Las biografías y las vidas de personas que, como Edwin Howard Armstrong, atraen nuestra curiosidad, tienen que valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Edwin Howard Armstrong, el motivo por qué Edwin Howard Armstrong vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Novedosa York, 1890-1954) Ingeniero electricista y también inventor estadounidense, popular por sus esenciales aportaciones al avance de la radio. Ingresó en la Universidad de Columbia tras su graduación, en exactamente el mismo año en que Lee de Forest terminaba de inventar el triodo (audión era el nombre original). Edwin Armstrong estudió esmeradamente todas y cada una de las especificaciones eléctricas del nuevo ingrediente electrónico y diseñó múltiples receptores que empleaban este tubo de vacío.
En otoño de 1912, entre los receptores construidos por Armstrong manifestó una gran aptitud de amplificación y selectividad, gracias a una realimentación que había introducido en el circuito. Armstrong lo llamó receptor superregenerativo. Este género de receptor superó a todos y cada uno de los populares hasta la aparición del superheterodino. Aunque la red social científica reconoció instantaneamente los éxitos de Armstrong, las varias patentes que había efectuado Lee de Forest le impidieron registrar varios de sus inventos, lo que no impidió que recibiera la medalla de oro del Instituto de Radio Ingenieros y la medalla Franklin (el máximo galardón estadounidense al mérito científico) por la invención del circuito regenerativo.
A lo largo de la Primera Guerra Mundial, Edwin Armstrong estuvo en los laboratorios de la U.S. Army Signal Corps, en París, donde desarrolló el receptor superheterodino, diseño en el que se fundamentan el 99% de los receptores de radio y de televisión de todo el planeta hoy en día. Este receptor formó la parte básica que dejó la extensión de la radiodifusión a todos y cada uno de los campos, puesto que era considerablemente más sensible, robusto, permanente y selectivo.
Tras la guerra, vendió sus patentes a ciertas compañías en lugar de acciones y volvió a la Universidad de Columbia, donde trabajaría como asistente del ilustre físico Michael Pupin. A partir de los años 20, la expansión de la radiodifusión logró millonario a Armstrong de un día para otro, si bien no abandonó su trabajo en la facultad, donde procuraba resoluciones para el estruendos estático y las interferencias de las emisiones de radio.
En 1933, Edwin Armstrong patentó un revolucionario sistema de transmisión y recepción apoyado en la modulación de continuidad que precisaba equipos de diseño distinto al clásico. El mayor inconveniente que presentaba aquella técnica, de hecho, era su absoluta incompatibilidad con las radios ahora establecidas, con lo que su iniciativa no tuvo la aceptación que aguardaba. Para probar su sistema, Armstrong invirtió mucho más de 300.000 dólares estadounidenses de la temporada en crear una emisora totalmente novedosa y receptores. La Segunda Guerra Mundial requirió nuevamente que Armstrong fuera solicitado para trabajar para el ejército, lo que retrasó la puesta en marcha de su emprendimiento.
Tras la guerra, en el momento en que la continuidad modulada (FM) empezaba a capturar seguidores, Armstrong se vio nuevamente envuelto en inacabables litigios sobre sus patentes. A pesar de los problemas que tuvo en sus principios y de no ver coronado su esfuerzo antes de fallecer, hoy en día la FM se hizo tan habitual como los otros sistemas de radiodifusión merced a sus esenciales novedades de calidad.
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