La historia de las civilizaciones la narran los hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela sociedad, de una forma u otra,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la importancia que tuvo Douglas MacArthur en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para quienes trataron a Douglas MacArthur, sino que quizá dejó una señal mucho más profunda de lo que podamosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Douglas MacArthur de modo personal.Douglas MacArthur fue uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Douglas MacArthur, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa básica para que podamos poner en valor no sólo la vida de Douglas MacArthur, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Douglas MacArthur, aquellas personas a quienes de un modo u otro Douglas MacArthur influyó, y sin duda, comprender y entender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Douglas MacArthur.
Vida y Biografía de Douglas MacArthur
(Little Rock, Arkansas, 1880 - Washington, 1964) Militar estadounidense. Su interés por los temas nipones data de 1905, en el momento en que fue comisionado como espectador en la Guerra Ruso-De Japón. A los 32 años alcanzó el nivel de general. De 1930 a 1935 fue jefe de Estado Mayor; pasó entonces como asesor militar a Filipinas, donde le sorprendió el comienzo de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En 1941 se transformó en comandante en jefe de las fuerza americanas en Extremo Oriente. Ante el ataque japonés que se causó poco después, se vio obligado a retirarse, refugiándose en Australia (1942); de ese instante data su conocida promesa de recobrar las Filipinas, que se transformó en un lema de guerra para los socios («Me marcho, pero volveré»).
La Conferencia de Washinghton de 1943 le dio el mando de las fuerzas aliadas en el Pacífico suroccidental. Dirigió la contraofensiva que conduciría a la victoria, fundamentada en la estrategia de ir saltando de isla en isla hasta llegar al Japón: desembarcó en Guadalcanal, Nueva Guinea, las islas del Almirantazgo, las islas Salomón y -ahora en unión con las fuerzas de Nimitz- las Filipinas (Leyte, Luzón y, por último, Manila en 1945).
MacArthur fue el responsable de recibir la rendición de Japón dentro del portaviones Missouri, anclado en la bahía de Tokyo, el 2 de septiembre de 1945. Fue nombrado jefe de las fuerzas de ocupación en Japón, cargo que sostuvo hasta 1950. Organizó las trabajos de reconstrucción de la posguerra, los procesos contra los delincuentes de guerra, el pago de reparaciones urgentes y el regreso de los presos. Pero asimismo efectuó reformas de fondo, que amoldaron el país a los modelos occidentales; la Constitución de 1946, que democratizó la vida política de Japón, forma el símbolo de esta transformación que dio origen al Japón de hoy.
En el momento en que en 1950 reventó la Guerra de Corea, MacArthur fue llamado nuevamente para tomar el mando de un ejército bajo la bandera de las Naciones Unidas en el que participaban quince países. Dirigió la contraofensiva occidental contra Corea del Norte; pero tuvo que retroceder frente a la restauración de los marxistas (apoyados por China) hasta la estabilización del frente en el paralelo 38.
Consecuentemente, solicitó poderes para agredir las bases aéreas y las fuentes de abastecimiento del enemigo en territorio chino; el presidente Truman, partidario de eludir un enfrentamiento abierto con China, le destituyó del mando en 1951. La guerra se saldaría en 1953 con la partición determinante de Corea en una República comunista al Norte y otra pro-occidental al Sur. MacArthur regresó a Estados Unidos, donde se dedicó a los negocios y a la política al lado del ala mucho más derechista del Partido Republicano.
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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos fundamentales, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de un ser como Douglas MacArthur, que poseyó su importancia en una época concreta, es imprescindible intentar mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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