Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que tuvo Conde de Fernán Núñez en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a Conde de Fernán Núñez, sino que a lo mejor dejó una huella mucho más insondable de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Conde de Fernán Núñez de modo personal.Conde de Fernán Núñez ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Conde de Fernán Núñez, atraen nuestra atención, tienen que valernos en todo momento como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Conde de Fernán Núñez, el motivo por qué Conde de Fernán Núñez vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inevitable, la historia.
(Carlos José Francisco de Paula Gutiérrez de los Ríos y Sarmiento de Sotomayor, séptimo conde de Fernán Núñez; Lisboa, 1779 - París, 1822) Político español. Formó una parte de la camarilla del príncipe de Asturias, por su enemistad con Godoy. Tomó parte en las cortes de Bayona (1808). Nombrado embajador en Londres (1812) por la regencia, firmó los tratados de París y Viena (1815). Intervino en las negociaciones a escala europea que provocaron la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis.
A lo largo del reinado de Carlos IV (1788-1808), Carlos Gutiérrez de los Ríos fue entre los enormes que se alineó en la facción de Fernando, príncipe de Asturias (futuro Fernando VII), en frente de Manuel Godoy. En 1808 efectuó su primera misión diplomática de una parte de Fernando VII, que le envió a Francia a fin de que entregara a Napoleón una misiva donde le solicitaba la mano de su sobrina, al unísono que adjuntado con los duques de Frías y Medinaceli se le encargaba saludar al emperador en Bayona (Francia).
Tras la abdicación de Carlos IV y Fernando VII a favor de José Bonaparte, integró el conjunto de nobles que juró el Estatuto de Bayona (6 de junio de 1808). De vuelta a Madrid con José I, desempeñó el cargo de jefe de la Casa Real. Sin embargo, a causa de la victoria del ejército regular español en la guerra de Bailén (19 de julio de 1808) a lo largo de la Guerra de la Independencia (1808-1814), se pasó al bando antifrancés e inclusive votó la Constitución de 1812. Al final de la contienda fue nombrado por la regencia embajador en Londres.
Instaurado Fernando VII en el trono, el conde de Fernán Núñez fue partidario de anular las reformas llevadas a cabo por las Cortes de Cádiz y apoyó con su firma la solicitud para derogar el decreto sobre señoríos de 1811. En 1817 fue escogido embajador español en París, y se le dieron plenos poderes para firmar los tratados de Viena y París de 1815, que previamente se había negado a rubricar Pedro Gómez Labrador. También negoció la firma del tratado para la sucesión en Parma (Italia), que logró el reconocimiento de los derechos de la reina de Etruria. Fernando VII le concedió la dignidad ducal (1817) como recompensa a la realización de todas y cada una estas negociaciones.
Con la llegada del Trienio Constitucional (1820-1823), Carlos Gutiérrez de los Ríos fue destituido de su cargo de embajador en París, pero sostuvo su vivienda en la ciudad más importante francesa, donde fue agente misterio de Fernando VII. Se encargó de detallar los contactos con el monarca francés, Luis XVIII, para hallar la intervención europea en España y volver a poner el absolutismo. Gracias a sus gestiones, Fernando VII consiguió el acompañamiento esperado a lo largo de la celebración del Congreso de Verona (1822) y que se materializó en la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis (1823). Falleció a consecuencia de una caída de caballo poco tiempo antes de ver consumado el triunfo de la invasión y la reinstauración de Fernando VII como monarca abosluto.
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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de una persona como Conde de Fernán Núñez, que tuvo su significación en un momento concreto de la historia, es vital intentar brindar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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