La historia de la civilización la narran aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado quela humanidad, de una forma u otra,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que detentó Edén Pastora en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo mientras permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para las personas que conocieron a Edén Pastora, sino que quizá dejó una huella mucho más vasta de lo que podamosconcebir en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Edén Pastora en persona.Edén Pastora ha sido un ser humano que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como Edén Pastora, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo esencial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Edén Pastora, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Edén Pastora, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Edén Pastora influenció, y desde luego, conocer y descifrar cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Edén Pastora.
Las biografías y las vidas de personas que, como Edén Pastora, atraen nuestra curiosidad, tienen que valernos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Edén Pastora, porqué Edén Pastora vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Netapa, hoy en día Ciudad Darío, 1936) Militar, político y guerrillero nicaragüense. Conocido con el sobrenombre de «comandante Cero» en el momento en que lideró la guerrilla sandinista que terminó en 1979 con la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, Edén Pastora se transformó, desde 1982, en un señalado integrante de la llamada «Contra nicaragüense», movimiento paramilitar ordenado para deponer a la revolución sandinista.
Edén Pastora estudió en un instituto jesuita antes de entrar en la Universidad mexicana de Guadalajara, donde efectuó ciertos tutoriales de la carrera de medicina. Después de los accidentes producidos en el mes de julio de 1959 en la localidad de León, que costaron la vida a 4 alumnos y lesiones a mucho más de cien personas, abandonó sus estudios y regresó a Nicaragua para formar parte en la pelea armada contra el gobierno somocista. La adolescencia de Pastora había estado marcada por un profundo rechazo al régimen del dictador desde el instante en que la Guardia Nacional asesinara a su padre en el momento en que el joven Edén tenía solo siete años.
De esta manera, el 22 de agosto de 1978 lideró el movimiento guerrillero que tomó al ataque el Palacio Nacional de Managua y, a lo largo de múltiples días, sostuvo retenidos a mucho más de miles de causantes políticos similares a Somoza para reclamar la liberación de los presos políticos. Consiguió su propósito y aquel día nació la historia de historia legendaria del «comandante Cero».
Dos meses después el líder del movimiento sandinista, Daniel Ortega, nombró a Edén Pastora jefe del Estado Mayor General del Ejército insurrecto. Confirmado en 1979 el triunfo de la revolución sandinista, el comandante Cero aceptó el cargo de viceministro en el departamento de Interior, comandado por Tomás Borge. En el mes de julio de aquel año recibió asimismo el ascenso de primer jefe nacional de las milicias del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), pero no fue que viene dentro en la Junta Militar de los nueve comandantes encargados de gobernar el país tras la dictadura.
El idilio de Pastora con el FSLN se tornó próximamente en franco combate. Su manifiesta rivalidad con los mandatarios políticos de la revolución, esencialmente con los hermanos Ortega, se realizó pública el 8 de julio de 1981, fecha en que renunció a sus cargos como viceministro y jefe militar y acusó al gobierno sandinista de haber cambiado la orientación de su emprendimiento inicial hacia los planteamientos marxistas representados por la Unión Soviética y la Cuba de Fidel Castro. Tomó el sendero del exilio hacia Panamá primero y Costa Rica después.
En abril de 1982 anunció su separación total con el gobierno nicaragüense y la creación de una fuerza de oposición que, sin descartar acciones militares, lucharía para deponer al ejecutivo sandinista. Los comandantes de la Junta Militar respondieron su desafío desde Managua con una condena a muerte.
Desde su base en Costa Rica, Edén Pastora formó el llamado Frente Revolucionario Sandino, conjunto armado para el que logró reclutar a mucho más de miles de combatientes y que, antes de terminar 1982, adoptó el nombre de Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE). Convencido de que sus viejos compañeros de guerrilla habían prostituido el espíritu de la revolución, peregrinó por Europa y América Latina en pos de asistencia para batallar a los sandinistas. El presidente panameño Omar Torrijos se transformó en uno de sus guías, y las agencias estadounidenses en la primordial fuente de financiación para su emprendimiento.
