La historia de las civilizaciones la escriben las personas quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela civilización, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que tuvo Edith Stein en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que conocieron a Edith Stein, sino que quizá legó una huella mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Edith Stein personalmente.Edith Stein ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como Edith Stein, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo fundamental para que podamos apreciar no sólo la existencia de Edith Stein, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Edith Stein, gentes a quienes de de una u otra forma Edith Stein influenció, y indudablemente, entender y comprender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Edith Stein.
Las biografías y las vidas de personas que, como Edith Stein, atraen nuestra atención, deben ayudarnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Edith Stein, el motivo por el cual Edith Stein vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Edith Stein
(Santa Teresa Benedicta de la Cruz; Breslau, 1891-Auschwitz, 1942) Filósofa y religiosa alemana de origen judío que fue víctima de la barbarie nazi, tras generar esenciales proyectos teológicas. Perteneciente a una familia judía, se transformó al catolicismo, adoptando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz al tomar los hábitos, y descubrió a Tomás de Aquino, Duns Escoto y San Juan de la Cruz. Su obra filosófica forma un nexo primordial entre el cristianismo y la fenomenología de Husserl, de quien fue acólita. Su proposición El ser finito y el ser eterno, redactada en 1933, no fue publicada hasta 1950.
Hija de una familia hebrea practicante, fue educada según las tradiciones de su pueblo y su religión; sin embargo, próximamente perdió la fe de sus ancestros, pese a lo que preservó un ideal ética profundo. Sedienta enserio, se dedicó todavía muy joven a los estudios filosóficos. Frecuentó la Universidad de su localidad natal y las de Gotinga y Friburgo de Brisgovia. En esta última fue acólita del pensador Edmund Husserl, y después de haberse graduado en filosofía (1916), socorrer del mismo a lo largo de corto tiempo.
Tras la desaparición de un compañero de el, Adolf Reinach, vivió en la casa de su viuda y se ocupó de la ordenación de los contenidos escritos del difunto. Allí se relacionó por primera vez con un cristianismo vivo, en el seno de una familia fuertemente probada por el mal. El contacto con Max Scheler y, al final, la lectura de la Vida de Santa Teresa de Ávila la asistieron a persuadirse de la realidad del catolicismo. El primer día del año 1922 recibió el bautismo y aceptó el nombre de Theresia Hedwig.
Entre 1923 y 1931 enseñó en el Instituto de Santa Magdalena de Speyer, correspondiente a la orden dominicana, y vivió al lado de las monjas como una de ellas. En 1932 fue llamada al Instituto Germánico de Pedagogía Científica de Münster. Su actividad pública, no obstante, se vio bruscamente interrumpida por el principio de la persecución contra los judíos, situación que Edith Stein consideró favorece para la realización de un sueño acariciado hacía ahora largo tiempo y para ofrecerse a Dios por la salvación de su pueblo; y de esta forma solicitó, con una humildad emocionante, ser aceptada en el convento de carmelitas de Köln-Lidenthal. En el acto de la toma de hábito (abril de 1934) le fue impuesto el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz.
A lo largo del periodo 1930-33 se había destinado a los temas de pedagogía y capacitación femenina. Los contenidos escritos de estos años, adjuntado con un corto ensayo sobre Santa Isabel de Hungría, fueron reunidos en el volumen Formación y vocación de la mujer (1949). En el curso del primer año de vida carmelita escribió La oración de la Iglesia y El secreto de Navidad, 2 atrayentes opúsculos llenos de profundo y auténtico sentimiento espiritual. Luego, por consejo de sus superioras, compuso la monumental obra El ser finito y el ser eterno (1950), donde examina todo lo desarrollado y también increado para hacer una síntesis entre Santo Tomás de Aquino y la filosofía actualizada; en lo que se refiere a esta última dio una prioridad singular a la ideología de la escuela fenomenológica de Husserl.
En el momento en que previó el recrudecimiento de la persecución contra los hebreos y advirtió el riesgo que su presencia extrañaba para el cenobio, solicitó ser trasladada al extranjero; la última noche del año 1938 fue acompañada por un médico amigo hasta la frontera de Holanda, país en el que recibió acogimiento en el convento de Echt. Allí escribió su última y segunda enorme obra: La ciencia de la Cruz (1950), interpretación de la mística de San Juan de la Cruz a la luz del procedimiento fenomenológico.
Pero antes de ofrecer fin al manuscrito fue detenida el 2 de agosto de 1942 por la policía alemana (Holanda había sido, hasta entonces, invadida y ocupada), y obligada por la fuerza a salir de Echt. Llevada a en primer lugar al campo de concentración de Amerfoort y después al de Westerbork, fue vista por última vez en la estación de Schifferstadt, en un vagón sellado, por una de sus pupilas, a la que ha dicho: "Saluda en mi nombre a las hermanas de Speyer y diles que me llevan hacia el Este..." El viaje acabó en el campo de Auschwitz y en la cámara de gas. En 1950 los editores Herder (Alemania) y Nauwelaerts (Bélgica) empezaron en conjunto la publicación, en cinco tomos, de las primordiales proyectos de la autora. Una atrayente antología de exactamente las mismas vio la luz en Londres en una traducción inglesa de H. Graef (1956). Edith Stein fue beatificada en 1987 y canonizada en 1998 por Juan Pablo II.
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