Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que atesoró Brad Pitt en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para quienes trataron a Brad Pitt, sino que quizá legó una huella mucho más vasta de lo que podamossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Brad Pitt personalmente.Brad Pitt fue un ser humano que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Brad Pitt, atraen nuestra curiosidad, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Brad Pitt, el motivo por el cual Brad Pitt vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Brad Pitt
(William Bradley Pitt; Shawnee, Oklahoma, 1963) Actor de cine estadounidense. Hijo de una profesora y del manager de una compañía de camiones, se crió en Springfield, Missouri, donde se graduó en la High School de Kickapoo. Cursó periodismo en la Universidad de Columbia, Missouri, pero abandonó los estudios y se trasladó a California con la intención de ser actor. Antes de empezar su trayectoria se dedicó a toda clase de trabajos eventuales, como chófer de limusina o joven de cuerda. Interpretó asimismo pequeños papeles en series como Los inconvenientes medran, Dallas, Jóvenes policías y Treinta y muchos.
Su primera aparición en el cine fue como figurante en Golpe al sueño americano (1987), de Marek Kaniewska, y su primer papel personaje principal supuso entre las mucho más entrometidas aventuras de su trayectoria: The dark side of the sun se rodó en la vieja Yugoslavia a lo largo del verano de 1988, pero un recrudecimiento de la guerra logró que se perdiese el material rodado. Tras una búsqueda que duró seis años, su productor, Angelo Arandjelovic, halló el metraje perdido y estrenó la película en el momento en que Pitt ahora era una estrella en todo el mundo, con lo que recobró con creces su inversión.
Tras una secuencia de pequeños papeles inferiores, le llegó su enorme ocasión con Thelma y Louise (1991), de Ridley Scott, entre las mucho más reconocidas y polémicas películas de los años noventa. Pitt interpretaba en ella un papel secundario, pero esencial: el de J. D., un ladrón de poca monta que es recogido por las personajes principales, Geena Davis y Susan Sarandon, mientras que hace coche-stop y cuyas visualizaciones solamente suman los treinta minutos en suma. Sin embargo, si bien corto, su aparición en Thelma y Louise cambió su historia completamente y le transformó en el actor de tendencia de principios de los noventa: en solamente unos meses pasó de ser un irreconocible a estar considerado como entre los hombres mucho más atractivos de todo el mundo.
En su siguiente película, El río de la vida (1992), fue comandado por otro símbolo sexual masculino, Robert Redford, que logró de él de las mejores interpretaciones de su trayectoria. Mientras su cotización subía y la excelencia de sus papeles era cada vez mayor, continuó mostrándose en pequeñas producciones como Johnny Suede (1992), apuntada por Tom DiCillo, donde daba vida a un rockero de improbable peinado ofuscado con el recuerdo de Elvis Presley y con vencer en el planeta de la música. En Una rubia entre 2 mundos (1992), apuntada por el experto en animación Ralph Bakshi, compartía letrero con Kim Basinger y Gabriel Byrne.
Para eludir caer en el encasillamiento interpretó asimismo papeles mucho más oscuros, como el psicópata de Early Grayce de Kalifornia (1993), de Dominic Sena. En Leyendas de pasión (1994), de Edward Zwick, repetía en determinada medida el esquema de El río de la vida. En ella interpreta a Tristan Ludlow, un joven indomable que se alista en el ejército para batallar en la Primera Guerra Mundial huyendo de un amor contrariado por la prometida de su hermano, Julia Ormond, y siguiendo el ejemplo de su padre, un viejo coronel de caballería retirado en Montana interpretado por Anthony Hopkins.
Su siguiente película fue Entrevista con el vampiro (1994), del irlandés Neil Jordan, vigilada adaptación de la mítica novela redactada por Anne Rice en 1977. Pitt era el hilo conductor de la narración al interpretar a Louis, el vampiro al que entrevista Christian Slater en Nueva Orleans. La película tiene una barroca escenificación de Dante Ferretti y un reparto plagado de estrellas en el que resaltan Antonio Banderas y Tom Cruise como el vampiro Lestat, el personaje clave de la serie de novelas de Anne Rice.
