Ya sea inspirando a otras personas o formando parte de la acción. Darío de Regoyos es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Darío de Regoyos es conocer más sobre época determinada de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que tuvo Darío de Regoyos en la historia. El modo en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para quienes trataron a Darío de Regoyos, sino que tal vez legó una señal mucho más vasta de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Darío de Regoyos personalmente.Darío de Regoyos fue un ser humano que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Darío de Regoyos, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo esencial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Darío de Regoyos, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Darío de Regoyos, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Darío de Regoyos influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Darío de Regoyos.
Las biografías y las vidas de personas que, como Darío de Regoyos, seducen nuestro interés, tienen que ayudarnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Darío de Regoyos, porqué Darío de Regoyos vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.
Vida y Biografía de Darío de Regoyos
(Darío de Regoyos y Valdés; Ribadesella, 1857 - Barcelona, 1913) Pintor español. Hijo de un influyente arquitecto, su niñez transcurrió en Madrid. Fue acólito de Carlos de Haes en la Real Academia de San Fernando. En julio de 1879 viajó a Bruselas animado por sus amigos los músicos Albéniz y Fernández Arbós, donde conoció al senador Edmond Picard, uno de los más importantes mecenas artísticos belgas. Allí recibió clases del pintor belga Joseph Quinaux, de quien aprendió, según sus expresiones "a colorear siguiendo a la naturaleza como modelo; a capturar sus vibraciones y a ser libre en la selección de los temas a colorear", lo que señaló la diferencia entre la capacitación de Regoyos y la que era frecuente entre los pintores españoles que no salieron de la Península.
A lo largo de su estancia en la ciudad más importante belga, Regoyos participó de la vida artística, integrándose primero en el conjunto L´Essor, donde resaltó por su antiacademicismo y antimercantilización, que se desgajó dando sitio al conjunto Los XX. Esta asociación de artistas (formaban parte James Ensor, Rodin, Felicien Rops, Paul Signac, etcétera.) y también intelectuales creó en 1881 la gaceta L´Art Moderne, representante desde 1883 del conjunto.
En 1888 logró un viaje a España y Marruecos con Constantin Meunier, Théo Van Rysselberghe y Frantz Charlet. En 1884 vino a vivir a España, pero con continuos viajes a Bélgica y Holanda. En 1888 viajó por la Península en compañía del poeta y crítico de arte Emile Verhaeren, quien escribió una secuencia de contenidos escritos, Impresiones de un artista, para L´Art Moderne, contenidos escritos que con las ilustraciones de Regoyos brindaron sitio a España negra. El libro salió en 1899 y también incluía 34 grabados de su mano aplicados a reflejar desde una forma de pensar próxima a la de la Generación del 98 los puntos mucho más sórdidos de la España profunda, como asimismo harían más tarde sus amigos Solana y Zuloaga.
A partir de los años noventa acentuó sus relaciones con los pintores franceses postimpresionistas. Comenzó a mostrar en París y, transformado al puntillismo, se estableció en España, donde participó en distintas Exposiciones Nacionales. En 1895 se casó y se estableció en el País Vasco, relacionándose con Zuloaga, Paco Durrio, Aurelio Arteta y otros elementos del panorama artístico bilbaíno. Allí halló el paisaje correspondiente a sus intereses. Pintó con colores puros y técnica puntillista, creaciones de sobria geometría en las que representó la geografía y las prácticas populares vascas. De aquella época recalcaron Fiesta en la plaza (1890; Bilbao, Mus. de Bellas Artes), El recorrido de Alderdi Eder (1894; col. part.) y Peñas de Duranguesado (Bilbao, Mus. de Bellas Artes). A pesar de su lealtad a la técnica puntillista, acostumbraba a alternarla con la utilización de extensas máculas de color prácticamente chato.
Esto sucedió más que nada en el final de su historia y en sus panoramas castellanos de fuertes contrastes lumínicos como Plaza de Lerma (Bilbao, Museo de Bellas Artes) y en los dibujos de carácter expresionista que continuó realizando para La España Negra, entre ellos Víctimas de la celebración (1894). En 1910 se trasladó a Barcelona, donde radicó hasta su muerte. A su última época forman parte proyectos como Gallinero (1912; Madrid, Prado) o Polluelos (1912; Mus. de Monserrat). Sus amigos belgas le dedicaron una exposición tras su fallecimiento; en España su obra no recibió atención oficial (excluyendo una medalla en la Exposición Nacional de 1908 por su obra La procesión de los capuchinos negros), pero sí el aprecio de los artistas renovadores.
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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son siempre importantes, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de un ser como Darío de Regoyos, que tuvo su importancia en una época concreta, es esencia procurar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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