Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que detentó Blas de Lezo en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Blas de Lezo, sino que a lo mejor dejó una huella mucho más insondable de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Blas de Lezo de modo personal.Blas de Lezo ha sido una persona que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Comprender las luces y las sombras de las personas significativas como Blas de Lezo, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo esencial para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de Blas de Lezo, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Blas de Lezo, gentes a quienes de de una u otra forma Blas de Lezo influyó, y sin duda, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Blas de Lezo.
(Oyarzo, 1689 - Cartagena de Indias, 1741) Almirante español que participó en varias acciones navales a lo largo del reinado de Felipe V. Lezo organizó la protección de los dominios españoles de Chile y Perú contra los piratas, dirigió en 1732 la toma de Orán y, como Comandante general de Cartagena de Indias, defendió la localidad del ataque inglés (1741).
Blas de Lezo de Olavarrieta nació a inicios de 1689 en la vieja Oyarzo, al pie del monte Ulía, en el País Vasco. Fue bautizado en la iglesia de San Pedro, de Pasajes, el 6 de febrero de 1689. Era nieto del capitán Pedro de Lezo, que en 1657 había ganado ejecutoria de nobleza, y también hijo de Pedro Francisco de Lezo y Agustina de Olavarrieta, quienes habían contraído matrimonio en 1683. Se crió a riberas del mar Cantábrico, en un hogar de marineros, cubierto de cuentos fabulosos de pesquerías inusuales y viajes fantásticos.
En 1702, en el momento en que solo tenía trece años, ingresó como guarda marina en la Armada franco-de españa, en medio de una guerra de sucesión al trono español (1700-1714). Su educación y preparación las adelantó en París y sirvió por vez primera en la flota del primer almirante el conde de Tolosa, bastardo de Luis XIV de Francia; en la guerra de Vélez-Málaga, el 24 de agosto de 1704, el solamente joven Blas de Lezo perdió la pierna izquierda de un cañonazo, fue ascendido a alférez de prominente bordo y continuó en el servicio con una pierna de palo.
Más allá de su restricción física, el joven marino sirvió con entusiasmo y en 1705, como alférez de navío, asistió al socorro de Peñíscola; en 1706 condujo múltiples convoyes mandados desde Francia a Felipe V, aspirante borbón al trono español y nieto de Luis XIV, quien se encontraba acampado en Barcelona. En ese año Blas de Lezo atacó y también incendió por vez primera un navío inglés, el Resolution, cerca de Ventimiglia. Al año siguiente la adversidad volvió a ensañarse en él, ya que, siendo comandante de un destacamento que defendía el fuerte de Santa Catalina, en Tolón, contra el furioso ataque del duque de Saboya, perdió el ojo izquierdo. Empecinado, continuó en el servicio. En 1708 ascendió a teniente de navío en el puerto de Rochefort y en 1710 a capitán de fragata. Dos años después pasó al servicio de la Armada de españa, bajo el mando del gaditano don Andrés de Pes.
El 11 de abril de 1713 se firmó la Paz de Utrech, en razón de la que la vivienda de Austria renunció a sus derechos sobre el trono español y este pasó a manos de los Borbones. Sin embargo, el puerto de Barcelona no deseó entregarse y resistió durante más de un año el asedio franco-español, el que acabó con el ataque a la localidad, el 11 de septiembre de 1714. En entre los combates, el 14 de agosto de 1714, el capitán de fragata perdió el brazo derecho.
De esta manera, a los 25 años de edad, Blas de Lezo había sido mutilado en medio de sus integrantes. Sus paisanos guipuzcoanos lo llamaban en vascuence "Anka-Mortz" (Medio-Hombre). Luego de una corta restauración, se restituyó al servicio y viajó a Italia con la escuadra que traería a España a la reina doña Isabel de Farnesio. En 1715, Blas de Lezo asistió a la reconquista de Mallorca que encabezó don Pedro de los Ríos.
Tras la guerra de sucesión, la Armada de españa se dedicó a contrarrestar la acción de los piratas ingleses y holandeses, causantes en parte importante de la depredación económica de España. Blas de Lezo fue comisionado a ese servicio. En 1716, como comandante de El Lanfranco, condujo los galeones de Nueva España que debían llevar a la metrópoli un cargamento de plata. Inmediatamente después pasó a ser parte de la escuadra de Urdizo y Martinet contra los piratas del Mar del Sur, en cuyo servicio continuó catorce años, a lo largo de los que navegó de manera continua durante las costas del Perú y de Chile. En repetidas oportunidades el marino español logró vencer a los corsarios contrincantes y se transformó en una historia de historia legendaria por sus sorpresivos asaltos contra los bucaneros.
