron de enorme trascendencia.

Una exclusiva beca le llevó a Zurich en 1912, y después a Ginebra, entre 1915 y 1917, donde trabajó con Philipe Guye y se familiarizó con los métodos fisicoquímicos para la determinación de los pesos atómicos. Sobre esta materia versó la proposición con la que alcanzó el doctorado en ciencias físicas por la Universidad de Ginebra, tras sobrepasar las adversidades administrativas que ello supuso. En la Escuela de Química de aquella facultad ejercitó como enseñante en 1916 y 1917, dando un curso sobre técnicas de precisión en el estudio de los gases.

Tras negar las proposiciones para ocupar las cátedras de química-física en las universidades de Baltimore, Munich y Zurich, Enrique Moles volvió a España, donde solo en 1927 accedería a la cátedra de química inorgánica de la Universidad de Madrid, y esto tras sobrepasar las oposiciones. Con anterioridad se había licenciado en ciencias fisicoquímicas en la Universidad de Barcelona en 1920, y de nuevo alcanzó el título de doctor en Madrid en exactamente el mismo año. En 1931 fue nombrado jefe de sección del Instituto de Física y Química, sitio en el que desde 1915 había efectuado una gran parte de su tarea estudiosa. Llevó sus ocupaciones enseñantes hasta Hispanoamérica, eminentemente en el año 1930, y también dio enseñanzas en Argentina, Uruguay y Cuba que le reportaron un justo prestigio.

Exiliado en Francia entre 1939 y 1941, Enrique Moles prestó sus servicios en el Collége de France de París, y los un par de años siguientes estuvo internado en prisiones españolas, donde impresionantemente continuó construyendo sus tareas, como lo prueban los trabajos publicados a lo largo de esos años en gacetas extranjeras. Moles había sido apartado de sus cargos y jamás fue rehabilitado, con lo que al irse de prisión debió usarse como asesor técnico en unos laboratorios privados, en los que no ha podido hacer sino más bien una investigación menor.

Las indagaciones que brindaron mayor prestigio a Enrique Moles y Ormella fueron las que se relacionan con la determinación de pesos atómicos. Según su estimación, solo el método de las densidades límites enunciado por Marcellin Berthelot era con la capacidad de fijar los pesos atómicos y moleculares sobre la base única de datos experimentales, sin el certamen de hipótesis auxiliares. La simplicidad teorética de este planteo es visible, pero la obtención práctica de datos así como temperatura, presión, pesos o compresibilidad supone muy graves adversidades en el momento en que se quieren órdenes de precisión muy rigurosos.

En esta materia sobresalió la investigación de Moles: puso próximo técnicas enormemente complejas para distintos fines, así como la desecación de los gases, la determinación de los factores de corrección a ingresar a consecuencia de la absorción de los gases por las paredes del vidrio, la corrección para la contracción del vidrio al trabajar en vacío, el empleo de filtros de vidrio prensado para la purificación de los gases y muchas otras técnicas. Moles aplicó sus entendimientos a la determinación del peso atómico de varios elementos, y los valores por él encontrados fueron incorporados frecuentemente a las tablas de todo el mundo.

Una prueba del nivel alcanzado en España en esta materia es que no existía en 1924 una tabla de masas atómicas actuales por la parte de la Comisión Internacional de los Elementos, y la Comisión Española emitió su informe, en el que se recogía la bibliografía en todo el mundo pertinente y las rectificaciónes proposiciones por los estudiosos firmantes. Entre estos, aparte de Moles, estaban Blas Cabrera, José Rodríguez Mourelo y Ángel del Campo. Como reconocimiento de su prestigio en todo el mundo, Moles fue nombrado en 1951 para ocupar el cargo de secretario de la Comisión Internacional de Pesos Atómicos de la Unión Internacional de Química.

Entre los estudios aplicados a otras materias podemos destacar los de magnetoquímica, completados en colaboración con Blas Cabrera, y los estudios sobre disolventes no aguados, tanto orgánicos como inorgánicos. También tuvieron resonancia los varios trabajos relativos a la aditividad de los volúmenes moleculares en compuestos inorgánicos en forma cristalina, en los que llegó a detallar la composición de los hidratos que después confirmaría Eugen W. Biltz.

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