Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Cecilia Bartoli es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Cecilia Bartoli es comprender más acerca de etapa determinada de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que atesoró Cecilia Bartoli en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Cecilia Bartoli, sino que tal vez produjo una señal mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Cecilia Bartoli de forma personal.Cecilia Bartoli ha sido una de esas personas que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Cecilia Bartoli, atraen nuestro interés, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Cecilia Bartoli, el motivo por el cual Cecilia Bartoli vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
(Roma, 1966) Mezzosoprano italiana considerada entre las voces del bel canto mucho más esenciales de los últimos tiempos. Desde los principios de su trayectoria, Cecilia Bartoli se impuso como una genuina experto en el bel canto, en especial en Gioacchino Rossini. Sus primeras grabaciones con música de este compositor supusieron los primeros enormes éxitos de la artista, cuya carrera siguió desde ese momento una línea ascendiente. Pero la mezzosoprano italiana no se satisfizo con cultivar un único repertorio, y próximamente resaltó del mismo modo como intérprete mozartiana y del repertorio tradicional generalmente, tal como asimismo del repertorio barroco.
Cecilia Bartoli estudió en el Conservatorio de Santa Cecilia de la ciudad más importante italiana, si bien asimismo sus progenitores (los dos vocalistas expertos) formaron parte de su capacitación musical. La madre, Silvana Bazzoni, se encargó de introducirla en la técnica vocal, y su padre, Angelo Bartoli, en la interpretación.
Si bien a la edad de nueve años participó en un montaje de la ópera Tosca de Giacomo Puccini en la Ópera de Roma (interpretó el corto papel del pastor), su interés por el canto no se despertó hasta siete años después. Ella misma de esta forma lo reconoció en determinada ocasión en una entrevista: “No descubrí el canto hasta los dieciséis años; mi primera pasión fue el flamenco”. Bartoli se encontraba persuadida de que “si no hubiese comenzado con el canto, hubiese iniciado una carrera en una compañía de danza flamenca”.
En 1985 cantó en la televisión, y la al azar deseó que el directivo de orquesta Riccardo Muti la escuchase. Muti la invitó a cantar en la Scala de Milán y en 1993 Bartoli participó en un montaje bajo el mando del directivo en el coliseo milanés: nada menos que un Don Giovanni de Mozart. Por esos años, la artista ahora comenzaba a ser famosa, en especial como intérprete belcantista, más que nada de Gioachino Rossini.
Pero tal como Herbert von Karajan se fijó en ella para interpretar la Misa en si menor de Bach en Salzburgo en 1990, otro enorme profesor, Daniel Barenboim, estimó que su voz y su estilo eran idóneas para dar la vida a los individuos de las óperas de Mozart sobre guiones de Lorenzo Da Ponte. Fue entonces en el momento en que cantó por vez primera en Estados Unidos, en 1990, en el Lincoln Center de Nueva York. Su triunfal debut en la Metropolitan Opera House de los edificios sucedió seis años después.
Las grabaciones discográficas, con proyectos de Rossini y Mozart, se sucedían y la mezzosoprano italiana era ahora considerada entre las vocalistas mucho más esenciales actualmente. En 1998 fue el Cherubino de Las bodas de Fígaro de Mozart en Zurich, bajo el mando de Nikolaus Harnoncourt, y su vinculación con el teatro de esta localidad suiza la llevó a instalarse allí, donde prosigue radicando.
El interés por el repertorio barroco que Bartoli ha manifestado siempre y en todo momento se tradujo en grabaciones discográficas de enorme nivel, la mayor parte consideradas referenciales por la crítica enfocada, como la espléndida versión de la ópera Rinaldo de Händel apuntada por Christopher Hogwood y los conocidos Vivaldi Album y Gluck Album, todos ellos genuinos éxitos de ventas, a los que cabe añadir el tradicional Salieri Album.
Intérprete temperamental, escencial y apasionada, con la capacidad de expresar al cantar el mucho más profundo dramatismo y la mayor de las alegrías, Bartoli es asimismo estricta y reflexiva. Conoce con perfección aquello que interpreta tras un profundo estudio y expone su trabajo desde una óptica próxima al historicismo, si bien jamás deja de implicarse emotivamente en su trabajo. Su sinceridad no pasa inadvertida por el público de los teatros ni por los millones de apasionados que la pasan bien de la hermosura de sus grabaciones.
