Eduardo Frei Montalva

La historia de las civilizaciones la escriben aquellas personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela sociedad, de una forma u otra,progrese.

Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como Eduardo Frei Montalva, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Eduardo Frei Montalva, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Eduardo Frei Montalva, gentes a quienes de de una u otra forma Eduardo Frei Montalva influyó, y sin duda, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Eduardo Frei Montalva.

Las biografías y las vidas de personas que, como Eduardo Frei Montalva, cautivan nuestra curiosidad, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Eduardo Frei Montalva, porqué Eduardo Frei Montalva vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Eduardo Frei Montalva

(Santiago, 1911 - id., 1982) Político chileno que fue presidente de la República entre 1964 y 1970. Durante su presidencia, Frei inició profundas reformas en la sociedad chilena: impulsó la reforma agraria y renegoció el control de las explotaciones del cobre con las compañías norteamericanas. Sin embargo, perdió próximamente apoyos entre los campos empresariales por su intervencionismo económico y, entre las clases populares, por los inconvenientes derivados de la inflación.

Eduardo Frei efectuó sus estudios en el Seminario y después en el Instituto de Humanidades, para entrar enseguida en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde recibió el título de letrado en 1933. Esta facultad lo distinguió con el Gran Premio de Honor, en razón de su condición de alumno refulgente y de su señalado desempeño universitario. En sus años de estudiante fue dirigente de la Asociación Nacional de Estudiantes Católicos, representando a Chile en el Congreso de Pax Romana que se festejó en Roma y en el que se formó la Confederación Iberoamericana de Estudiantes Universitarios, de la que resultó escogido secretario general.

Terminada su historia universitaria tomó la resolución de accionar en política, para lo que optó por entrar en el Partido Conservador, con el que coincidía por su fuerte proximidad a la Iglesia católica. Entre 1935 y 1937 se desempeñó como directivo del períodico El Tarapacá, que se editaba en Iquique. A su regreso a Santiago se dedicó absolutamente a la política, organizando la Falange Nacional (en el Partido Conservador), y al ejercicio de su profesión de manera sin dependencia, aparte de dictar clases en la Universidad Católica.

En 1938 la Falange Nacional rompió con el partido que le sirvió de cuna y surgió como partido sin dependencia. Fue encabezado por Frei en 1941, 1943 y 1945. Durante este tiempo se dedicó a redactar ensayos políticos que reflejaban sus ideas en materia popular (Aún es tiempo y La política y el espíritu). Durante el gobierno de Juan Antonio Ríos fue nombrado ministro de Vías y Obras Públicas, cargo al que renunció diez meses después como queja por estimar que se había hecho un empleo elevado de la fuerza para reprimir una manifestación de la oposición.

Fue escogido senador por Atacama y Coquimbo en 1949, en representación de la Falange Nacional. En 1957 esta capacitación se fusionó con el Partido Conservador Social Cristiano, formando el Partido Demócrata Cristiano, en representación del que Eduardo Frei fue escogido senador por Santiago en 1957. En 1958 fue designado candidato presidencial democristiano. Aunque perdió en oposición al liberal conservador Jorge Alessandri y fue solo el tercer candidato mucho más votado, duplicó el número de sufragios logrados por su partido en las selecciones legislativas rápidamente precedentes.

En el momento en que en 1964 fue de nuevo candidato para la presidencia de la República, resultó vencedor en los comicios de presidentes por mayoría absoluta, en parte por ser considerado la única opción alternativa viable al Frente de Acción Popular encabezado por el socialista Salvador Allende, al que derrotó en las urnas como gerente de una coalición que incluía la mayor parte de las organizaciones no marxistas.

La presidencia de Eduardo Frei (1964-1970)

Sin necesidad de coaliciones y apoyado en su partido (hecho prácticamente inédito en la política chilena) el gobierno de Frei disfrutó de una sólida seguridad. Su administración se orientó al cumplimiento riguroso del programa de gobierno que había anunciado en la candidatura. El programa de Eduardo Frei, con el lema “Revolución en Independencia”, había dado a saber los puntos centrales de su emprendimiento político. Se planteaban avances sociales, económicos, políticos y culturales de enorme hondura, con los que se deseaba corregir los desequilibrios de la sociedad chilena y todos esos inconvenientes que tenían su origen en ocasiones estructurales. De ahí el nombre de “Revolución” y el añadido de “Independencia”, que llevaba tácita la iniciativa de efectuar las reformas en el sistema político que existe.

Entre las realizaciones del gobierno demócrata católico resalta la puesta en app de una reforma educacional que amplió la enseñanza básica a ocho años; se renovaron los proyectos y programas de estudio, se implantó la educación anterior a la escuela y se impulsó la creación de jardines infantiles, por medio de la ley de guarderías infantiles. Este esfuerzo significó un incremento notable de estudiantes y academias, más que nada en el campo rural, todo ello apoyado por un programa de alfabetización de mayores que redujo el analfabetismo del 16 al 11%.

