La historia del mundo está escrita por aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela sociedad, de una forma u otra,avance.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que detentó Carlos Arniches en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en este mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Carlos Arniches, sino que tal vez dejó una huella mucho más insondable de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Carlos Arniches en persona.Carlos Arniches ha sido una de esas personas que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Carlos Arniches, atraen nuestra curiosidad, deben ayudarnos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Carlos Arniches, el motivo por qué Carlos Arniches vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
(Carlos Arniches y Barrera; Alicante, 1866 - Madrid, 1943) Comediógrafo español reconocido como el mucho más claro continuador del sainete costumbrista del siglo XIX. De joven cooperó con el períodico La Vanguardia, de Barcelona, hasta el momento en que se trasladó a Madrid. Encontró un asegurador en el músico Ruperto Chapí, creador de varias partituras del género chaval y hombre muy popular. Con su asistencia, Arniches logró ingresar en el planeta teatral madrileño. Antes había cooperado en distintas publicaciones; pero su auténtica vocación era el teatro.
Los principios de su producción tienen dentro sainetes y guiones para ciertas zarzuelas de fines del siglo XIX y principios del XX en colaboración con Cantó, García Álvarez, Fernández Shaw y otros. Después desarrolló el llamado género chaval (sainete musical y cuadro de prácticas de vivo colorido local) hasta convertirlo en comedia sin música.
El ámbito que recrea esta faceta de su obra tiende a ser el Madrid finisecular, habitual y castizo, con individuos que charlan un lenguaje alambicado que abunda en rechistes veloces y giros veloces. Arniches no solo se limitó reproducir la jerga de ese Madrid tan peculiar, sino fue constructor de muchas expresiones que, una vez representadas, pasaron a ser de dominio público. A esta una parte de su producción forman parte títulos así como Las estrellas (1904), La flor del vecindario (1919) o Los milagros del jornal (1924).
La crítica acostumbra dividir la integridad de su obra en tres apartados, que cultivó de forma indistinta: género chaval, sainete riguroso y catástrofe ridícula. En el primero meritan mentarse La celebración de san Antón (1898) y El beato de la Isidra (1902); en lo que se refiere al tercero, Arniches fundió lo dramático con lo caricaturesco, anticipándose en cierta manera a los esperpentos de Ramón del Valle-Inclán. Su ámbito tiende a ser idéntico al del sainete, pero aquí lo cómico encubre una emoción grave que se utiliza para ingresar la crítica, el humor negro o la proposición popular. Entre sus sobrantes títulos cabe rememorar La señorita de Trévelez (1916), Los caciques (1920), La heroica vida (1921) y Es mi hombre (1921).
Su producción entiende unas 270 proyectos escénicas estrenadas durante un periodo de sobra de 40 años, que va de Los aparecidos (1892) a Don Verdades, terminada el día antes de su muerte inmediata, ocurrida en 1943. Obra tan vasta es naturalmente muy dispar, pero en toda ella se revela una vena cómica genuina, más que nada en la descripción de prácticas y en la pintura de las clases tradicionales de los distritos del Madrid de fin de siglo.
El lenguaje de Arniches es fluido y pintoresco y en él abunda el chiste veloz y fresco, el retruécano, la oración de argot; de forma frecuente las ocasiones lindan con la astracanada, pero siempre y en todo momento hay en su humor un fondo auténtico, de observación atenta del ámbito. En las ocasiones tráficas, en cambio, cae con frecuencia en la nata sensiblera. Con todo, no puede negarse que Arniches fue un increíble exponente del casticismo madrileño, del que supo agarrar métodos y estilos al par que lo enriqueció con aportaciones personales que tienden a su estilización y no raras veces a su caricatura.
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Obviamente conocer profundamente a Carlos Arniches es algo que se reserva a muy pocas personas, y que tratar de recomponer quién y cómo fue la vida de Carlos Arniches es una suerte de puzzleque probablemente consigamos rehacer si contribuimos conjuntamente.
Por esta razón, si eres de esas personas que creen en que cooperando es posible elaborar algo mejor, y conservas información sobre la vida de Carlos Arniches, o acerca de algún faceta de su persona u creación que no se contemple en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de un ser como Carlos Arniches, que tuvo su significación en un momento concreto de la historia, es fundamental intentar ofrecer una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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