Las biografías y las vidas de personas que, como Claudius Dornier, cautivan nuestro interés, tienen que valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Claudius Dornier, el motivo por el cual Claudius Dornier vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
(Kempten, 1884 - Zug, 1969) Ingeniero alemán. Fue entre los vanguardistas alemanes en el diseño y construcción de aeroplanos. De la factoría de Claudius Dornier salieron, tanto para empleo militar como civil, cerca de cien modelos distintas de aeroplanos, de hidroaviones y de primigenios helicópteros durante su crónica. Al final de su historia, la factoría tenía sucursales en países tan distintas como Suiza, Holanda, Japón, España y Estados Unidos.
Dornier completó su educación aeronáutica en 1907 en el instituto técnico de Múnich y, tres años después, comenzó a trabajar para Ferdinand von Zeppelin en la factoría de aeroplanos Friedrichshafen. La primera aportación de Dornier a la industria aeronáutica fue el diseño del primer aeroplano construido completamente en metal en el año 1911. Ante el éxito alcanzado, Zeppelin le dio la oportunidad de hacer una división separada de la compañía, la factoría de aeroplanos Dornier en Friedrichshafen.
Esta división fue singularmente productiva a lo largo de la Primera Guerra Mundial, en tanto que varios de los materiales allí elaborados, eminentemente piezas de madera y metales rápidos, fueron utilizados por la aviación alemana. Esto logró que varios de los hidroaviones usados en la década de 1920 saliesen de la factoría de Dornier.
En 1929 se creó el modelo popular como DO-X, en esos instantes el aeroplano mucho más grande de todo el mundo. El avión tenía 48 metros de longitud de alas y 40 metros de largo total. La propulsión del aparato se encontraba al cargo de un total de 12 motores, y dentro suyo podían viajar 169 usuarios. El avión era con la capacidad de llevar una carga total de 50.000 kg, lo que suponía el doble que cualquier otra aeronave de la temporada.
La prueba de fuego para el DO-X se causó en 1931, en el momento en que logró recorrer con éxito el camino transoceánico entre Alemania y Estados Unidos. A pesar de que técnicamente era magnífico, la fabricación del avión se desaconsejó primordialmente por el prominente coste de producción. En 1933 fue contactado, como una gran parte de los desarrolladores y también ingenieros alemanes, por los amos de la aviación militar germana, que pretendían reconstruir clandestinamente su flota aérea, y de esta forma fue como Dornier comenzó a trabajar en el rearme de Alemania, ordenado por los líderes del nazismo.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, nuevamente se causó un colosal avance en la industria aeronáutica, y así apareció el Dornier 17, que iba a ser empleado por las tropas de la Luftwaffe. Tras la guerra, y con la ocupación aliada de Berlín, la fabricación de aeroplanos en Alemania se vino abajo, con lo que Claudius Dornier debió mover su planta de producción a España.
De esta forma estableció en 1950, en Madrid, la Oficina Técnica Dornier, cuyo primer y único emprendimiento fue el Dornier 25, en contestación al requerimiento de una avioneta de link por la parte del Ejército del Aire. Construida en Sevilla por CASA, propulsada por un motor español "Tigre" y conducida en su vuelo inicial por Ernesto Nienhuisen, la Do-25 superó en el certamen a la AISA AVD-12 contrincante, y fue consecuentemente premiada con un pedido de cincuenta entidades.
Poco tras el abandono de los socios de Berlín en 1955, Dornier abrió una exclusiva factoría en Múnich para crear el Dornier 27, un avión rápido para el transporte que no era otra cosa que el Do-25 construido en España, pero con un motor continental. Este aeroplano sería el primero de cualquier clase que se fabricó en serie en la República Federal Alemana. El siguiente paso del constructor alemán fue el avance del Dornier 31 y del Dornier 32, una suerte de helicópteros plegables.
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