Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que detentó Eduardo de Hinojosa y Naveros en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Eduardo de Hinojosa y Naveros, sino que posiblemente produjo una señal mucho más profunda de lo que logremosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Eduardo de Hinojosa y Naveros en persona.Eduardo de Hinojosa y Naveros fue uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Eduardo de Hinojosa y Naveros, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa esencial para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Eduardo de Hinojosa y Naveros, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Eduardo de Hinojosa y Naveros, personas a quienes de de una forma u otra Eduardo de Hinojosa y Naveros influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Eduardo de Hinojosa y Naveros.
(Alhama, 1852 - Madrid, 1919) Jurisconsulto y también historiador español. Miembro del Partido Conservador, ocupó el cargo de gobernador civil de Valencia y de Barcelona y fue directivo general de Instrucción Pública. Profesor de la Universidad de Madrid y académico de la de Historia, se especializó en historia de las instituciones jurídicas y del derecho español, particularmente del medieval, y fue el primero en ofrecer a esta especialidad un carácter científico.
Sus varias proyectos sirvieron de fundamento para múltiples trabajos siguientes, y su Historia general del derecho español (1887), que acaba con los visigodos, se empleó como manual en las universidades españolas a lo largo de un buen tiempo. También hay que refererir Historia del Derecho de roma (1880-85), Origen y contrariedades de la pagesía de remensa en Cataluña (1902) y El elemento germánico en el derecho español (1915).
A Eduardo de Hinojosa se le considera el auténtico renovador de los estudios de historia jurídica en España y el principal creador de la actualizada escuela de españa de cultivadores de esta especialidad. Su Historia del derecho español (Madrid, 1887, reimpresa en 1925), obra de juventud, representa el punto de transición de su orientación romanista a la germanista. En efecto, en su tomo I, único anunciado, el creador presentaba una exposición sistemática del derecho de los pueblos primitivos de la Península, del de la España romana más que nada, y unos episodios iniciales sobre el de la temporada visigoda, que no llegó a desarrollar.
Las adversidades para lograr prestar una acabada síntesis del derecho de las temporadas consecutivas, por carecer de bastante elaboración monográfica, le hicieron parar la publicación de esta obra, decidiéndose entonces a investigar sobre las fuentes medievales, para ir aprendiendo diferentes puntos y también instituciones. Esta tarea se reflejó entonces en sus mucho más visibles trabajos y opúsculos, testimonios de su consagración germanista. Su Historia del derecho español, pese a su restricción de contenido, representaba un avance primordial en los estudios de la historia del derecho en España. Como mira Galo Sánchez, hasta 1887 no se había escrito ningún manual científico de historia del derecho español.
En esta obra se usan por vez primera las aportaciones de los enormes estudiosos alemanes, singularmente sobre fuentes romanas. Los estudios etnográficos y de derecho relacionado sobre los pueblos primitivos son empleados asimismo en la adecuada medida; y los puntos económicos y sociales, como bases de las construcciones juridicopúblicas, son objeto de particular atención. En determinante, en la Historia del derecho español de Eduardo de Hinojosa campean ahora las características que tenían que manifestarse en la fecunda producción del insigne profesor. A pesar del tiempo pasado desde su publicación y de los progresos realizados en los estudios históricos sobre el derecho mucho más viejo, la obra de Hinojosa es todavía utilizable en muchas de sus páginas y resulta un modelo en orden a su concepción y procedimiento.
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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre esenciales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de una persona como Eduardo de Hinojosa y Naveros, que tuvo su trascendencia en una época determinada, es indispensable tratar de mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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