Elie Faure

La historia de las civilizaciones la narran aquellas mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela sociedad, de una forma u otra,progrese.

Apreciar las luces y las sombras de las personas significativas como Elie Faure, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa sustancial para que podamos valorar no sólo la vida de Elie Faure, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Elie Faure, personas a quienes de de una u otra forma Elie Faure influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Elie Faure.

Las biografías y las vidas de personas que, como Elie Faure, atraen nuestra curiosidad, deben servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Elie Faure, porqué Elie Faure vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Elie Faure

(Sainte-Foy-la-Grande, 1873 - París, 1937) Historiador del arte francés. Su aproximación culturalista al hecho artístico está expuesta en sus 2 proyectos mucho más representativas: Historia del arte (1909-1921) y El espíritu de las formas (1927). Es creador, además de esto, de Los constructores (1914) y de Otras tierras a la visión (1923).

Pertenecía por línea materna a la conocida familia de Reclus, y estudió medicina, profesión que ejercitó simultáneamente a sus trabajos literarios. Desde su juventud, no obstante, frecuentó las salas del Louvre y se relacionó con artistas como Auguste Rodin y Claude Monet. Se comprometió intensamente con la situacion Dreyfus, lo que marcó un jalón en su trayectoria literaria; desde entonces sus críticas de arte se han publicado en distintos periódicos, y adjuntado con las charlas que pronunció en la Universidad Popular formó la base de su Historia del Arte, cuyo primer volumen fue anunciado en 1909.

Ajeno de sus críticas políticas, Elie Faure estuvo influido por Nietzsche y Georges Sorel; y exactamente a ellos, al lado de Lamarck, Dostoievski y Cézanne, encomia de manera visible en Los constructores (1914), obra de enorme consistencia, rica en novedosas visiones sobre Dostoievski particularmente. Durante la Primera Guerra Mundial Faure sirvió en el frente como médico militar, y en 1917 publicó Sainte-Face, de los mejores libros de guerra de la temporada.

De sus proyectos siguientes se destaca El espíritu de las formas (1927), redactada en conclusión teorética a su Historia del arte, de la que forma el quinto volumen. El espíritu de las formas es una suerte de síntesis de las ocupaciones artísticas de la raza humana; el creador jamás considera las proyectos desde un criterio académico, sino toma de ellas materia o motivo para pensar sobre la unidad profunda del cosmos, de los hombres y de su arte. Este término lo expresa a través de la ley de la "analogía universal": lo que hay en el hombre se semeja a eso que hay en el planeta. Por lo tanto, para entender es requisito remontarse siempre y en todo momento a la fuente, y la entendimiento se identifica con el cariño.

La segunda ley es la de la "alternancia universal", que vincula a los enormes movimientos artísticos las variantes en la relación entre el sujeto y la sociedad. En los periodos áureos de la arquitectura, el anonimato es regla y el hombre no se distingue de la masa. Después, conforme el sujeto surge de los conjuntos sociales, la escultura sale de la piedra de las edificaciones para bajar a los jardines y a las plazas públicas. Y al final, la pintura, que no es anónima, consagra el triunfo de cada uno de ellos. En este punto empieza la caída, a lo largo de la que los artistas gastan sus sacrificios en elementos sin excelencia. Luego, se reinicia el período: regresa a conseguir relevancia el conjunto popular, regresa el primado de la arquitectura.

Faure se encarga de la obra de arte con relación a su artífice. La obra expresa el drama del constructor, que duda entre el estado del "dios raro" y el del "alma capaz", o sea, entre la embriaguez mística y el frío razonamiento. Pero no hay oportunidad de decisión; la realidad está en el vértice del movimiento en el que ámbas tendencias se suplantan perpetuamente. El artista admite las pasiones, las ordena y, a través de la obra que las expresa, ordena asimismo las pasiones de la multitud. La obra es, ya que, vigorosa y con la capacidad de "hacer". Esta es la tercera ley de Faure. El arte y el hombre, nacidos de la pasión, no son concebibles sin la máxima independencia, y el constructor no puede sostenerse a ninguna ley. El arte es el juego en que el hombre inventa y destroza sin reposo los propios símbolos para burlar a la desaparición, tal como el planeta es un juego divino. De la vida del artista no cabe aguardar mucho más que la vida misma, y su recompensa está en el ejercicio de la vida y de la obra, y, al fin, en la desaparición.

El misterio del arte es, ya que, el misterio del hombre y de su variedad: "En el momento en que habéis comprendido los movimientos profundos de una inclinación opuesta a la vuestra... experimentáis por ella una extraña inocencia que proviene de admitir en ella vuestras mismas inquietudes, nuestros mismos enfrentamientos". En este pensamiento está la formulación de un prominente ideal de cultura humanista, que hace de El espíritu de las formas no solo un ensayo de estética (en relación tal hipotético y discutible), sino más bien una introducción al arte de vivir: si no les resulta dado a todos el ser escultor o poeta, por lo menos le resulta viable a cada uno de ellos llevar a cabo de su vida una obra poco a poco más especial, esto es, "multiplicar nuestro furor de vivir".

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Está claro que llegar a comprender a Elie Faure es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que pretender recomponer quién y cómo fue la vida de Elie Faure es una especie de puzzleque con bastante probabilidad lleguemos a reconstruir si colaboramos todos juntos.

Por ese motivo, si eres del tipo de personas que confían en que de forma colaborativa existen posibilidades de elaborar algo mejor, y conservas información acerca de la vida de Elie Faure, o acerca de algún particularidad de su persona u obra que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Elie Faure, que tuvo su trascendencia en una época determinada, es imprescindible tratar de mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué sabes con respecto a Elie Faure. Estaremos muy contentos de perfilar esta biografía con más información.