La historia del mundo está contada por aquellos hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela sociedad, de una forma u otra,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que detentó Enrique Hertzog Garaizábal en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Enrique Hertzog Garaizábal, sino que a caso produjo una señal mucho más vasta de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Enrique Hertzog Garaizábal en persona.Enrique Hertzog Garaizábal ha sido una de esas personas que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Enrique Hertzog Garaizábal, cautivan nuestra atención, deben servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Enrique Hertzog Garaizábal, el motivo por el cual Enrique Hertzog Garaizábal vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(La Paz, 1897 - Buenos Aires, 1980) Político boliviano. En 1915 acabó sus estudios secundarios en el Colegio San Calixto y continuó Medicina en la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, donde se graduó como médico cirujano en 1925. Coincidiendo con un programa de especialización en su profesión en París, el presidente de la república Hernando Siles lo designó cónsul de Bolivia en esa localidad.
En 1930, el líder del Partido Republicano Genuino y candidato a la presidencia Daniel Salamanca lo invitó a ser parte de su partido; este suceso cambió el sendero de su historia. En 1931 Hertzog desempeñaba su primer cargo público como Prefecto y Comandante General del Departamento de La Paz. A principios de abril de 1932, el presidente Salamanca lo nombró ministro de Gobierno, después de Fomento y después, interinamente, de Guerra. Como tal, le tocó accionar en los primeros enfrentamientos lindantes que llevaron a la Guerra del Chaco, el conflicto armado con Paraguay.
Como consecuencia del derrocamiento de Salamanca, Hertzog renunció a sus funcionalidades oficiales en la sede de gobierno y solicitó ser incorporado en el frente de operaciones de guerra. Fue designado como cirujano del Regimiento "Pérez 3" de Infantería. En 1936 firmó un manifiesto defendiendo los actos de Salamanca en la Guerra del Chaco con los que los militares no estaban en concordancia, con lo que su destitución fue instantánea, tal como su confinamiento por intrigas políticas en las distanciadas ciudades tropicales de Trinidad y Pelechuco. Pasada la confusión política y merced a los sacrificios de su mujer y su madre, recobró su independencia tras proponer un habeas corpus. Luego se dedicó a ejercer la Medicina.
A lo largo del gobierno de Peñaranda (1940-43) volvió a ejercer funcionalidades públicas desempeñando el cargo de ministro de Trabajo y Previsión Popular. A mediados de 1944, en la mitad de una fuerte crisis, aceptó la jefatura del Partido Republicano Genuino. En 1947 se presentó a las selecciones de presidentes, en coalición con Urriolagoitia representando a los partidos Republicano Socialista, Republicano Genuino y Socialista. Ese año se posesionó como Presidente de Bolivia.
Ejercitó el cargo solo un par de años, puesto que adujo para retirarse su especial estado de salud. Orientó su administración al avance de enormes compañías. Tropezó con una enorme crisis económica que causó un desarrollo inflacionario progresivo, que afectó en enormes des el poder de compra de los sueldos y obstaculizó el logro de los objetivos económicos y de confort popular. Su gobierno procuró estrechar relaciones con distintas países, acreditando representantes diplomáticos frente ellos. Entre 1950 y 1952 fue embajador en España. La revolución de abril de 1952 lo llevó al exilio en Buenos Aires, tras lo que se retiró de la vida política.
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Está claro que llegar a comprender a Enrique Hertzog Garaizábal es algo que está reservado a escasas personas, y que pretender recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Enrique Hertzog Garaizábal es una suerte de enigmaque con toda probabilidad logremos rehacer si contribuimos todos a la vez.
Por ese motivo, si eres de las personas que confían en que de modo colaborativo se puede elaborar algo mejor, y detentas información en relación con la existencia de Enrique Hertzog Garaizábal, o en relación con algún elemento de su persona u creación que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de alguien como Enrique Hertzog Garaizábal, que detentó su significación en una época concreta, es imprescindible tratar de ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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