(Breslau, 1865 - Schenectady, 1923) Matemático y también ingeniero eléctrico alemán (nacionalizado estadounidense) cuyos estudios sobre la corriente alterna facilitaron la utilización de esta clase de energía en la segunda etapa de la Revolución industrial.
Nacido Karl August Rudolf Steinmetz, una deformidad física -era corcovado- le logró resguardarse en los libros de artículo en su juventud, donde probó una excepcional capacidad en matemáticas, física y literatura tradicional. Tras graduarse con todos y cada uno de los honores en el Gymnasium de su ciudad, Charles P. Steinmetz ingresó en la Universidad de Breslau en 1883, donde inició alguna actividad política en un club de alumnos socialistas que después se asoció al Partido Socialdemócrata Alemán.
Al realizarse una redada donde fueron apresados múltiples de sus camaradas, se encargó de la dirección del periódico del partido, La Voz del Pueblo, cuyos editoriales fueron calificados de incendiarios por las autoridades y también irritaron a la policía hasta el punto en que Steinmetz se vio obligado a dejar el país.
Tras una corto estancia en Zürich, emigró a Estados Unidos como polizón en un carguero, y al poco de llegar consiguió un empleo en una pequeña compañía de electricidad, propiedad de su compatriota Rudolf Eickemeyer y ubicada en Yonkers, en el estado de Nueva York. Al poder la nacionalidad estadounidense americanizó su apellido y también ingresó como segundo nombre el apelativo de guerra de sus tiempos socialistas (Proteus), con el que firmaba los corrosivos editoriales.
En tal compañía, y con la bendición de su patrón, Charles Steinmetz montó un pequeño laboratorio en el que efectuó la mayoría de sus descubrimientos, entre aquéllos que está el estudio del fenómeno de histéresis en electroimanes (1892), fenómeno que da rincón a pérdidas de energía con apariencia de calor. Su estudio dejaba que los ingenieros eléctricos diseñasen apropiadamente cada electroimán conociendo por adelantado cuáles eran sus pérdidas energéticas, destacable avance si se considera que de antemano tan solo era viable medir las pérdidas una vez construido el aparato.
Un año después, en el momento en que la compañía fue absorbida por la General Electric Co., logró que se respetase su puesto y su laboratorio, y desarrolló una teoría matemática que dejaba los cálculos en circuitos de corriente alterna, lo que facilitó que se cambiaran las redes eléctricas de corriente continua que ya están previamente por la considerablemente más económica y de forma fácil conducible corriente alterna.
Ese año publicó una teoría sobre las llamadas corrientes transitorias, corrientes eléctricas que se muestran en los aparatos una vez fueron desconectados y que generan muy con frecuencia daños irreparables en las máquinas. Estos fenómenos con frecuencia se ven acompañados de la emisión de luz. Tras diseñar y crear un generador con la capacidad de proveer descargas de diez.000 amperios a cien.000 voltios a lo largo de una cienmilésima de segundo, reales rayos artificiales con los que estudiar este género de fenómenos, publicó una obra sobre la transmisión de ondas en el aire que quedó, como prácticamente todo cuanto publicó, como un tradicional.
Estas proyectos, gracias a la aridez de su régimen matemático estricto, fueron entendidas por escasos de los integrantes de los congresos a los que asistió, si bien a absolutamente nadie se le escapó su relevancia como herramienta teorética de predicción en diseños eléctricos. Todo ello le condujo a facilitar el lenguaje matemático de sus productos, de manera frecuente usando una notación simbólica fácil, dividirlos en episodios mucho más de forma fácil asimilables y modificar un libro de matemáticas dirigido a ingenieros eléctricos, de manera que sus métodos de cálculo fueron generalizándose en todo el sector.
Una conocida anécdota refiere que Henry Ford llamó a Charles Proteus Steinmetz a fin de que investigara qué le ocurría a un generador de su factoría que no funcionaba apropiadamente. Tras pasarse un par de días examinando su desempeño, Steinmetz solicitó una escalera y una tiza, se subió al generador y también logró una marca en él, y mandó que quitaran precisamente de ese punto dieciséis vueltas de la bobina. Tras realizar el arreglo y revisar que funcionaba apropiadamente, Steinmetz extendió una factura por diez mil dólares estadounidenses al señor Ford. Cuando este solicitó que detallara la factura, escribió en un papel: «Marca de tiza: 1 dólar. Saber dónde ponerla: 9.999 dólares americanos».
Steinmetz fue presidente del Instituto Americano de Ingenieros Eléctricos, integrante de la Academia de Artes y Ciencias y doctor honoris causa por el Union College de Schenectady. Entre sus proyectos resaltan General lectures on electrical engeneering (1909), Theory and calculation of alternating current phenomena (1909), Theory and calculation of transient electric phenomena (1909), Radiation light and illumination (1911), Elementary lectures on electric discharges waves and impulses (1912), Theory and calculation of electrical apparatus (1917), Theory and calculation of electric circuits (1917) y Engineering mathematics (1917).
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