En las intranquilidades de carácter popular se resaltó la relativa a la vivienda, con lo que se creó el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que se abocó a la labor de achicar el déficit habitacional del país. Los programas de salud asimismo fueron fundamentales, como por poner un ejemplo la creación de un programa de atención materno-infantil que incluía complementos de nutrición. Se edificaron 56 nuevos centros de salud, duplicando el número de camas hospitalarias, y se promulgaron la ley sobre seguro de accidentes del trabajo y anomalías de la salud expertos y la ley de medicina curativa. Además se empezó a utilizar un programa de planificación familiar. Todo esto asistió a achicar la mortalidad general y la infantil de forma importante. Se dio además de esto un enorme impulso a la organización social creando un programa de promoción habitual y provocando organizaciones vecinales, centros de mamás y centros juveniles. A esto se añadió un considerable aumento en la sindicalización de los trabajadores.

En lo económico, Frei desarrolló un ambicioso programa de acciones que empezó con la creación de la Oficina de Planificación Nacional, destinada a diseñar los proyectos de avance que se requerían para orientar las políticas gubernativos y estableciendo un sistema de programación de la actividad de los distintos organismos del Estado. Se fomentó la redistribución del ingreso bajo la inspiración de un propósito de justicia popular.

En este contexto se enmarcó el impulso a la reforma agraria, sostenido en una reforma constitucional que supeditó la propiedad privada al bien común y complementado con una ley que dejó la sindicalización campesina, lo que significó integrar a los trabajadores del campo a la vida política nacional. La reforma agraria significó la expropiación de 1.300 predios, con una área total de 3,5 millones de hectáreas. El gobierno además de esto se empeñó en un extenso programa de nacionalizaciones pactadas, entre aquéllas que resaltó la adquisición de la mayor parte de las compañías de la enorme minería del cobre, la Compañía de Teléfonos y la Compañía de Electricidad. A ello se sumó la inversión en esenciales compañías del Estado, tanto en ámbitos productivos (petroquímico, celulosa, siderúrgico), como de servicios (telecomunicaciones, televisión).

El desempeño del aparato económico de gobierno se puede medir con el desarrollo promedio del PGB en un 5% de forma anual y el objetivo del endémico déficit fiscal. En materia de infraestructuras, se invirtió en mejoramiento de caminos, con la apertura del túnel de Lo Prado en el sendero Valparaíso-Santiago; se empezaron los trabajos del tren metropolitano de Santiago y se empezó la construcción de un nuevo campo de aviación en todo el mundo para Santiago. Mención aparte merece la fuerte vocación latinoamericanista del gobierno de Frei, que se manifestó en el decidido acompañamiento a la capacitación del Pacto Andino, del que Chile fue entre los mucho más relevantes impulsores.

Hacia 1967, no obstante, el gobierno experimentó un cambio. Un alza de la inflación lo llevó a moderar la política económica. A su vez, la agitación popular y política comenzó a ir en incremento, y la oposición tanto de la derecha como de la izquierda comenzó a hacer mas fuerte sus situaciones. No únicamente los partidos y las organizaciones sindicales comenzaron a formar parte en las situaciones públicas, sino las Fuerzas Armadas asimismo se transformaron en nuevos y significativos actores.

Fue tal como, en 1969, sucedió el llamado “Tacnazo”, en el que el general Roberto Viaux se acuarteló en el Regimiento Tacna de Santiago con varios oficiales, aparte de la tropa. Uno de los inconvenientes centrales lo formaban los bajos salarios de la oficialidad y otros temas empresariales. La mayoría de los campos del país expresaron su solidaridad al Gobierno. Hasta octubre de 1969 no se solventó el inconveniente, y como resultado renunciaron a su puesto el ministro de Defensa y el Comandante en Jefe del Ejército, que fue sucedido por el General René Schnaider. Además, a lo largo de su gobierno se desarrolló la primera huelga del Poder Judicial en la historia del país, que vino a sumarse a la situación de efervescencia extendida.

Sin oportunidad de presentarse a un segundo orden, en las selecciones de 1970 apoyó al candidato de su partido, el democristiano Radomiro Tomic, que fue derrotado en toda regla por Salvador Allende. Frei se erigió a la cabeza aparente de la oposición al gobierno de Unidad Popular (1970-1973), y fue escogido senador en el mes de marzo de 1973, seis meses antes de la disolución de los cuerpos legislativos por el golpe militar que, protagonizado por el general Augusto Pinochet, derribó al presidente Allende. Frei prosiguió siendo el jefe del Partido Demócrata Cristiano hasta el momento en que este fue suspendido por el gobierno dictatorial en 1977, y pasó a engrosar las filas de la oposición al régimen que tácitamente había recibido en un comienzo. Aunque en 1980 fomentó boicotear el referéndum convocado por Pinochet para poder la aprobación de la Constitución, no logró evitar la determinante promulgación de exactamente la misma ese año.

En su historia política recibió varias distinciones; fue doctor honoris causa de múltiples universidades de europa y americanas, integrante de la Comisión Brandt y dirigente mundial de la Democracia Cristiana En todo el mundo. Escribió distintos libros, entre aquéllos que resaltan Sentido y forma de una política, Pensamiento y acción, La verdad tiene su hora y Un planeta nuevo. Su hijo Eduardo Frei Ruiz-Tagle (Santiago de Chile, 1942) ganó en 1993 las selecciones chilenas y encabezó el país entre 1994 y 2000.

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