Ya sea inspirando a otras personas o siendo una pieza esencial de la acción. Casto Méndez Núñez es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Casto Méndez Núñez es conocer más acerca de época determinada de la historia del género humano.
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Vida y Biografía de Casto Méndez Núñez
(Vigo, 1824 - id., 1869) Marino español. Luchó contra los piratas en Filipinas (1857-1862). Durante la guerra del Pacífico, entre Perú y Chile por una parte y España por el otro (1866), dirigió la escuadra de españa y bombardeó la localidad de Valparaíso; ahora atacó las fortificaciones del puerto de El Callao (2 de mayo de 1866), acción que le valió el ascenso a teniente general (1867).
Casto Méndez Núñez pertenecía a una distinguida familia gallega con vieja y acusada tradición militar. Iniciado desde muy joven en la Marina, a los dieciséis años era guardiamarina y a los diecisiete empezaba en el Nervión su carrera. En 1842, a causa de los méritos presentados en un viaje a Fernando Poo, fue impulsado a alférez de navío, debiendo dispensarle la edad para tal ascenso. Posteriormente fue designado al vapor Isabel II y al Volador, en el que ejercitó como instructor de guardiamarinas. Tomó parte en la expedición mandada en auxilio del papa Pío IX en 1848.
Ahora como teniente de navío (1850), mandó en consecutivos viajes la corbeta Berenguela y la urca Niña (1851-1852). Desde 1855, y por un par de años, fue ayudar de secretaría del Ministerio de Marina. Vuelto al mar, tuvo una evidente actuación en las luchas contra los piratas de Filipinas (1857-1862), resaltando en una célebre acción en Mindanao, al hacer viable la victoria de las armas españolas con una osado maniobra consistente en embarrancar su buque en el fango y ingresar por una tronera al fuerte enemigo; esa acción motivaría su ascenso a capitán en 1862.
Mandó como comandante el vapor Isabel II (1862-1864), la fragata Princesa de Asturias y la fragata blindada Numancia (1864), que debía dirigirse al Pacífico, donde se habían desencadenado los accidentes que desembocarían en la llamada guerra del Pacífico (1864-1871). El riesgoso pero exitoso viaje hasta este por el ajustado de Magallanes con un barco de esas especificaciones le valió el ascenso a brigadier de la Armada en 1865.
Al suicidarse el almirante Pareja (1865), Méndez Núñez debió tomar el mando de las fuerzas navales en el Pacífico, exactamente en el instante en que Perú declaraba la guerra a España y Chile se negaba a agradar las solicitudes españolas. Tras regentar el combate de Abtao, el ministro de Marina, Bermúdez de Castro, le instó a accionar con contundencia, y Méndez Núñez le respondió con el popular despacho del 24 de marzo de 1866 donde se declaraba presto a correr todos y cada uno de los peligros, por el hecho de que “mucho más vale honra sin navíos que navíos sin honra”, oración que habría de tener un trágico epilogo en 1898.
Así, presentó un ultimátum al gobierno chileno, y bombardeó Valparaíso con 2 fragatas el 31 de marzo de 1866, al expirar el término del mismo. Ante las críticas despertadas por tal acción contra una localidad prácticamente indefensa, procuró reivindicarse con el ataque a el puerto de Lima, El Callao, fabulosamente defendido, siendo jefe de una escuadra compuesta por las fragatas Almansa, Berenguela, Blanca, Resolución, Vencedora y Villa de Madrid, aparte de la Numancia. El bombardeo, en el que fue herido por una granada y hubo doscientas bajas, sucedió el 2 de mayo y fue considerado en España un éxito, que transformó a Méndez Núñez en un héroe nacional.
Vuelto a España, Méndez Núñez ascendió primero a jefe de escuadra y poco después (1867) a teniente general (nivel que rechazó aduciendo no considerarse merecedor de él), y fue alto a vicepresidente del Almirantazgo. Recibió múltiples condecoraciones, fue nombrado hijo adoptivo por múltiples ciudades y escogido diputado a Cortes por La Coruña, e inclusive se pensó en él para ocupar el trono en 1869 tras la Revolución de 1868, que había depuesto a Isabel II. Méndez Núñez rechazó la oferta y murió el 21 de agosto de ese año, según los médicos por las lesiones recibidas en El Callao, si bien no faltó el rumor de que había sido ejecutado. En 1883 sus restos fueron trasladados de Vigo a San Fernando (Cádiz) a fin de que reposaran en el Panteón de Marinos Consagrados.
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