Conde Oliba

Ya sea inspirando a otras personas o formando parte de la acción. Conde Oliba es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Conde Oliba es comprender más sobre época determinada de la historia del género humano.

Comprender las luces y las sombras de las personas relevantes como Conde Oliba, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Conde Oliba, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Conde Oliba, personas a quienes de un modo u otro Conde Oliba influenció, y indudablemente, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Conde Oliba.

Las biografías y las vidas de personas que, como Conde Oliba, seducen nuestro interés, deben valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Conde Oliba, el motivo por qué Conde Oliba vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Conde Oliba

(Hacia 923 - Montecasino, 990) Conde de Cerdaña (967-988) y de Besalú (984-988). También fue señor de Berga, Conflent y Vallespir. Gobernó en colaboración con sus tres hermanos: Sunifredo, conde de Cerdaña; Wifredo, que fue conde de Besalú; y Miró, llamado Bonfill, que ejercitó la carrera eclesiástica. Los 4 hermanos desarrollaron una política caritativa donde se conjugaban sus respectivas esferas de poder. Durante aquella época fue la familia más esencial de Cataluña, al lado de los condes de Barcelona, con cuyo estirpe compartían vínculo.

Fue el tercer varón del conde Miró II el Joven y de la condesa Ava. Su padre había sosprechado una modalidad de sucesión donde gobernaran los 4 hijos, pero a su muerte, en 927, eran todos menores, y doña Ava se encargó de su tutela y de la administración de los condados. La primera oportunidad que Oliba hace aparición citado en los documentos es en 936, con ocasión de la adquisición, al lado de su madre, de unos terrenos en Vallespir.

Cumplió su mayoría de edad hacia 938 y empezó a ayudar con su hermano Sunifredo en el gobierno de la Cerdaña. En 952 recibió solidariamente con sus hermanos un precepto de Luis IV de Francia, por el que pasaban a su poder los recursos expropiados al vizconde Sunifredo, acusado de traición; aquel mismo año los 4 formaron parte de la fundación del monasterio de Sant Pere de Camprodon. Un año después asistió al lado del conde de Cerdaña a la consagración de la iglesia de Sant Germán de Cuixá. En 957 Oliba y Sunifredo han tomado el control de Besalú tras el homicidio de Wifredo II. Juntos hicieron en 959 unas donaciones al vizconde Isarn de Conflent y, adjuntado con Miró permutaron recursos con la abadesa Fredeburga de Sant Joan de les Abadesses.

En 965 Oliba quedó adelante del estirpe tras la desaparición de Sunifredo de Cerdaña, al haber fallecido su madre Ava en 961. Encargó a Miró el gobierno de Besalú, si bien en ciertos documentos prosiguió firmando como conde de Besalú, más allá de que Miró, que desde 965 era obispo de Girona, rigió bajo la autoridad de su hermano. En 984 Oliba viajó a Roma adjuntado con el abad Garí de Cuixá para pedir del papa Juan XIII 2 bulas, una para el monasterio de Arlés y otra para el de Cuixá.

En 974 encabezó al lado del obispo de Girona y otros magnates la consagración de la iglesia de Sant Miquel de Cuixá, comenzada a crear por Sunifredo II. Oliba y Miró hicieron donaciones al monasterio de Ripoll en 957. En 977 crearon el monasterio de Sant Pere de Besalú y aquel mismo año asistieron, adjuntado con Borrell II de Barcelona y otros nobles, a la consagración de la novedosa basílica de Ripoll. También en 977 crearon el convento de Santa María i Sant Urbici de Serrateix. Cuatro años después hicieron una exclusiva donación a Ripoll.

En 979 Oliba devastó y saqueó las tierras de Carcassona, sin que haya podido ser documentada la razón que adujo el conde de Cerdaña para llevarlo a cabo. El resultado de la superioridad militar del conde Oliba fue la distribución por la parte de Roger I de Carcassona de la comarca del Capcir adjuntado con las tierras de Sault, Fenolleda, Donzan y Parapetusa, que desde ese momento han quedado adheridas al patrimonio de la vivienda condal de Cerdaña. Sobre aquellas datas Oliba se vio obligado a sofocar un alzamiento contra él de los señores de los castillos de Viver y Estela, en la región próxima a la marca de Solsona.

Oliba, que fue llamado Cabreta por una contrariedad física que le impedía expresarse, rigió la integridad de los condados desde la desaparición de Miró II Bonfil en 984 y hasta 988. De su matrimonio con Ermengarda, que sucedió hacia 966, tuvo cinco hijos: Oliba, después popular como el Abad Oliba, que tomó la carrera eclesiástica; Bernat, que heredó el condado de Besalú; Wifredo II, conde de Cerdaña; Berenguer y Adelaida. También tuvo una hija ilícita de Ingilberga, mujer de Emenir, veguer de Besora, que recibió exactamente el mismo nombre que su madre y fue la última abadesa de Sant Joan de les Abadesses.

El conde Oliba llevó una azarosa vida, cargada de crímenes. Al final de sus días procuró la confesión de Romualdo, un eremita con popularidad de santurrón, al no hallar otro sendero de salvación que dejar el planeta y tomar los hábitos monásticos. En febrero de 988, con una recua de quince mulas cargadas de riquezas, tomó el sendero de Italia para entrar en el monasterio de Montecasino, donde se ordenó monje y radicó hasta su muerte. Tras su marcha a Italia se encargó de todos y cada uno de los condados su mujer Ermengarda a lo largo de la minoría de edad de sus hijos. Incluso en sus primeros años de viudedad, dejó a éstos formar parte en el gobierno de sus estados.

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de un ser como Conde Oliba, que tuvo su importancia en un momento concreto de la historia, es vital tratar de mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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