Entre sus discos recientes, el que lanzó en 2005 se erigió en escaso tiempo como uno de sus mucho más definitivos éxitos. Se trata del que se titula Opera proibita, al lado de Les Musiciens du Louvre liderados por Marc Minkowski, y basado en arias de Händel, Caldara y Scarlatti compuestas entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, en un instante en que la ópera se encontraba prohibida por deseo expreso del Vaticano. Los músicos de la temporada se vieron obligados a dejar la creación de óperas en beneficio de los oratorios, pero la intensidad trágica de estos poco debía envidiar a las proyectos escénicas, y ciertas creaciones contenidas en esta grabación podrían ser parte sin inconveniente de representaciones operísticas. Ese repertorio realmente delicioso, y no exactamente simple de interpretar ni en el chato técnico ni en el expresivo, fue escuchado en la temporada en que se forjó en las voces de los castrati, ya que sobre las mujeres pesaba la prohibición de cantar en los santuarios.
A pesar de que los nombres de Rossini, Mozart y Antonio Vivaldi vienen inmediatamente a la cabeza del aficionado al oír vocalizar el nombre de Cecilia Bartoli, la artista intenta una mayor variedad en lo que al repertorio tiene relación, y en este sentido ha manifestado su deseo de integrar a su actividad papeles como el papel personaje principal de la ópera Carmen, de Georges Bizet.
Cabe rememorar sobre esto que, de realizarse este emprendimiento, no sería la primera oportunidad que la mezzosoprano romana abordara repertorios diferentes al barroco y al clasicismo, y para exhibe uno de sus mejores discos, el que se titula In paradisum, de 1999, en el que, al lado del barítono galés Bryn Terfel y al Coro y Orquesta de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma bajo el mando de Myung-Whun Chung, interpretó los réquiems de Gabriel Fauré y Maurice Duruflé. Asimismo, con Chung al piano, Bartoli grabó en 1996 un recital de música de autores franceses como Maurice Ravel, Georges Bizet, Hector Berlioz y Léo Delibes, que se titula Chant d’amour, y tres años antes participó en la grabación de una versión de la ópera Manon Lescaut de Puccini bajo el mando de James Levine, donde intervenían Mirella Freni y Luciano Pavarotti.
Otro aspecto que exhibe la utilidad de la artista es comprobar la lista de los músicos con los que ha cooperado. Entre ellos podemos encontrar agrupaciones señeras del historicismo, como Il Giardino Armonico, Akademie für Alte Musik Berlin, Les Arts Florissants y otros. Pero asimismo directivos de orquesta de corte clásico, como Giuseppe Sinopoli, Georg Solti, Franz Welser-Möst, Claudio Abbado, Riccardo Chailly y un largo etcétera, y pianistas acompañantes como, entre otros muchos, András Schiff y Jean-Yves Thibaudet. Con todo, para la enorme mayoría, Bartoli es una indiscutible experto en el bel canto y en los repertorios barroco y tradicional.
¿Qué juicio te merece la crónica de la vida de Cecilia Bartoli? ¿Has podido leer todo aquello que deseabas encontrar?
Sin duda alguna descubrir en lo más recóndito a Cecilia Bartoli es algo que está reservado a muy pocas personas, y que intentar reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Cecilia Bartoli es una especie de puzzleque posiblemente logremos rehacer si contribuimos todos juntos.
A causa de esto, si eres de aquellos que creen en que de forma cooperativa es posible hacer algo mejor, y tienes información con respecto a la vida de Cecilia Bartoli, o con respecto a algún característica de su personalidad u obra que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de un ser como Cecilia Bartoli, que tuvo su trascendencia en un momento concreto de la historia, es imprescindible tratar de ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
No lo dudes y contacta con nosotros para relatarnos qué sabes tú con respecto a Cecilia Bartoli. Estaremos ilusionados de perfilar esta biografía con más información.