La historia universal la narran aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela civilización, de una forma u otra,avance.
Ya sea inspirando a otros seres humanos o siendo parte de la actuación. Carlos Castilla del Pino es uno de esos sujetos cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Carlos Castilla del Pino es conocer más acerca de etapa determinada de la historia del ser humano.
(San Roque, 1922) Psiquiatra y ensayista español, popular a lo largo de años como el "psiquiatra colorado" por el hecho de que, a lo largo de la España franquista, se transformó en adalid de un movimiento clínico y también intelectual que luchó por la humanización del régimen del enfermo mental y la introducción de técnicas farmacológicas que aliviaran su padecimiento. Este "marxista intelectual" publicó mucho más de veinta libros que corrieron de mano en mano entre los universitarios de los años setenta.
Estudió en el internado del Colegio Salesiano de Ronda hasta el momento en que el estallido de la Guerra Civil forzó a su familia a moverse a Gibraltar. Concluido el enfrentamiento, en 1940 viajó a Madrid, donde cursó la carrera de Medicina con especialidad en Psiquiatría y se doctoró con la proposición llamada "Fisología y nosología de la percepción óptica del movimiento". Sus primeros años de profesión estuvieron vinculados al departamento de Psiquiatría del Hospital General de Madrid, al lado del doctor López Ibor, y al departamento de Neuropatología del Instituto Cajal.
En 1949 ganó por oposición la plaza de directivo del Dispensario de Psiquiatría de Córdoba, institución andaluza donde, desde entonces, desarrolló su actividad clínica. No consiguió la cátedra de psiquiatría en 1960, situación que representó una las mayores fracasos expertos de su historia, si bien por último desarrolló una conocida tarea enseñante en la Facultad de Medicina de la Universidad cordobesa, donde en 1983 le fue concedida la cátedra excepcional de Psiquiatría y Dinámica Popular. Desde su jubilación en 1987, continuó con su tarea estudiosa en la Fundación Aula Castilla del Pino, construída en 1993 con el propósito de publicitar la psiquiatría y asumir las funcionalidades del Instituto de Investigación Psicopatológica.
También fue instructor en la Escuela de Ciencias Sociales, adjuntado con López Aranguren y Tierno Galván, y su aportación significó un estímulo para la renovación de la clínica siquiátrica en España. Cuenta en su haber con mucho más de 30 proyectos siquiátricas y 186 monografías neuropsiquiátricas publicadas en gacetas preparadas. Además es creador de sobra de cien ensayos, 2 novelas -Alegato de Onofre (1977) y La alacena tapiada (1991)- y un libro de memorias -Pretérito imperfecto (1997)-, donde recopila los retazos de una vida personal marcada por capítulos trágicos y entrometidas anécdotas.
Testigo directo de los horrores de la guerra fraticida, fue un decidido opositor del régimen franquista y militó en el Partido Comunista hasta 1980, si bien siempre y en todo momento se definió políticamente como un fácil demócrata. Dos años tras su jubilación puso fin a un largo matrimonio del que nacieron cinco hijos, tres de ellos trágicamente muertos, y estableció su vivienda al lado de su novedosa pareja en la ciudad cordobesa de Castro del Río.
Destinado en un comienzo en la vía psicoanalítica abierta por Freud, Castilla del Pino aceptó entonces los puntos de vista críticos de la "novedosa psiquiatría". Su cuenta de que la conducta humana -tanto habitual como patológica- se encuentra inmersa en un contexto popular, le llevó a adoptar el procedimiento dialéctico marxista en la práctica siquiátrica, continuando hacia la elaboración de una "antropología dialéctica" que represente una síntesis sicológica, antropológica, filosófica y política. Su emprendimiento se enfoca en el avance de lo que él mismo ha llamado como "psiquiatría etodinámica", caracterizada por la utilización de distintos modelos teóricos (lingüístico, histórico, antropológico, fenomenológico) y metodologías (hermenéutica, marxismo) para detallar el concepto de las formas de proceder que estudia la psicología.
Sus proyectos dan fe de un espíritu abierto a las mucho más distintas manifestaciones de la civilización. En Dialéctica de la persona, dialéctica de la situación (1968) busca desarrollar una antropología con la capacidad de hablar de las relaciones entre el sujeto y la verdad, de manera que la independencia del hombre, entendida como motor de la historia, se forma en fundamento de la apropiación de lo real, en oposición a las distintas interpretaciones idealistas o mecanicistas. También traza el marco de referencia teorética para una psicoterapia que tenga presente la dialéctica del hombre con su situación.
El campo de psicopatología y de la psiquiatría lo encara en proyectos como Un estudio sobre la depresión (1966), La culpa (1968), Introducción al masoquismo (1973), Introducción a la psiquiatría (2 vols., 1979, 1980), Estudios de psicología sexual (1984), Teoría de la alucinación (1984), Cuarenta años de psiquiatría (1987). La ontología humana se ve reflejada en Teoría de la incomunicación (1970).
También se ocupó del análisis del alegato en Introducción a la hermenéutica del lenguaje (1972). En 2000 publicó Teoría de los sentimientos, una obra donde examina las funcionalidades que lleva a cabo el aparato sensible de los individuos. Para el creador, el hombre es una máquina de querer, y en el momento en que no se genera una función sensible precisa se consigue como resultado un sentimiento anormal.
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