Emilio Pérez Touriño

La historia de la civilización la escriben aquellas mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de una forma u otra,prospere.

Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo parte de la actuación. Emilio Pérez Touriño es uno de esos sujetos cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Emilio Pérez Touriño es conocer más sobre etapa determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que detentó Emilio Pérez Touriño en la historia. Cómo vivió y lo que hizo mientras estuvo en este mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a Emilio Pérez Touriño, sino que posiblemente produjo una huella mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Emilio Pérez Touriño de modo personal.Emilio Pérez Touriño fue un ser humano que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Emilio Pérez Touriño

(A Coruña, 1948) Político español que fue presidente de la Xunta de Galicia desde 2005 hasta 2009. Con un programa basado en el señuelo del cambio moderado para terminar con la hegemonía del Partido Popular (PP), el líder del Partido Socialista de Galicia (PSdeG-PSOE) consiguió los más destacados desenlaces electorales en los últimos veinte años y negoció un convenio de gobierno con el Bloque Nacionalista Galego (BNG), lo que dejó su decisión como presidente de la Xunta el 29 de julio de 2005 por el nuevo Parlamento autonómico reunido en Santiago de Compostela.

Emilio Pérez Touriño nació en A Coruña el 9 de agosto de 1948, en el seno de una familia de clase media. Estudió economía en la Universidad de Santiago de Compostela, en los años de sobra alta politización, con el telón de fondo de la revuelta académico europea de 1968, y allí empezó asimismo su andadura política como señalado componente del Partido Comunista Gallego. Su vocación política brotó en la mitad de las peleas estudiantiles en el ocaso de la dictadura de Francisco Franco. Amplió sus estudios en el Instituto de Investigación y Planificación del Desarrollo de la Universidad de Grenoble, Francia, donde se especializó en cuestiones de avance regional y economía agraria.

Tras conseguir el doctorado, fue instructor ayudante y después titular de la Facultad de Económicas de la Universidad de Santiago de Compostela (1973-1985), donde tuvo como compañero de departamento a Xosé Manuel Beiras. Llegó a ser vicerrector de Asuntos Económicos, pero sin descuidarse de la política, en tanto que participó en el desarrollo de elaboración del Estatuto de Autonomía de Galicia y los llamados “acuerdos del Hostal” (septiembre de 1979) que lo favorecieron en 1980, más allá de que su biografía oficial no da datos sobre esas ocupaciones o la fuerza política a la que representaba entonces.

En 1985 dio el salto a la política nacional como jefe del gabinete y subsecretario del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones, en el momento en que era titular su paisano, amigo y correligionario Abel Caballero, lo que entrañó su afiliación al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Felipe González, presidente del Gobierno de España desde 1982. Luego ocupó la Secretaría de Estado de Infraestructuras con José Borrell como ministro de Obras Públicas y Transporte y Medio Ambiente (1991-1996), bajo cuyo orden se acabó la autopista del Atlántico (El Ferrol-Tuy) y se ejecutaron medianamente ámbas autovías que unieron Galicia con la meseta castellana. Acusado por Luis Roldán, ex- directivo general de la Guardia Civil, de haber participado en el cobro de comisiones ilegales por las proyectos del AVE Madrid-Sevilla, llegó a ser judicialmente inculpado en 1996, pero la acusación se sobreseyó por carecer de pruebas.

Su capacitación técnica, los cargos ocupados en la Administración central y el poco énfasis que daba a las cuestiones ideológicas, aun en las campañas electorales, le valieron habitualmente la reputación de tecnócrata indiferente al nacionalismo gallego, si bien el pacto con los nacionalistas del BNG le aconsejó matizar su alegato en el lote resbaladizo de las identidades y los símbolos. Regresó a Galicia en 1995 y fue de nuevo instructor en la Universidad de Santiago. Tras el fracaso de la candidatura de Abel Caballero en las selecciones autonómicas de 1997, en las que el PSdeG consiguió sus peores desenlaces y devino la tercera fuerza política, Pérez Touriño entró por vez primera en el parlamento gallego. Al año siguiente, en un congreso festejado en Ourense, fue escogido secretario general socialista en substitución de Francisco Vázquez, pero con un partido poderosamente dividido, con lo que solo consiguió el 61,5 % de los votos de los encargados.

