Blas de Otero

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que tuvo Blas de Otero en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Blas de Otero, sino que posiblemente dejó una huella mucho más profunda de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Blas de Otero de modo personal.Blas de Otero fue una persona que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Blas de Otero, cautivan nuestra atención, tienen que ayudarnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Blas de Otero, el motivo por el cual Blas de Otero vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Blas de Otero

(Bilbao, 1916 - Madrid, 1979) Poeta español. Su obra, que una parte de la angustia metafísica para desembocar en lo popular y testimonial, se encuentra dentro de las mucho más esenciales de la lírica de posguerra, y un caso de muestra del llamado "exilio interior" que caracterizó a parte importante de la resistencia contra el franquismo ejercida desde nuestra España.

Educado con los jesuitas, estudió Derecho en Valladolid y Filosofía y Letras en Madrid. En 1951, a causa de un viaje a París, ingresó en el Partido Comunista. Vivió largos periodos en Francia y en Cuba.

Sus primeros poemarios pusieron de manifiesto sus inquietudes religiosas. En Cántico espiritual (1942), la predominación de los místicos españoles se expresó mediante una fe inexorable, pero ahora en Ángel ferozmente humano (1950) prevaleció el enfrentamiento metafísico, con exasperados diálogos con Dios en los que se alternan la súplica dolorida y un sombrío nihilismo.

Desde Redoble de conciencia (1951) el grito de angustia individual se proyectó en lo universal, y reflejó el horror causado por los conflictos armados acontecidos en España y Europa. Posteriormente apareció Ancia (1958), título formado con la primera y la última sílabas, respectivamente, de los 2 volúmenes precedentes, donde se incluyeron bastantes poemas nuevos.

Ancia es quizá la mejor una parte de su obra: poesía bronca y "desarraigada" (en calificación de su prologuista Dámaso Alonso), de imprecación religiosa y de intensa desolación existencial; expresión también de una vigorosa energía verbal, con predominio de formas tradicionales (especialmente el soneto), combativa imaginería y juegos conceptistas, coexistencia de escenarios léxicos dispares (culto, informal), hábil recurso a la armonía imitativa, empleo del collage. Esta lengua poética singularizará siempre y en todo momento su poesía, pese a los cambios.

Pero fue Pido la paz y la palabra (1955) el libro que apuntó mucho más precisamente un cambio de rumbo en su lírica, que desde ese instante puso en background su escepticismo existencial para proclamar una exclusiva fe en la solidaridad humana y asegurar la necesidad de la promesa salvadora. La labor indispensable fue "probar fraternidad con la catástrofe viva", lo que logró por medio de un credo poético combativo y puesto en compromiso.

En español (1960) fue una prolongación de esta preocupación popular, al paso que, en frente de la "enorme minoría" que J. R. Jiménez declaró como receptora de sus versos, de Otero se dirigió a la integridad de las gentes con libros como Con la enorme mayoría (1961) y Hacia la enorme mayoría (1962), compendio de su producción previo. La voz áspera y agitada del creador, que recordaba muchas veces el tono crispado de Miguel de Unamuno, continuó pronunciándose en Esto no es un libro (1963), Que trata de España (1964), Mientras (1970) y Poesía con nombres (1977). Abordó asimismo la prosa autobiográfica en Historias fingidas y verdaderas (1970).

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos imprescindibles, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de una persona como Blas de Otero, que tuvo su importancia en una época concreta, es esencia intentar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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