Cristián X de Dinamarca

Ya sea inspirando a otras personas o tomando parte de la acción. Cristián X de Dinamarca es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Cristián X de Dinamarca es conocer más sobre etapa determinada de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que tuvo Cristián X de Dinamarca en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para quienes trataron a Cristián X de Dinamarca, sino que posiblemente legó una señal mucho más insondable de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Cristián X de Dinamarca personalmente.Cristián X de Dinamarca fue una persona que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Cristián X de Dinamarca, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Cristián X de Dinamarca, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Cristián X de Dinamarca, gentes a quienes de de una u otra forma Cristián X de Dinamarca influenció, y por supuesto, entender y comprender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Cristián X de Dinamarca.

Vida y Biografía de Cristián X de Dinamarca

(Castillo de Charlottenlund, cerca de Copenhague, 1870 - Amalienborg, 1947) Rey de Dinamarca (1912-1947) y de Islandia (1918-1944), hijo y sustituto de Federico VIII de Dinamarca. Tras finalizar sus estudios ingresó en el ejército de su país, donde alcanzó el nivel de mayor general de infantería, aparte de hallar la condecoración del Toisón de Oro. El 26 de abril del año 1898 contrajo matrimonio con la duquesa de Mecklemburgo, Alejandra. El 14 de mayo de 1912 murió su padre, el rey Federico VIII; al día después, Cristián fue proclamado rey de Dinamarca por la reunión legislativa danesa (Rigsdag).

Su prolongado reinado estuvo lleno de hechos importantes para su país. Durante la I Guerra Mundial, Cristián X fue un decidido partidario de la neutralidad de Dinamarca. En el año 1915 se decretó una exclusiva Constitución, por la que se concedió el derecho de voto a la mujer. En el año 1917 aprobó la venta a los EE.UU. de las Indias Occidentales, territorios apartados de la metrópoli y poco explotados por la Corona. En el año 1918, Islandia se independizó de Dinamarca, continuando tan solo unida de manera simbólica a Dinamarca en la persona del monarca, hasta el momento en que en 1944 se independizó completamente a través de un plebiscito y se formó en una república sin dependencia.

En el año 1920 Dinamarca ingresó en la recién constituida Sociedad de Naciones, situación que aprovechó Cristián X para reclamar la celebración de un plebiscito que dirimiera la anexión de la parte septentrional del ducado de Schlewig a Dinamarca, perdido en el año 1864, a lo largo del primer año del reinado de su abuelo Cristián IX. Celebrada la solicitud, el resultado fue conveniente para Cristián X, que anexionó dicho territorio a sus pertenencias a fines del mismo año.

Excepto una crisis política interna en el año 1920, Cristián X, intensamente respetuoso con los especiales democráticos, mostró una actitud conciliadora y dialogante con los distintos gabinetes que aceptaron el gobierno, tanto los socialdemócratas como los radicales agrarios. Durante su reinado fueron salvadas y sembradas enormes extensiones de tierras baldías, se formó la reconocida marina mercante danesa y se impulsó la creación de compañías y filiales danesas en múltiples zonas de todo el mundo, en los circuitos comerciales mucho más poderosos.

Su talante y convicciones democráticas han quedado probados de nuevo a lo largo de el lapso de la II Guerra Mundial, puesto que se negó a ayudar con el III Reich de Hitler a lo largo de la ocupación del país por las tropas alemanas, y se declaró públicamente preso político del dictador germano. Debido a esa acción, Cristián X, si bien carente de poder efectivo, se transformó en el símbolo nacional de los daneses contrarios a Hitler. Su figura política se fortaleció en extremo en todo el país y también en todo el mundo, y pasó a simbolizar la decidida pelea por las libertades en frente de las dictaduras totalitarias.

Tras la capitulación de Alemania en el mes de abril del año 1945, el rey Cristián X abrió nuevamente el parlamento danés, en una celebración solemne, el 9 de mayo del año 1945, y restituyó en su país el régimen democrático. Tras un par de años de pacífico reinado, Cristián X murió. El trono danés pasó a su hijo primogénito, Federico IX.

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