La historia universal está contada por aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela humanidad, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a más seres humanos o tomando parte de la acción. Dionisio Herrera es una de esas personas cuya vida, en efecto, merece nuestro interés por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Dionisio Herrera es conocer más sobre etapa determinada de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que atesoró Dionisio Herrera en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Dionisio Herrera, sino que posiblemente legó una señal mucho más vasta de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Dionisio Herrera personalmente.Dionisio Herrera fue una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Dionisio Herrera, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa básica para que podamos valorar no sólo la vida de Dionisio Herrera, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Dionisio Herrera, personas a quienes de de una u otra forma Dionisio Herrera influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Dionisio Herrera.
(Choluteca, Honduras, 1781 - San Salvador, 1850) Político centroamericano. Jefe de Estado de Honduras (1824-1827), fue depuesto por el Gobierno federal gracias a sus reformas. Más tarde fue jefe de Estado de Nicaragua (1829-1833) y de El Salvador (1835). Su política liberal disfrutó de enorme popularidad y encontró con la oposición del clero.
En su calidad de destacadísimo valedor de la causa emancipadora en Centroamérica, Dionisio Herrera fue escogido jefe del estado de Honduras tras formarse las Provincias Unidas de Centro América. En octubre de 1825 dictaminó el primer escudo de armas y en el último mes del año de ese año la primera Constitución hondureña, quedando de este modo predeterminado legalmente el Estado de Honduras como integrante de la República Federal de Centroamérica, establecida por la Constitución federal de noviembre de 1824.
Entonces se festejaron selecciones para seleccionar la Asamblea Legislativa que, bajo dominio del campo conservador, se instaló en Comayagua en 1826. Herrera compareció frente ella y leyó un archivo lleno de ideas patrióticas y esperanzas de cara al futuro del país. En tiempos de Herrera se estableció la primera división político-administrativa de Honduras, en siete departamentos: Tegucigalpa, Choluteca, Olancho, Comayagua, Gracias, Santa Bárbara y Yoro. Algunas ideas suyas fueron la enseñanza de la institución federal en academias y institutos, el fondo de rehabilitación para trabajos mineros y el impulso a la secretaría de Hacienda.
Defensor de las ideas liberales y de los derechos estatales, Herrera tuvo no obstante que confrontar a la animadversión del primer presidente federal de Centroamérica, Manuel José Arce, quien, pese a haber pertenecido al liberalismo, practicaba una política conservadora en Guatemala. En cumplimiento de un plan elaborado desde este país para deponer a Herrera, interpuso su renuncia como vicejefe el teniente coronel José Justo Milla, aduciendo que lo hacía habiendo sido escogido para el cargo de manera provisional. La Asamblea Legislativa presionó a Herrera a fin de que hiciese lo mismo, puesto que su orden legal había terminado al emitirse la primera Constitución del Estado hondureño.
El Consejo Representativo, clase de senado gobernado por el liberalismo, se expresó en oposición a la Asamblea. Pero en 1826 reventaba la revuelta interpretada por el sacerdote Nicolás Irías, y por año siguiente el presidente Arce mandaba tropas al cargo de Justo Milla a irrumpir Honduras, de forma que Herrera sostuvo el cargo en la mitad de altercados políticos que acabaron con su derrocamiento en 1827. Una vez depuesto, Herrera fue hecho preso y llevado a Guatemala en 1827, recobrando su independencia en el momento en que otro héroe patrio, Francisco Morazán, derrotó a las fuerzas federales y ocupó esa localidad (1829).
Dionisio Herrera accedió entonces a la jefatura de estado de Nicaragua, y en el lapso de su orden (1829-1833) logró terminar con las escaramuzas civiles. Sin embargo, los permanentes combates con los conservadores del país, y singularmente con la iglesia, con enorme predominación y poder en la esfera política, complicaron grandemente su tarea de gobierno. Mantuvo con todo la lealtad a sus principios liberales hasta 1833, año en que fue sucedido por José Núñez. A causa de el reconocimiento y prestigio de que disfrutaba en toda Centroamérica resultó escogido presidente de El Salvador en 1835, pero no llegó a ocupar el cargo. Tras formar parte en 1839 en los trabajos de la reunión constituyente de Honduras, se retiró de la vida pública y se dedicó a la literatura y a la enseñanza.
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Es cierto que llegar a comprender a Dionisio Herrera es algo que se reserva a escasas personas, y que pretender recomponer quién y cómo fue la vida de Dionisio Herrera es una suerte de enigmaque posiblemente alcancemos a reconstruir si colaboramos todos en conjunto.
Por ese motivo, si eres del tipo de personas que creen en que de forma cooperativa es posible elaborar algo mejor, y conservas información sobre la biografía de Dionisio Herrera, o sobre algún peculiaridad de su persona u creación que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Dionisio Herrera, que tuvo su significación en una época determinada, es esencia tratar de mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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