Edgard Quinet

La historia de las civilizaciones la narran los hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel mundo, de una forma u otra,progrese.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que tuvo Edgard Quinet en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Edgard Quinet, sino que a lo mejor dejó una huella mucho más insondable de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Edgard Quinet en persona.Edgard Quinet fue uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas significativas como Edgard Quinet, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Edgard Quinet, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Edgard Quinet, aquellas personas a quienes de un modo u otro Edgard Quinet influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Edgard Quinet.

Las biografías y las vidas de personas que, como Edgard Quinet, atraen nuestra atención, deben ayudarnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Edgard Quinet, el motivo por el cual Edgard Quinet vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Edgard Quinet

(Bourg-en-Bresse, 1803 - París, 1875) Historiador y político francés. Se crió en el campo bajo el precaución de su madre, protestante, que ejercitó una destacable predominación sobre su capacitación ética y también intelectual; tras una corto estancia en el instituto, abandonó los estudios regulares y, poco después, un empleo bancario, para ocuparse de una forma libre a los estudios históricos y jurídicos.

Ejercitaron definitiva predominación sobre la orientación del joven Edgard Quinet la lectura de Chateaubriand y de Herder, del último de los que tradujo y publicó (1825), acompañados de un prólogo, las Ideas sobre la filosofía de la crónica de la raza humana. La obra, elogiada por Goethe, y venerablemente comentada por Cousin, logró habitual el nombre del joven estudioso.

Se dedicó después a indagaciones y viajes por Alemania (1827), Grecia (1828-30) y también Italia (1833), cuyo relato publicó en varios productos en la Revue de Deux Mondes y en Alemania y también Italia (1839). En 1833 había contraído matrimonio en Alemania con Mina Moret. En 1839 fue llamado a desempeñar la cátedra de Literaturas extranjeras en la Academia de Lyon y, un par de años después, la de Literaturas meridionales en el Collège de France de París, construída a propósito para él. Desde la cátedra, y al lado de Michelet, Edgard Quinet inició aquella tempestuosa carrera de propagandista de las ideas democráticas y liberales que logró de sus tutoriales una guerra continua y que en 1846, como consecuencia de su polémica antijesuítica y antiultramontana, indujo a Guizot a destituirlo.

Tomó parte activa en la revolución de 1848, y fue restituido en su cátedra, pero su robusta diatriba contra Napoleón III determinó su expulsión de Francia (1852). Desde este año hasta 1870 vivió en Bruselas y en Suiza, retornando a París el 4 de septiembre de 1870, para tomar partido en los movidos capítulos del ubicación y de la Commune; en 1871 fue escogido diputado del Sena para la Asamblea Nacional.

Escritor refulgente y vigoroso, Quinet fue entre los mucho más consagrados exponentes de aquella historiografía doctrinaria y revolucionaria, donde la pasión política se presentaba íntimamente sincronizada con la dedicación a la historia y a la filosofía (de base hegeliana) que establece asimismo su metodología; y en este sentido, y en estos límites, dejó ciertas proyectos de destacable vigor histórico-constructivo o de síntesis histórico-ideológica y de actualidad política, como, aparte de las citadas, Las revoluciones de Italia (1848-52), Historia de mis ideas (1858), Filosofía de la narración de Francia (1858), La Revolución (1865), France et Italie (1867), La cuestión romana frente a la Historia (1867), etcétera. Una compilación completa de los trabajos de Edgard Quinet fue publicada póstumamente (1877-82), lista por su segunda mujer.

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Indudablemente conocer profundamente a Edgard Quinet es algo que está reservado a pocas personas, y que tratar de reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Edgard Quinet es una especie de rompecabezasque a lo mejor lleguemos a reconstruir si colaboramos todos en conjunto.

Por ese motivo, si eres de las personas que confían en que colaborando existen posibilidades de crear algo mejor, y tienes información sobre la vida de Edgard Quinet, o sobre algún elemento de su figura u obra que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.

Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre importantes, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Edgard Quinet, que tuvo su trascendencia en un momento histórico concreto, es vital procurar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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