La historia universal la cuentan aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel género humano, de un modo u otro,prospere.
Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como El Gallo, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que podamos poner en valor no sólo la vida de El Gallo, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por El Gallo, personas a quienes de de una forma u otra El Gallo influenció, y desde luego, entender y comprender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió El Gallo.
Vida y Biografía de El Gallo
(Alias de Rafael Gómez Ortega; Madrid, 1882 - Sevilla, 1960) Torero español. Hermano de Joselito y también hijo mayor de Fernando Gómez García "El Gallo", heredó de su severo progenitor no solo la afición a los toros y el alias que habría de hacerle universalmente popular, sino más bien asimismo el persistente estado de irregularidad que marcó todas y cada una de las fases de su magnífica carrera.
Tras una dispar andadura como novillero, el 28 de septiembre de 1902 tomó la opción alternativa en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Fue su padrino Emilio Torres Reina, "Bomba", quien, en presencia de su hijo Ricardo, le cedió un toro de la vacada de don Carlos Otaolaurruchi. Marchó a México en el invierno de aquel mismo año, y regresó para torear treinta y tres corridas a lo largo de la temporada de 1903.
No obstante, no confirmó en Madrid su opción alternativa hasta el 20 de marzo de 1904, en el momento en que Rafael Molina Martínez, "Lagartijo Chaval" le cedió un astado del Duque de Veragua. A partir de entonces, "El Gallo" empezó a marcar su especial "guadiana" taurino, en el que alternó magníficos asomos de su caudal torero con extendidos recorridos en los que su arte yacía enterrado. A finales de la temporada de 1907, tras haber cosechado un sonoro éxito en varias actuaciones en la ciudad más importante, firmó varios contratos para el año siguiente. Una vez cumplidos, volvió a los ruedos mexicanos,.
Enfermo a lo largo de la temporada de 1909, inició desde 1910 una racha que le dejó torear varias corridas en el transcurso de las campañas siguientes. En 1911 protagonizó entre los lances mucho más comentados en su azarosa vida: contrajo nupcias con Pastora Imperio, de la que se apartó tras un tiempo reducido, sin llegar a especificar las causas de una separación que despertó enorme interés entre sus contemporáneos.
Puesta su popularidad en la cima de la gloria torera, a lo largo del mes de mayo de 1912 logró tres paseíllos en el chisme madrileño: en la primera ocasión, el día 2, pasó inadvertido; en la segunda, el 15, interpretó una de sus peores imposturas del toreo; pero en la última, el día 15, en frente de la animadversión de quienes le recriminaban el petardazo que pegase tres días antes, dio un soberbio recital de lidia que, desde el capote a la espada, pasando por las banderillas y la muleta, levantó los lamentos de toda la concurrencia.
Y sucede que, en el momento en que deseaba (o en el momento en que podía), "El Gallo" era un torero terminado, al tiempo poderoso y artista, y enorme conocedor de todas y cada una de las suertes de la Tauromaquia. Supo realizar tan bien como el más destacable los mucho más diversos lances de cubierta, entre aquéllos que es obligado poner énfasis sus largas afaroladas, sus revoleras y sus serpentinas (suerte que ciertos investigadores del toreo atribuyen a su invención). Con los rehiletes en las manos, se retardaba en elaborar con felicidad y torería el instante del embroque (por ejemplo, en el momento en que ponía las banderillas al trapecio, otra suerte construída por "El Gallo", consistente en correr al acercamiento con el toro portando los palitroques unidos y cruzados, tal y como si formasen la barra del trapecio al que se aferran los equilibristas).
Supo, además de esto, matar con limpieza y efectividad a volapié y recibiendo, si bien para verle realizar con habilidad la fortuna suprema fuera menester haberlo visto frecuentemente vestido de torero, puesto que sus insignes espantás acrecentaban su miedo conforme se iba aproximando el instante de la realidad. No faltaban, entre sus lícitos incondicionales, quienes aseveraban que estas escapadas despavoridas (que le llevaron, en no escasas oportunidades, a arrojarse de cabeza al callejón) hundían su origen en el especial conocimiento que Rafael tenía de los toros, puesto que -afirmaban- era con la capacidad de ver el riesgo antes que el resto de sus compañeros de letrero.
Rafael, que continuó en activo hasta el momento en que la Guerra Civil interrumpió su zigzagueante carrera (con la excepción de una anecdótica retirada provisional entre las temporadas de 1918 y 1919), solamente padeció percances de destacable gravedad, a eso que sin ningún género de dudas contribuyó dado que nunca mostrara pudor en el momento de dejarse un toro vivo. Además de en España y en México, triunfó en Perú, Bolivia, Ecuador, Uruguay y también, aun, en un país tan poco aficionado a los toros como lo es Argentina.
El 4 de octubre de 1936 logró, en la arena de la Ciudad Condal, su último paseíllo como torero de toros, si bien tras la Guerra Civil participó en ciertos festivales.
La mayor virtud de Rafael radica en haber conocido conjugar en un mismo sujeto los más destacados datos profesionales del toreo tradicional con los mucho más francos raptos sentimentales del toreo romántico, reuniendo la pureza del clasicismo con los arranques raciales y sentimentales propios de los espadas decimonónicos. Sólo de esta manera puede detallarse que el escándalo de sus tan aguardadas como repetidas espantás tuviese bula entre una afición tan severa -y, en cuanto al resto, magníficamente colmada por otros espadas actualmente- como la que llenó los cosos a lo largo del primer tercio del siglo XX.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de un ser como El Gallo, que detentó su relevancia en una época concreta, es indispensable procurar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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