En julio de 2000 entró como vocal en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE constituida cerca de José Luis Rodríguez Zapatero como nuevo secretario general. En 2001 presentó por vez primera su candidatura a la presidencia de la Xunta de Galicia, pero perdió las selecciones autonómicas, si bien mejoró los desenlaces de consultas precedentes al conseguir diecisiete escaños, 2 mucho más que en 1997, empatado con el BNG de Xosé Manuel Beiras, al que no ha podido quitar, no obstante, la condición de segunda fuerza mucho más votada. No obstante, Pérez Touriño afianzó su liderazgo apoyado en el incremento del voto socialista en las ubicaciones urbanas.

En las selecciones del 19 de junio de 2005, con un Manuel Fraga en franca caída física y desgastado por prácticamente dieciséis años de gobierno, el candidato socialista encarnó “el cambio relajado”, rechazó una campaña combativa y se decantó por un lema electoral bastante neutro, “Móvome”, sin aclarar hacia dónde. Desde el primer instante manifestó su intención de lograr un pacto de gobierno con el BNG, pero dejando bien sentado que en ningún caso remedaría la situación de Cataluña ni rompería la cohesión nacional.

El PSdeG mejoró substancialmente sus desenlaces, ya que pasó de 17 a 25 escaños (del 21,8 % al 33,2 % de los votos), que con los 13 logrados por el BNG (18,7 %) sumaron 38, uno mucho más que los logrados por Manuel Fraga y el PP (45,2 % de los votos), en las selecciones mucho más reñidas en la crónica de Galicia, con una participación récord del 64,2 % del censo. No obstante, frente a lo configurado del escrutinio, hubo que aguardar una semana (hasta el recuento total del voto de los emigrantes, que no alteró el resultado) a fin de que el aspirante socialista fuera proclamado gobernante del país elegido de la Xunta.

La negociación de Pérez Touriño con el presidente del BNG, Anxo Quintana, fue parcialmente simple, más allá de las disconformidades sobre la reforma del Estatuto de Autonomía y la definición de Galicia como nación. “La reforma va a estar en el contexto de la Constitución, que nos protege y nos resguarda, y procurará un extenso consenso”, repitió el líder socialista. En cualquier situación, la reforma del Estatuto es inviable sin el certamen del PP, en tanto que pide una mayoría de 2 tercios en el Parlamento autonómico. El pacto de gobierno entre las dos formaciones quedó por último gobernado por la revitalización de la economía y la consiguiente optimización del empleo.

Sin sorpresa, Emilio Pérez Touriño fue ungido por el Parlamento gallego como presidente de la Xunta con los 38 votos del PSdeG y del BNG, en frente de los 37 del PP, que votaron en contra, en una sesión conmemorada el 29 de julio. En su alegato de investidura, apuntó que su Gobierno se plantearía “la restauración de los valores civiles” y el diálogo incesante con la oposición, pero que no se inspiraría en la llamada vía catalana. En su primer alegato, abogó por “la cohesión y la variedad” y recordó las expresiones del galleguista Díaz Pardo, “la unidad y el consenso, la intención de unión de Galicia”, como propósito último de su acción política.

Prometió “solvencia desde el diálogo” en el gobierno, y aseguró que “por los pies en el suelo jamás las minorías alterarán ni romperán las reglas de juego” establecidas por la mayor parte. Por lo relacionado al contenido y los límites del futuro Estatuto de Autonomía, recordó que el partido tenía aprobadas unas bases en las que se reconocía a Galicia “como nación”, pero el jefe de la oposición, Manuel Fraga, le contestó en el enfrentamiento de investidura que esa intención chocaba frontalmente con el producto segundo de la Constitución de españa.

Tras la firma de su ascenso por el rey Juan Carlos I, Pérez Touriño tomó posesión del cargo el 2 de agosto de 2005, en una liturgia conmemorada en la plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, sin los gaiteros que citaba Fraga, y formó un Gobierno de coalición de catorce integrantes (nueve socialistas y cinco nacionalistas), con Anxo Quintana (BNG) como vicepresidente de la Xunta. Desde 1972 Pérez Touriño está casado con la pontevedresa María Esther Cid Cadavid, profesora de enseñanza principal, que le dio 2 hijos, David y Andrea; el primero, asimismo economista, trabajaba en el Servicio de Estudios del Banco de España, en Madrid, y le había dado ahora su primer nieto.

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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Emilio Pérez Touriño, que poseyó su significación en un momento concreto de la historia, es vital intentar brindar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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