La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) había comenzado a orquestar en 1981 un movimiento contrarrevolucionario solicitado de ordenar operaciones militares contra el gobierno sandinista. El liderazgo de la Contra nicaragüense se lo repartían 2 conjuntos primordiales: los somocistas de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN) y la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) de Edén Pastora. Cuando se propuso la oportunidad de que los dos frentes coordinaran sus acciones bélicas contra el enemigo común, el legendario comandante Cero optó por dejar ARDE. Su negativa a fusionar su guerrilla con los combatientes del FDN desgastaba el progreso de la Contra, tal es así que, de un día para otro, Edén Pastora se transformó en un personaje incómodo para los intereses de los servicios misterios norteamericanos.
En abril de 1984 había logrado lograr la costa atlántica nicaragüense y detallar la República Libre de San Juan del Norte, si bien su proclama resultó fugaz pues las fuerzas gubernativos tardaron solo unos días en desocupar al comandante. El 30 de mayo de 1984 padeció un atentado con bomba en el que fallecieron once personas, en el momento en que festejaba en la ciudad de Pencas, cercana a la frontera costarricense, una rueda de prensa donde había sosprechado denunciar las presuntas presiones que recibía de la CIA para dejar la pelea armada. Edén Pastora y su mujer Yolanda salvaron la vida, si bien salieron del país con múltiples lesiones. Dos años tras el atentado anunció su renuncia a la acción militar y solicitó asilo en Costa Rica. Junto a veinta viejos combatientes de ARDE, creó una pequeña compañía pesquera en Samara y reanudó de esta manera entre las pasiones expertos que le habían acompañado a lo largo de toda su historia.
En aquel instante, hacia noviembre de 1986, reventó en Estados Unidos el escándalo Irangate que implicaba a integrantes del Consejo de Seguridad Nacional en operaciones ilegales de venta de armamento a Irán, cuyos provecho se desviaban para financiar a la Contra nicaragüense. En mayo de 1987, Edén Pastora reconoció públicamente que la CIA le había suministrado material de guerra y acusó al teniente coronel Oliver North, de forma directa implicado en el Irangate, de estar tras el atentado que padeció en Pencas en 1984. Investigaciones siguientes responsabilizaron a los servicios de seguridad sandinista del ataque, si bien otras fuentes no descartaban la intervención de la CIA en el intento de matar a Pastora.
Empezaban por entonces las negociaciones de paz entre el gobierno de Daniel Ortega y los conjuntos contrarrevolucionarios, y en el mes de febrero de 1990 se festejó un desarrollo electoral dirigido por la Comisión de Verificación y Apoyo Internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que formaban parte cinco presidentes de los países del área. Pastora, que había regresado al país en el último mes del año de 1989, participó activamente en la campaña electoral a favor del Partido Socialcristiano (PSC), dirigido por Erik Ramírez, si bien la victoria recayó al final en Violeta Chamorro, aspirante de la Unión Nacional Opositora (UNO).
Vivió un par de años mucho más en Costa Rica y en la época de 1992 volvió por un tiempo a Nicaragua con la intención de ordenar un partido de corte nacionalista y socialdemócrata, que se formó en 1994 bajo la denominación de Movimiento de Acción Democrática (MAD). Líder de esta capacitación, con la que pretendía transformarse en tercera opción política en frente de los partidos mayoritarios, procuró enseñar su candidatura a la presidencia del país en las selecciones de noviembre de 1996. No obstante, el Consejo Supremo Electoral se pronunció contra las pretensiones políticas del comandante con el razonamiento de que la Constitución prohibía la presentación de un candidato con doble nacionalidad, nicaragüense y costarricense en la situacion de Pastora. Arnoldo Alemán resultó escogido presidente en esos comicios.
Tras fracasar sus opciones a la mucho más alta magistratura de la nación, y pese a los comentarios que circularon sobre la oportunidad de que Pastora estuviese reorganizando un movimiento armado, anunció su intención de aspirar de manera democrática a la alcaldía de Managua. El legendario guerrillero no deseaba dejar la arena pública, pero debió dejar frente a las pocas opciones de su opción política. Cumplidos los 64 años y arruinado, el que fuera héroe del sandinismo primero y líder de la Contra después declaró en el mes de abril de 2001 que se encaraba a una vejez en la pobreza, y que para eludir tal situación se veía obligado a poner la mayoría de su patrimonio en venta.
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