Eduardo Acevedo Díaz

La historia de la civilización la cuentan los hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela civilización, de un modo u otro,prospere.

Ya sea inspirando a otros o formando parte de la acción. Eduardo Acevedo Díaz es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Eduardo Acevedo Díaz es comprender más sobre un periodo concreto de la historia del ser humano.

Apreciar las luces y las sombras de las personas significativas como Eduardo Acevedo Díaz, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Eduardo Acevedo Díaz, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Eduardo Acevedo Díaz, gentes a quienes de un modo u otro Eduardo Acevedo Díaz influyó, y ciertamente, entender y comprender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Eduardo Acevedo Díaz.

Las biografías y las vidas de personas que, como Eduardo Acevedo Díaz, atraen nuestro interés, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Eduardo Acevedo Díaz, porqué Eduardo Acevedo Díaz vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Eduardo Acevedo Díaz

(Villa de la Unión, 1851 - Buenos Aires, 1921) Novelista, historiador y fabulista uruguayo, inaugurador en su país de la novela histórica. Con Eduardo Acevedo Díaz brotó la novela en el Uruguay, ya que si bien antes hubo ciertos autores románticos que cultivaron el género narrativo de una forma desperdigada, ninguno logró materializar una obra de categoría. Quien mucho más se acercó fue Alejandro Magariños Cervantes, pero sus extensísimos escritos solo tienen el día de hoy un valor reportaje.

Acevedo Díaz, tributándole homenaje, deslinda la estética de aquel de la suya propia: "...era un espléndido divulgador de las virtudes de la raza y de las leyendas nativas [...] De una escuela literaria diferente por su fórmula, espíritu y tendencias [...] mis gauchos melenudos y taciturnos no son sus gauchos caballerescos, líricos, sentimentales [...] ni llegan los odios que él detalla hasta alén de la desaparición, como en mi modo de ver yo los descubro en el fondo selvático de una raza bravía...".

Político y diplomático de capacitación universitaria, fue diputado y senador, y representó a su país en Argentina, Estados Unidos y también Italia. Fue entre los mucho más interesados componentes del Partido Nacionalista o Blanco; en su pasión política llegó a dejar sus estudios universitarios para tomar partido en un movimiento innovador; de sus ocupaciones en la tribuna y la prensa hay distintos y rebosantes testimonios. Supo un par de veces las amarguras del destierro.

Eduardo Acevedo participó en tres movimientos revolucionarios: acompañó a Timoteo Aparicio en su alzamiento contra Lorenzo Batlle (1870-1872), combatió en la Revolución Tricolor de 1875 y en 1897 se integró en las filas de Aparicio Saravia que lucharon contra Juan Idiarte Borda. Él mismo propició este último alzamiento, puesto que un par de años antes había retornado de su exilio para fundar el diario El Nacional y denunciar la corrupción del gobierno. Su deber político fue paralelo a su trayectoria periodística, ya que escribió asimismo en La República, La Democracia y La Razón.

La estética de Acevedo Díaz puede considerarse naturalista -si bien no se despegó completamente del romanticismo- y está enlazada al positivismo filosófico, lo que le dejó sobrepasar la visión ingenua y también idealizadora de sus predecesores y plasmar retratos genuinos de los rudos individuos de la campaña. Su decisión del género histórico respondía a un afán didáctico, ya que a su juicio "se comprende mejor la "historia" en la novela, que la "novela" de la historia", y el tema histórico le ofrecía "el misterio de educar ánimas y educar muchedumbres". En sus novelas relata hechos de la gesta independentista uruguaya y refleja el comienzo de la capacitación de una conciencia nacional.

En 1886 apareció Brenda, su primera novela, que no ofrecía mayores méritos, pero en 1888, con Ismael, Acevedo Díaz inició su célebre tetralogía histórica, definida por el ensayista Arturo Sergio Visca como "entre los monumentos literarios del Uruguay". En esta novela, siguiendo los cánones del género actuales en la temporada, el personaje ficcional se desplaza sobre un fondo histórico; el libro acaba con la guerra de Las Piedras, en 1811.

El personaje principal de la segunda parte, llamada Nativa y publicada en 1890, es un criollo montevideano que pelea en las huestes revolucionarias del gaucho Olivera, y asimismo protagoniza Grito de gloria, de 1894, cuya base histórica es la cruzada de los Treinta y Tres Orientales. Todos estos hechos históricos, cuya narración concluye con Lanza y sable (1914), la última distribución de la tetralogía, cobran vida merced a cien héroes librescos, gauchos, mujeres, soldados, criollos rebeldes y también indios, cuya riqueza es evidente.

Al período épico de este creador hay que agregar Soledad, de 1894, en que integró los letras y números y tipos regionales y el paisaje originario. Novela de ámbito gaucho, forma un auténtico modelo en su género y ha influido, sin ningún género de dudas, en parte importante de la novelística posterior sudamericana. Cultivó asimismo el cuento, el mucho más importante de los que es "El combate en la tapera" (1892). Dentro del mismo espíritu se sitúan sus ensayos históricos, reunidos en el volumen Temporadas militares en los países del Plata (1911) y y El mito del Plata (1916).

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Sin duda llegar a comprender a Eduardo Acevedo Díaz es algo que se reserva a pocas personas, y que tratar de reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Eduardo Acevedo Díaz es una especie de puzzleque tal vez lleguemos a reconstruir si cooperamos todos en conjunto.

Por esta razón, si eres de las personas que confían en que cooperando es posible hacer algo mejor, y detentas información en relación con la vida de Eduardo Acevedo Díaz, o sobre algún característica de su figura u obra que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de una persona como Eduardo Acevedo Díaz, que detentó su significación en un momento histórico concreto, es indispensable procurar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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