La historia universal está escrita por las mujeres y hombres quea lo largo del tiempo, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela humanidad, de una forma u otra,avance.
Comprender las luces y las sombras de las personas significativas como Edmund Henry Hynman Allenby, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de Edmund Henry Hynman Allenby, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Edmund Henry Hynman Allenby, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Edmund Henry Hynman Allenby influenció, y desde luego, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Edmund Henry Hynman Allenby.
Las biografías y las vidas de personas que, como Edmund Henry Hynman Allenby, seducen nuestra curiosidad, deben servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Edmund Henry Hynman Allenby, porqué Edmund Henry Hynman Allenby vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma implacable, la historia.
Vida y Biografía de Edmund Henry Hynman Allenby
(Edmund Henry Hynman Allenby, primer vizconde Allenby de Megido y de Felixstore; Brackenhurst, 1861 - Londres, 1936) Militar británico. Mariscal de campo correspondiente al arma de caballería, Allenby participó de forma definitiva en las últimas enormes guerras que mantuvo el Imperio Británico en África a fines del siglo XIX, aparte de regentar con sus tropas la victoriosa campaña de Palestina en la Primera Guerra Mundial.
Educado en el Haileybury College y en la reconocida y elitista Real Academia Militar de Sandhurst, en el año 1884 ingresó en el cuerpo de los Dragones, acantonados en Inniskilling (Botswana de hoy), en el que resaltó en ámbas expediciones que su cuerpo efectuó en Bechnanalandia (1884-85) y en Zululandia (1888). Entre los años 1899 a 1902 reventó la guerra de los Bóers, donde Allenby asimismo tomó parte definitiva. Dicha guerra fue causada por Gran Bretaña para prolongar sus dominios desde la colonia de El Cabo y el Natal hasta las repúblicas independentistas de los afrikáner del Trasvaal y del Estado Libre de Orange.
Tras una sucesión de derrotas iniciales, los ejércitos británicos respondieron con habilidad y también infligieron una humillante derrota a los independentistas en la guerra de Paardeburg, el 27 de febrero del año 1900. En reconocimiento a sus enormes méritos de guerra contraídos en las campañas africanas, Edmund Allenby fue nombrado inspector general de la caballería británica en el año 1910, cargo que desempeñó hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en el mes de julio del año 1914, tras lo que se le asignó el mando de toda la caballería británica en territorio francés.
Al empezar el año 1915, Allenby pasó a dirigir el V Cuerpo de Caballería Británica, que asimismo abandonó, en el mes de octubre del mismo año, tras ser ascendido al nivel de comandante y conseguir la jefatura del III Ejército Británico, en el que volvió a probar su enorme valía como soldado y estratega en las guerra de Arras (abril 1917) y también Yprés (junio 1917), con lo que fue ascendido al rango de general y nombrado caballero de la orden de Bath.
Pero donde Edmund Allenby verdaderamente resaltó como militar fue en las campañas británicas llevadas a cabo en el Oriente Próximo. Tras la resonante victoria conseguida por Allenby en la tercera guerra de Yprés, fue nombrado comandante en jefe de la fuerza expedicionaria egipcia, compuesta por una tropa muy desmoralizada por las continuas bajas sufridas en el frente y por los permanentes descalabros en el momento de apoderarse zonas esenciales.
El enorme vigor y entereza de la personalidad de Allenby fue con la capacidad de insuflar en sus hombres una forma de pensar de hierro y las ansias de desquite frente a las tropas turcas. Finalizado un periodo corto en el que Allenby preparó y reordenó a sus tropas, las fuerzas británicas consiguieron una definitiva victoria sobre los turcos en la zona de Gaza, en el mes de noviembre del año 1917, que permitió la posterior toma de Jerusalén, el 9 de diciembre, y distintos entornos de suma importancia estratégica en la región. Antes de ser llamado por el Alto Mando para remarcar las situaciones británicas en Francia, Allenby consiguió la definitiva victoria en la guerra de Megido, el 19 de septiembre del año 1918, seguida de la entrada triunfal de los británicos y las tribus árabes aliadas en Damasco y Alepo, el 1 de octubre del mismo año.
La campaña británica supuso el objetivo del Imperio Otomano en Siria. Allenby fue distinguido con el título de vizconde de Megido y Felixstore, a la par que ascendió al cargo de mariscal de campo. En cierto modo, los enormes éxitos de las campañas norteafricanas de Allenby se debieron a su enorme capacidad y también innovación en el momento de contar con sus tropas y la caballería británica en el campo de guerra, revelándose como un estratega militar de primera línea, que supo llevar a la práctica de forma impecable lo preparado horas antes en el mapa de estudio.
Entre los años 1919 a 1925, Allenby fue nombrado Alto Comisario para Egipto. Trató de gobernar la región británica con solidez y también imparcialidad, aun en el periodo de graves altercados protagonizados por las poco a poco más capaces fuerzas nacionalista de Egipto. Finalmente, Allenby se mostró partidario de entregar la independencia tanto para Egipto para Etiopía, países que se transformaron en estados soberanos en los años 1925 y 1922, respectivamente.
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