La historia de las civilizaciones la escriben los hombres y mujeres quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado quela sociedad, de un modo u otro,avance.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la trascendencia que atesoró Diego Bautista Urbaneja en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Diego Bautista Urbaneja, sino que a caso produjo una huella mucho más honda de lo que logremosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Diego Bautista Urbaneja de forma personal.Diego Bautista Urbaneja fue una de esas personas que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Diego Bautista Urbaneja, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Diego Bautista Urbaneja, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Diego Bautista Urbaneja, personas a quienes de de una forma u otra Diego Bautista Urbaneja influenció, y ciertamente, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Diego Bautista Urbaneja.
Vida y Biografía de Diego Bautista Urbaneja
(Diego Bautista Urbaneja Sturdy; Barcelona, Venezuela, 1782 - Caracas, 1856) Abogado, militar y político venezolano. Diego Bautista Urbaneja se licenció en derecho civil por la Universidad Real y Pontificia Universidad de Caracas. Como adepto a la causa republicana que era, se ingresó en los entornos secesionistas para respaldar el movimiento de 1810 y se sumó a los sacrificios de la Sociedad Patriótica de Caracas en busca de la Independencia.
En 1812 fue asesor de la Intendencia General de la Alta Policía, lo que le llevaría a prisión, tras la caída de la Primera República, si bien fue puesto en independencia al poco tiempo. Con la proclamación de la Segunda República en 1813, trabajó como Síndico Procurador del Ayuntamiento de Caracas. Sus comienzos como militar se generaron en las ciudades de San Diego, Paracotos, Cúa y Charallave. En 1814 emigró a Oriente y participó en el gobierno provisional de Margarita; un año después, a la llegada del mariscal Morillo, tenía el cargo de Auditor de Guerra; ese año se trasladó a Cartagena de Indias para ponerse bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez. Tuvo que emigrar a las Antillas y, en Haití, se unió a Simón Bolívar para formar parte en la expedición de los Cayos de 1816.
En junio de ese año fue nombrado gobernador político de Carúpano. Tras el desembarco de Ocumaré y la acción de Los Aguacates integró la columna que, bajo las órdenes del general Gregor MacGregor, realizó la operación famosa como Retirada de los Seiscientos. En 1817 se trasladó a la Guayana para ponerse a las órdenes de Bolívar, y fue nombrado Auditor de Guerra y integrante del Consejo de Estado. En octubre de 1818 formó una parte de la comisión articulista del emprendimiento electoral, y se incorporó al congreso de Angostura como diputado de la provincia de Barcelona.
El 27 de febrero de 1819, Simón Bolívar lo nombró Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, cargo al que se añadirían, tras la marcha de Bolívar, los de Guerra y Marina, en el momento en que el 17 de diciembre, al proclamarse la Ley Fundamental de Colombia, firmó este archivo en su condición de vicepresidente del Congreso. En 1820 fue ascendido a coronel y por año siguiente asistió al Congreso de Cúcuta como diputado de Guayana. A partir de 1821, ahora en Caracas, fue Ministro de la Corte Suprema de Justicia, y por orden del general José Antonio Páez, ocupó el cargo de Asesor del Jefe General de Alta Policía.
En 1830, siendo restituida la República venezolana, Diego Bautista Urbaneja fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores y de Hacienda. Como tal le correspondió reportar a las autoridades de Bogotá de la resolución de Venezuela de separarse de la Gran Colombia. En abril de 1831 Urbaneja, que ejercitaba como vicepresidente de la república, se hizo cargo del poder por sepa del presidente Páez. En 1834 se presentó a la presidencia, pero fue derrotado por su contrincante, José María Vargas. En 1837 fue nombrado Secretario del Interior y Justicia.
Tras un periodo en que quedó apartado a Juez de Paz, Diego Bautista Urbaneja volvió a presentarse a las de presidentes en 1842; tampoco esta vez lo acompañó el éxito. En 1843 fue nombrado Presidente de la Corte Suprema de Justicia. En 1844 triunfó en las selecciones a la vicepresidencia de la República para el periodo 1845-1849, año este último en el que ocupó la presidencia interina. En este año dejó la vicepresidencia para regresar a la presidencia de la Corte Suprema y, entre los años 1852 y 1853 actuó como gobernador de la provincia de Caracas.
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