Chang Kai-shek

La historia del mundo la escriben aquellas personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado queel género humano, de una forma u otra,prospere.

Ya sea inspirando a otras personas o formando parte de la acción. Chang Kai-shek es uno de esos seres humanos cuya vida, realmente, merece nuestra consideración por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Chang Kai-shek es conocer más acerca de un periodo concreto de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que detentó Chang Kai-shek en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue determinante no sólo para quienes trataron a Chang Kai-shek , sino que quizá dejó una señal mucho más honda de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Chang Kai-shek de modo personal.Chang Kai-shek ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Chang Kai-shek , personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Chang Kai-shek , sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Chang Kai-shek , personas a quienes de de una u otra forma Chang Kai-shek influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Chang Kai-shek .

Vida y Biografía de Chang Kai-shek

(Jiang Jieshi o Chang Kai-shek, asimismo llamado Chiang Kai-shek; Fonghien, 1887 - Taipei, Taiwan, 1975) Militar y político chino, primer presidente de la República Nacionalista China. Formado como militar en el Japón (1907-11), se unió al movimiento nacionalista Kuomintang de Sun Yat-Sen; éste le envió a la Unión Soviética a estudiar los métodos organizativos de los bolcheviques; y después le encargó la dirección de la novedosa academia militar de Whampao (1924), bajo la supervisión política del comunista Chu En-Lai.

Al fallecer Sun en 1925, Chang Kai-shek aceptó el mando del Kuomintang y lanzó la llamada «revolución nacional» en unión con los marxistas: desde sus bases en el sur de China fueron venciendo a los amos militares semiindependientes que dominaban el centro y norte, hasta poder la práctica unificación del país en 1927-28. Entonces rompió con los marxistas, a cuyos simpatizantes persiguió de manera sanguinolenta (matanzas de Shangai y Cantón, 1927), y formó un gobierno monocolor nacionalista con capital en Nankín.

Chiang Kai-shek ejercitó prácticamente una dictadura personal de ideología conservadora, ya que procuraba recobrar la armonía popular clásico que platicaba Confucio; el poder fue repartido entre 4 enormes familias, todas y cada una ellas ligadas al dictador: los Chang, los Sung, los Kung y los Chen. El contenido nacionalista del movimiento quedó destacado al conseguir de los occidentales la devolución de ciertas concesiones coloniales; en cambio, abandonó objetivos sociales como la reforma agraria, que había defendido a lo largo del periodo de tiempo de coalición con los marxistas.

El consiguiente descontento campesino fue la base sobre la que se apoyó la revolución comunista dirigida por Mao Zedong que, desde 1930, sumió a China en una guerra civil. Chang Kai-shek venció al «Ejército Colorado» de los marxistas tras batallar con ellos en cinco campañas, obligándoles a retirarse hacia el interior (la «extendida marcha» de 1934-36). Pero ello no asentó el poder de Chang Kai-shek, en tanto que, por una parte, Mao logró resguardarse en la provincia de Yenan, donde creó una República comunista; y, por otro, Japón dirigió hacia China sus ambiciones de expansión territorial, ocupando consecutivamente Manchuria (1932), Jehol (1933) y la costa norte de China, introduciendo Pekín y Nankín, hasta Shangai (1937).

La parte mucho más densamente poblada del país quedaba de esta manera en manos extranjeras. La Guerra Chino-Japonesa de 1937-45 fue un capítulo mucho más de la Segunda Guerra Mundial. Chiang Kai-shek debió aliarse nuevamente con sus contrincantes marxistas para oponer una resistencia mucho más eficiente a los invasores; a cambio, recibió de éstos el mando supremo de las operaciones militares.

Pero tan rápido como la contraofensiva de los socios (británicos y norteamericanos) derrotó al Japón en 1945, nacionalistas y marxistas reiniciaron las hostilidades en una exclusiva guerra civil, que se extendería hasta 1949. El Kuomintang logró supervisar las enormes urbes, pero los marxistas, apoyados en la pobreza del campesinado, fueron continuando situaciones. A pesar del profundo acompañamiento de Estados Unidos, Chang Kai-shek terminó aceptando su derrota y se retiró con sus incondicionales (unos 2 miles de individuos) a la isla de Formosa o Taiwan, en donde sostuvo la administración de la China nacionalista, mientras que en el conjunto de naciones los marxistas implantaban la República Popular China (1949).

El contexto de «guerra fría» entre las superpotencias dio a Chang Kai-shek la protección de norteamérica como luchador anticomunista. Durante cierto tiempo preservó la representación de China en las Naciones Unidas (detentando el pertinente sillón de integrante persistente del Consejo de Seguridad), mientras que la China de Mao, excluida de la ONU, era doblegada a un bloqueo económico.

Al final, el realismo de las relaciones de todo el mundo se impuso y la China nacionalista quedó como un pequeño Estado mucho más, enemigo de la vigorosa República Popular China. Chang Kai-shek se sostuvo hasta su muerte como presidente de la pequeña República de Taiwan, que sostenía la ficción de ser el último reducto de la China nacionalista, aspirando teóricamente a la reunificación del país bajo su poder.

Fue, en cambio, la China comunista la que, apoyándose en su destacable superioridad demográfica, económica y militar, procuró tomar Taiwan por la fuerza en 1957-58; no lo logró, de nuevo, por la protección de norteamérica, que estuvo a puntito de conducir a un combate armado entre China y Estados Unidos.

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