Mientras la popularidad de Pitt medraba sensiblemente, sus romances con ciertas mucho más reconocidas actrices actualmente le daban una aceptable propaganda. Entre sus conquistas aparecen sus compañeras Geena Davis, Juliette Lewis, la estrella de la televisión Jennifer Aniston o la por entonces ignota Gwyneth Paltrow, con quien participó en una de sus mejores películas, Seven (1995), de David Fincher, donde acompañado de su compañero, interpretado por Morgan Freeman, inspecciona una sucesión de horripilantes crímenes perpetrados contra reconocidos practicantes de todos los siete errores capitales.
La primera nominación al premio de la Academia le llegó con la extraña y espléndida Doce monos (1995), del viejo ingrediente del conjunto de humoristas Monty Phyton Terry Gilliam. Basada en la película en fase de prueba La Jetée, del documentalista francés Chris Marker y redactada por David y Janet Peoples, relata los viajes en el tiempo de Bruce Willis para socorrer a la raza humana del ataque del "conjunto de los Doce monos", un conjunto de terroristas-ecologista. Brad Pitt interpretaba al hijo esquizofrénico de un magnate de la ingeniería genética a quien Willis conoce en un sanatorio mental. Pitt consiguió una digna nominación al Oscar al mejor actor secundario.
En 1996 participó en Sleepers (1996), de Barry Levinson, donde tuvo la posibilidad de trabajar a la vera de enormes actores como Robert De Niro, Dustin Hoffman o el italiano Vittorio Gassman. Basada en el libro autobiográfico de Lorenzo Carcaterra, Sleepers cuenta la historia real de los abusos que padecen en el reformatorio 4 amigos y la posterior venganza contra el jefe de los guardas, un magnífico Kevin Bacon. Brad Pitt interpretaba en ella a Michael Sullivan, ayudante del fiscal que debe acusar de asesinato a 2 de sus amigos. Pese a lo increíble de su reparto, el largometraje no cumplió las esperanzas y no está entre los más destacados trabajos de Pitt, como tampoco la última película del directivo Alan J. Pakula, La sombra del demonio (1997), que coprotagonizó con Harrison Ford. Fue éste entre los trabajos con los que Pitt quedó menos satisfecho y del que estuvo a puntito de retirarse siendo cambiado el guion a lo largo del rodaje, pero un viable litigio de prácticamente sesenta millones de dólares americanos le llevaría a terminarla a regañadientes.
Con paso estable, no obstante, Pitt prosigue su trayectoria cinematográfica. En Siete años en el Tibet (1996), del francés Jean-Jacques Annaud, interpretaba otro papel apoyado en un personaje real: el montañero y aventurero austriaco (y simpatizante del nazismo) Heinrrich Harrer, el primer occidental que ascendió hasta la localidad santa de Lhasa en el Tíbet y convivió con el Dalai Lama. La película empleaba abiertamente el nombre de Pitt como reclamo promocional y se unió a la tendencia del budismo que invadió Hollywood a fines de los noventa; el gobierno chino declaró al actor persona non agradable y le prohibió la entrada en su territorio.
Consolidado como entre las estrellas mucho más taquilleras de su generación y como símbolo sexual, cobró la astronómica cifra de diecisiete millones de dólares estadounidenses por su siguiente película, ¿Conoces a Joe Black? (1997). Dirigida por Martin Brest y fundamentada en La muerte de vacaciones (1934), de Mitchell Leisen, Pitt interpretaba en ella al Joe Black del título, personificación de la desaparición que debe de llevarse a un millonario, Anthony Hopkins, pero que al llegar a la mansión se conquista de su hija.
Una trayectoria tan afianzada como la suya provoca que, naturalmente, la filmografía de Brad Pitt se expanda sin cesar un año tras otro. Entre sus últimas películas resaltan El Club de la Lucha (1999), Cerdos y diamantes (2000), The Mexican (2001), Spy Game (2001), Ocean´s Eleven (2001), Recordando a Jack (2001), Full Frontal (2002), Confesiones de una cabeza dañina (2002) y Troya (2004).
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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de un ser como Brad Pitt, que tuvo su importancia en una época concreta, es vital procurar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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