Constantin Meunier

Ya sea inspirando a más personas o siendo una pieza esencial de la acción. Constantin Meunier es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Constantin Meunier es conocer más acerca de etapa determinada de la historia del género humano.

Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Constantin Meunier, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa esencial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Constantin Meunier, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Constantin Meunier, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Constantin Meunier influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Constantin Meunier.

Vida y Biografía de Constantin Meunier

(Etterbeek, 1831 - Ixelles, 1905) Pintor y escultor belga. Artista polifacético de estilo verdadera, se formó en academias oficiales y estudios particulares en Bruselas, y se dedicó a la pintura religiosa y también histórica. En los años ochenta del siglo XIX se interesó por el planeta del trabajador, temática que le inspiró múltiples pinturas y estatuas.

Constantin Émile Meunier aprendió primero de su hermano, el grabador Jean-Baptiste Meunier, para entonces entrar en 1845 en la Academia de Bruselas, donde fue comandado por el escultor Louis Jehotte desde 1848. Después, entre 1851 y 1857, estuvo en una investigación privado bajo las órdenes del escultor Charles-Auguste Fraikin y del pintor François Joseph Navez. Por las tardes asistía a la clases de pintura de Charles de Groux, del estudio de San Lucas, quien tuvo esencial predominación en Meunier. Hizo amistad con artistas como Louis Dubois o Félicien Rops, con los que fundaría en 1868 la Société Libre des Beaux-Arts (Sociedad Libre de Bellas Artes) en Bruselas, exponente del realismo de vanguardia.

Desde una estancia en la trapa de Westmalle (cerca de Amberes) entre 1857 y 1859, Constantin Meunier se sintió atraído por situaciones de la vida claustral, y asimismo por individuos religiosos y también históricos. Aceptó varios pedidos de iglesias por pretensiones económicas. De esta etapa es Entierro de un trapense (1860); Ecce homo; Martirio de San Esteban; Maternidad o Episodio de la guerra de los campesinos.

Más tarde, desde la década de los años 80 del siglo XIX, le impresionó vivamente una visita a la provincia de Henao en Valonia, intensamente transformada por el apogeo de la minería y la revolución industrial, y cambió su temática previo por otra en que representaba a los trabajadores de la región y la sombría humillación de sus panoramas. Envió ciertas pinturas al Salón de París y al de Bruselas. Ilustró el libro La Belgique (Bélgica), de Camille Lemonnier, y estuvo en España entre 1882 y 1883, con el propósito de copiar El descendimiento de Van der Weyden. También adquirió novedosa experiencia en el régimen de situaciones; de ese instante es su obra Factoría de Tabaco en Sevilla (1883).

Al regresar a Bruselas inició sus primeras estatuas, como El pudelador (1885). Mostró particular atención al planeta de la minería, con proyectos como El viejo caballo de la mina de carbón, La explosión de grisú (1887, sobre una catástrofe real), Las mujeres de los mineros o Regreso de los mineros. Trabajó prácticamente de forma exclusiva en bronce, dando a sus figuras de trabajadores conciencia de su humanidad y dignidad.

En 1887 fue nombrado instructor de la Academia de Lovaina y después de la de Bruselas. Comenzó entonces un grupo de parcas estatuas dedicadas al trabajo que deseó llamar Monumento al Trabajo. El grupo quedó inacabado, ya que solo efectuó del mismo 4 relieves (La industria, La cosecha, El puerto y La mina) coronados con 4 figuras alusivas (El herrero, El sembrador, El antepasado y El minero); el monumento fue instalado un buen tiempo después, en 1930, en la plaza de Trooz en Bruselas.

En 1896 presentó una exposición retrospectiva de su obra en la Galería Art Noevau de París, con el apoyo de Henry Van de Velde. Fue entonces bien recibido en Alemania y Austria. Elegido integrante de la Academia Real de Bélgica (1900), recibió múltiples premios como pintor (medalla de bronce en la Exposición Universal de 1889) y como escultor (enorme premio en las exposiciones universales de 1889 y 1900, oficial de la Orden de Leopoldo y caballero de la Legión de honor en 1889). Su casa de Bruselas fue habilitada como museo ahora desde 1900, unos años antes de su muerte, la que le sobrevino mientras que hacía un conjunto escultórico que se titula Fecundidad, en honor del escritor Émile Zola. Su obra ejercitó una esencial predominación en el arte contemporáneo.

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