Carl Hagenbeck

La historia de la civilización la escriben las personas queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela humanidad, de un modo u otro,avance.

Ya sea inspirando a más seres humanos o tomando parte de la acción. Carl Hagenbeck es uno de esos sujetos cuya vida, en efecto, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Carl Hagenbeck es conocer más acerca de periodo preciso de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que tuvo Carl Hagenbeck en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en el mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a Carl Hagenbeck, sino que a lo mejor dejó una huella mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Carl Hagenbeck de modo personal.Carl Hagenbeck ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Carl Hagenbeck, atraen nuestra atención, tienen que valernos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Carl Hagenbeck, porqué Carl Hagenbeck vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Carl Hagenbeck

(Hamburgo, 1844-1913) Domador y directivo de circo alemán, popular tratante y adiestrador de animales exóticos y promotor de exhibiciones y jardines zoológicos. Hagenbeck inició muy joven su trayectoria como mercader de animales en la pequeña compañía circense de su padre, de cuya dirección se encargó desde 1866. Para hallar los animales que le encargaban jardines zoológicos y circos, hacía expediciones a países lejanos con el apoyo de cazadores expertos. A fines de la década de 1860 se transformó en el primordial tratante de fauna exótica de Europa.

Pero, desde precisamente 1870, el tráfico de animales padeció una grave crisis que forzó a Hagenbeck a inventar novedosas atracciones para un público ávido de "experiencias" y "barbaridades". Dado el interés que en esa temporada despertaban los estudios etnográficos, Hagenbeck pensó en hacer zoos humanos que mostraran a ciudades exóticas adjuntado con animales salvajes propios de su hábitat natural. En 1874 montó una exhibición itinerante donde mostraba a conjuntos de hombres, mujeres y pequeños samoanos y lapones, con sus vestidos habituales y alguna escenografía que pretendía remedar su forma de vida original.

El éxito de las primeras exhibiciones logró que en 1876 enviara a uno de sus agentes al Sudán egipcio para efectuar una expedición de caza y atrapa de originarios nubios. Su atracción consiguió un éxito inmediato y fue presentada en distintas capitales de europa, como París, Berlín y Londres. En 1881-1882, raptó a docenas de hombres, mujeres y pequeños de tribus de Tierra del Fuego. En esta operación contó con la colaboración de los gobiernos chileno y alemán y con el acompañamiento científico del instructor Rudolf Virchow de Berlín.

Los indígenas fueguinos fueron transportados a la ciudad más importante alemana y, tras ser expuestos en distintas ciudades, usados para la experimentación en distintos laboratorios y centros de salud. En 1883-1884 Hagenbeck exhibió en Berlín a un conjunto de catorce mapuches (indígenas araucanos), con los que recorrió distintas ciudades de Alemania. Asimismo, en 1884-1885 efectuó una da un giro exponiendo a mucho más de sesenta hombres, mujeres y pequeños cingaleses adjuntado con un espectáculo de elefantes amaestrados.

En los años siguientes, Hagenbeck volvió a ocuparse prioritariamente al comercio y doma de animales. En 1887 empezó a emplear una manera novedosa de adiestramiento a fin de probar que los métodos brutales que se empleaban entonces eran inútiles y gratis. Dos años después presentó un espectáculo de leones que consiguió un enorme éxito de público. Desde entonces, el procedimiento de Hagenbeck iría imponiéndose de a poco en la doma de animales en los espectáculos circenses de Europa y Norteamérica. Se afirma que en solo un par de días logró adiestrar a seis elefantes africanos que jamás habían trabajado para el hombre, para probar la docilidad de esa clase, que por entonces se pensaba era menos correcta para la doma que el elefante asiático.

En 1906, a lo largo de una da un giro por Estados Unidos, vendió su espectáculo a Benjamin Wallace, quien lo rebautizó con el nombre de Hagenbeck-Wallace Circus. A su regreso a Europa, en 1907, creó su jardín zoológico en la ciudad de Stellingen, cerca de Hamburgo. Dicho zoo presentaba la noticia de enseñar a los animales en enormes fosos libres, sin barreras y al aire libre, en vez de en las habituales jaulas.

Partidario de exhibir a los animales en ámbitos semejantes a su hábitat natural (con un método mucho más escenográfico que conservacionista), Hagenbeck logró colorear en las paredes situaciones que representaban la fauna y la flora de las zonas de procedencia de cada clase. Estos cambios estuvieron orientados a agradar a los visitantes, mucho más que a progresar las condiciones de vida de los animales, pero serían el comienzo de los modernos zoológicos al aire libre.

A lo largo de los años siguientes, Hagenbeck fue el primordial promotor de zoos de Europa. Así, por servirnos de un ejemplo, proyectó el zoológico de Roma, estrenado en 1911. Ese mismo año cooperó además en la fundación del Parque Nacional de Brijuni (Yugoslavia), destinado a la aclimatación y reproducción de animales de zonas tropicales para su posterior venta a zoológicos y circos. A Hagenbeck hay que la introducción en Europa de veinticinco caballos Przewalski, que vendió a distintos zoos y de los que descienden los pocos cientos y cientos de ejemplares que quedan vivos hoy en día en el mundo entero.

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Evidentemente llegar a comprender a Carl Hagenbeck es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que intentar reconstruir quién y cómo fue la vida de Carl Hagenbeck es una especie de rompecabezasque con toda probabilidad podamos reconstruir si contribuimos todos juntos.

Por eso, si eres de aquellos que creen en que de forma cooperativa se puede hacer algo mejor, y tienes información acerca de la existencia de Carl Hagenbeck, o sobre algún detalle de su personalidad u obra que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre fundamentales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Carl Hagenbeck, que poseyó su relevancia en una época determinada, es imprescindible tratar de ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para relatarnos qué sabes tú sobre Carl Hagenbeck. Estaremos encantados de completar esta biografía con más información.