Elio Antonio de Nebrija

La historia del mundo la escriben las personas quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela sociedad, de una forma u otra,avance.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que detentó Elio Antonio de Nebrija en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Elio Antonio de Nebrija, sino que tal vez legó una señal mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Elio Antonio de Nebrija de modo personal.Elio Antonio de Nebrija fue una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Elio Antonio de Nebrija, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo fundamental para que podamos apreciar no sólo la existencia de Elio Antonio de Nebrija, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Elio Antonio de Nebrija, personas a quienes de de una u otra forma Elio Antonio de Nebrija influenció, y sin duda, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Elio Antonio de Nebrija.

Las biografías y las vidas de personas que, como Elio Antonio de Nebrija, atraen nuestro interés, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Elio Antonio de Nebrija, el motivo por el cual Elio Antonio de Nebrija vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Elio Antonio de Nebrija

(Antonio Martínez de Cala; Lebrija, de hoy España, 1441 - Alcalá de Henares, id., 1522) Humanista y gramático español creador de la Gramática castellana (1492), primera gramática de una lengua vulgar. Tomó el nombre de su localidad natal (transcrito la mayoria de las veces en la manera Nebrija) en lugar de su patronímico Martínez de Cala y también Hinojosa. Cursó estudios en Salamanca, y a los diecinueve años marchó a Italia. En Bolonia mejoró su capacitación humanística a lo largo de diez años.

En 1470 regresó a España y se instaló en Sevilla, donde entró al servicio del arzobispo Alonso de Fonseca. Posteriormente ejercitó como instructor de gramática y oratoria en las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares. Se casó con Isabel de Solís, de quien tuvo siete hijos, y radicó asimismo en Extremadura a lo largo de cierto tiempo; fue allí donde redactó sus proyectos mucho más esenciales, en las que abordó eminentemente cuestiones de carácter gramatical.

Ciertas de ellas son el Vocabularium, que entiende 2 volúmenes de diccionarios hispano-latinos superiores a todo cuanto existía en su tiempo en esta materia, y la primera gramática impresa de una lengua vulgar: la Gramática de la lengua castellana (1492), encargada de la reina Isabel la Católica, y por la que se le considera una figura clave en el avance del humanismo español. También escribió las Reglas de la ortografía castellana en 1512. El cardenal Cisneros le encargó en 1502 la revisión de los contenidos escritos helenos y latinos de la Biblia Políglota Complutense.

Antonio de Nebrija compuso además de esto proyectos de teología, como las Quincuagenas; de derecho, como el Lexicon juris civilis; de arqueología, como las Antigüedades de España; de pedagogía, como el tratado De liberis educandis; de historia, de oratoria, etcétera. Por su profundo conocimiento de las lenguas tradicionales y del hebreo, por su sentido científico y aun político del idioma español, por su tarea de profesor, más que nada desde su cátedra de Salamanca, por "su vasta ciencia, robusto comprensión y vigorosa virtud asimiladora", tal como por su ardor de propagandista, Nebrija fue, según Menéndez Pelayo, la mucho más refulgente personificación literaria de la España de los Reyes Católicos.

La Gramática castellana

En 1492, en feliz coincidencia con la culminación de la Reconquista y el hallazgo de América, vio la luz en Salamanca la Gramática castellana de Antonio de Nebrija. La obra se constituye de cinco libros: el primero se encarga de la ortografía, y se distribuye en diez episodios; el segundo, de la prosodia y de la sílaba, en otros muchos episodios; el tercero, de la etimología y dicción, con diecisiete episodios; el cuarto, de la sintaxis y el orden de las unas partes de la oración, en siete episodios; y el quinto, de las "introducciones de la lengua castellana para los que de extraña lengua desearán estudiar".

Antecede a la Gramática un prólogo muy popular (ciertas de sus oraciones son muchas veces recordadas) dirigido a la Reina Católica, doña Isabel de Castilla. En las páginas del prólogo muestra el creador sus propósitos. Uno de ellos, que pudiésemos llamar técnico, es entablar las reglas que al ofrecer fijeza a la lengua vulgar aseguren su perpetuidad. Otro, de matiz humanista, es hacer más simple la educación del latín partiendo del romance. Y un tercero, de alcance político, refleja la ensaltación nacional de esos instantes que sucedieron a la rendición de Granada. El presentimiento de Nebrija al deducir la lengua como compañera del imperio iba a tener magnífica confirmación con el hallazgo del conjunto de naciones americano, prácticamente coetáneo de la aparición de su obra, que queda de esta manera ubicada entre 2 hechos históricos de tanta trascendencia. Pero asimismo puede inferirse que el creador pensaba en la difusión del español en las lindes peninsulares y de europa, al expresar su anhelo de que sea aprendido por los vizcaínos y navarros, los franceses y los italianos.

La Gramática de Antonio de Nebrija es la primera encargada de una lengua vulgar, y son siguientes a ella intentos equivalentes llevados a cabo en italiano y en francés, como por otra parte es interminablemente mayor a los elementales tratados, hechos con intención didáctica, para la enseñanza de la lengua francesa en el siglo XIII. Nebrija une a sus entendimientos humanísticos la clarividencia con que enfocó algunos inconvenientes historicolingüísticos, si bien su término de la gramática sea predominantemente normativo. El modelo en ocasiones bastante presente de la gramática de las lenguas tradicionales (especialmente de la latina) le ordena a admitir y ordenar no pocos de sus principios e inclusive de su terminología, lo que es ineludible en quien empieza una labor novedosa.

Pero hay en ella evidentes aciertos, alguno de ellos válido todavía. Rafael Lapesa apunta, entre ellos, el de linkear el estudio de la gramática con el de la métrica y las figuras oratorias, como entreviendo la singular trabazón entre el lenguaje y la creación literaria. Amado Alonso le adjudica el mérito positivo de sus especificaciones fonéticas, fundando una especialidad que el día de hoy sostiene aún exactamente las mismas bases que Nebrija sentó.

A inicios del siglo XVII la obra fue refundida por el P. Juan Luis de la Cerda, con el título de Arte de Nebrija, y de esta forma circuló hasta temporada reciente. Al mediar el siglo XVIII apareció una edición contrahecha del conde de Saceda. En 1893 el conde de la Viñaza reprodujo una gran parte del artículo en su Biblioteca histórica de la Filología de españa, y por año siguiente Menéndez Pelayo reprodujo el libro II en su Antología de versistas líricos. En 1909 apareció la edición fototípica que reproduce la de 1492, adecuada a Walberg, quien usó exactamente el ejemplar que perteneció a Hernando Colón, y que el día de hoy se almacena en la Biblioteca Colombina de Sevilla. En 1926 publicó en Oxford una cautelosa edición el instructor I. González-Llubera, y en 1946 apareció en Madrid una edición crítica, seguida de la reproducción facsímil del incunable salamanqués, de la que son autores Galindo Romeo y Ortiz Muñoz.

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Por eso, si eres de esas personas que creen en que de forma colaborativa se puede hacer algo mejor, y conservas información sobre la existencia de Elio Antonio de Nebrija, o acerca de algún faceta de su personalidad u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente fundamentales, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Elio Antonio de Nebrija, que tuvo su trascendencia en un momento concreto de la historia, es indispensable procurar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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