Constantino I el Grande

La historia universal está contada por aquellas mujeres y hombres quea lo largo del tiempo, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela humanidad, de una forma u otra,prospere.

Ya sea inspirando a otros seres humanos o formando parte de la acción. Constantino I el Grande es una de esas personas cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra consideración debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Constantino I el Grande es comprender más sobre etapa determinada de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que tuvo Constantino I el Grande en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para aquellas personas que conocieron a Constantino I el Grande , sino que quizá legó una señal mucho más insondable de lo que logremosimaginar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Constantino I el Grande de modo personal.Constantino I el Grande fue una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Constantino I el Grande , personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Constantino I el Grande , sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Constantino I el Grande , gentes a quienes de un modo u otro Constantino I el Grande influyó, y sin duda, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Constantino I el Grande .

Las biografías y las vidas de personas que, como Constantino I el Grande , atraen nuestra atención, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Constantino I el Grande , el motivo por qué Constantino I el Grande vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Constantino I el Grande

(Cayo Flavio Valerio Claudio Constantino; Naissus, Dacia, de hoy Serbia, h. 280 - Ancycrona, Ponto, de hoy Turquía, 337) Primer emperador católico de Roma. Era hijo de un militar, Constancio Cloro, que aceptó la gobernación de la parte occidental del Imperio al abdicar el emperador Diocleciano en el año 305. Muerto Constancio Cloro por año siguiente en Britania, las tropas allí estacionadas proclamaron emperador a Constantino.

Constantino tuvo que librar duros combates contra sus oponentes hasta el momento en que, en la guerra del puente Milvio (312), se impuso a Majencio y se realizó con Roma. Con ello conseguía la parte occidental del Imperio, al paso que la oriental, dominada por Licinio, no pasó bajo su poder hasta el 323 (guerra de Adrianópolis). Desde entonces hasta su muerte ejercitó como emperador único (Totius orbis imperator).

La trascendencia del reinado de Constantino para la historia occidental procede de las secuelas que tuvo su conversión al cristianismo (en algún instante impreciso del desarrollo de conquista del poder, si bien no se bautizó hasta antes de fallecer); descartada la honestidad de su sentimiento espiritual, posiblemente esa conversión se debiese al fracaso de las persecuciones de los reinados precedentes, tal como a la búsqueda de elementos de unidad que contrarrestaran las tendencias disgregadoras del Imperio.

Por el Edicto de Milán (313) terminó con el culto estatal pagano en Roma, dictaminó el objetivo de las persecuciones contra los cristianos y la devolución a estos de los recursos expropiados. Aunque no transformó al cristianismo en religión oficial del Estado (un paso que daría Teodosio en el 391), concedió esenciales permisos y donaciones a la Iglesia, apoyó la construcción de enormes santuarios y dio prioridad a los cristianos en el momento de elegir a sus ayudantes. A cambio, otras comunidades religiosas han comenzado a ser perseguidas en el Imperio, como sería la situacion de los judíos.

Miedoso de que las discusiones teológicas rompiesen la unidad de la religión cristiana, puso el poder predisposición de la jerarquía eclesiástica para batallar las varias herejías de la temporada. Ya en el 317 dictó leyes contra los donatistas, a quienes el Concilio de Arlès había ubicado fuera de la ortodoxia cristiana. Repitió la operación contra los arrianos, convocando y realizando utilizar el primer concilio general de la Iglesia (Nicea, 325), en el que se aprobó el Credo que recogía las proposiciones de San Atanasio en frente de las de Arrio.

Constantino reconstruyó y amplió la localidad griega de Bizancio (la presente Estambul), a la que cambió el nombre por el de Constantinopla (330) y transformó en capital cristiana del Imperio, en substitución de Roma, símbolo del paganismo. Con ello logró bascular el centro político del Imperio hacia el este, proveyendo una capital espléndida al futuro Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino) y, desde 1453, al Imperio Otomano.

En lo político, puede decirse que con Constantino acaban las tendencias déspotas y dirigistas del reinado de Diocleciano, completando la evolución del Imperio hacia el absolutismo: los Senados de Roma y Constantinopla pasaron a ser reuniones representativas únicamente municipales; se fortalecieron el ejército -singularmente el del interior-, la policía y los servicios de información; se reestructuró la Administración en un sentido centralista; se desarrolló una burocracia jerárquicamente estructurada bajo el mando de un Consejo de la Corona; y se estableció un estricto ceremonial cortesano tendente a destacar la supremacía del emperador y su carácter divino.

Otras reformas esenciales del reinado de Constantino tuvieron rincón en el lote económico, en el que procuró poner freno a la grave crisis que arrastraba el Imperio desde el siglo previo. Para contener la inflación rehabilitó el sistema capital, basándolo completamente sobre el oro (creación del solidus). Decretó el carácter hereditario de los oficios. Y completó el desarrollo de vinculación de los colonos a la tierra que cultivaban, poniendo las bases de la institución medieval de la servidumbre. Por todo ello, puede considerarse que en el reinado de Constantino se brindaron pasos definitivos hacia la configuración de la Edad Media europea. Tras su muerte se desataron ásperas discusiones sucesorias entre sus hijos, en las que resultó victorioso Constancio II.

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