El 5 de mayo de 1725, Blas de Lezo se casó en Lima con doña Josefa Pacheco: la liturgia se efectuó en la hacienda de la Magdalena, encabezada por fray Diego Morcilla, arzobispo de la región. Fruto del matrimonio fue un hijo, bautizado el 1 de junio de 1726; pero el novio se volvió a la mar a realizar sus deberes. El 18 de agosto de 1730 regresó a Cádiz, donde fue nombrado comandante de la Escuela del Mediterráneo. En calidad de semejante acompañó, en el mes de diciembre de 1731, al infante don Carlos (futuro rey Carlos III) a Italia, a tomar posesión de los ducados de Toscana, Parma y Florencia. Allí asimismo relució el genio guerrero del guipuzcoano, ya que al cargo de seis barcos atacó Génova y logró para la Corona un par de millones de pesos que rápidamente fueron invertidos en la planeada expedición de Orán.
Libia y Mauritania significaban un reto para España, ya que allí había fracasado su afán de conquista. En la expedición de Orán, que partió de Alicante el 15 de junio de 1732, Blas de Lezo figuró como segundo comandante de la escuadra que, entre el 25 y el 28 de junio, conquistó esa localidad. Confiado del triunfo, el contingente regresó a España y con él Lezo escoltó ciento veinte embarcaciones de transporte. Pero un par de meses después, los berberiscos procuraron recuperar la perdida plaza, acción donde murió el gobernador, el marqués de Santa Cruz de Marcenado. Al conocerse la novedad, el "Medio-Hombre" fue comisionado para desbloquear el ubicación. Lo logró con siete candelas y veinticinco transportes. El 6 de junio de 1734, fue impulsado a teniente general de la Armada y nombrado comandante general de Cádiz. Para entonces, la salud de Blas de Lezo se encontraba muy dañada. El 15 de mayo de 1735 dio testamento en Madrid y por esos días logró colorear su retrato.
Nombrado jefe de la escolta de los galeones de Tierra Firme a fines de 1736, partió de Cádiz el 3 de febrero de 1737 con 2 barcos, ocho mercantes y 2 registros, escoltando los galeones que se dirigían a Cartagena de Indias. Arribó a este puerto el 11 de marzo de 1737. Las tirantes relaciones entre España y también Inglaterra estaban a puntito de romperse; una enorme flota al cargo del almirante Edward Vernon partió con rumbo a América con la misión segrega de conseguir el poder del Darién y partir en 2 los dominios españoles para romper la comunicación entre los virreinatos del Perú y México.
A la llegada de Blas de Lezo a Cartagena, el primordial puerto de la América de españa se encontraba prácticamente desguarnecido: los fuertes de la bahía lo eran solo de nombre, los cañones eran bastante débiles y no había munición bastante para abastecerlos, ni elementos para consolidar las defensas y conseguir armas correctas. Era presa simple para la experimentada Armada inglesa, que de manera rápida había logrado esenciales logros al agredir La Guaira y La Habana. Vernon mismo, con seis barcos, había tomado el indefenso puerto de Portobello y la desembocadura del río Chagre, ocupación que el almirante inglés comunicó a don Blas el 27 de noviembre de 1737.
El guipuzcoano tuvo 2 reacciones: una, comunicar el 24 de diciembre al marqués de la Ensenada sobre la angustiosa situación de Cartagena; otra, contestar su carta a Vernon, el 27 de diciembre, en concepto de abierto reto. La reacción de este no se realizó aguardar y el 7 de febrero de 1740 ciertos barcos ingleses cañonearon el puerto desde la distancia. Pocos días después, el 23 de febrero, murió el gobernador de la plaza, don Pedro Fidalgo, y Blas de Lezo aceptó el mando. Rápidamente improvisó la defensa, instaló en tierra múltiples cañones de los navíos y cerró con una cadena el paso de Bocachica. La avanzada inglesa debió volverse un par de veces a Jamaica.
El 21 de abril llegó a Cartagena de Indias el recién nombrado virrey del restituido Virreinato del Nuevo Reino de Granada, el teniente general de los Ejércitos Reales y comendador de Calatrava, Sebastián de Eslava, con 2 barcos y ciertas municiones, y también en el instante se dedicó a arreglar el castillo de Bocachica y los fuertes, a arreglar las armas y aprovisionar municiones y a entrenar militarmente a la improvisada tropa. Entre tanto, el almirante inglés había reunido en Jamaica la escuadra mucho más abundante y fuerte que puedan ver nunca los mares americanos.
Entre el 13 y 15 de marzo de 1741, la escuadra del almirante Vernon ocupó 2 leguas en frente de Cartagena, con mucho más de 140 naves, 36 de ellas barcos y el resto fragatas, transportes, brulotes y bombardas, con novecientos hombres de desembarco y 2 mil negros de machete. Las fuerzas de Cartagena eran enteramente inferiores: seis barcos de línea, siete galeones de comercio y ciertas embarcaciones inferiores, mil cien soldados de tropa, trescientos milicianos, 2 compañías de negros y seiscientos indígenas flecheros.
El 20 de marzo empezó el bombardeo de Bocachica, fuerte que se ocupó de proteger heroicamente Blas de Lezo a lo largo de 21 días. El 4 de abril, en las horas de la noche, De Lezo estaba conferenciando con el virrey en la Galicia, nave capitana, en el momento en que una bala de cañón destrozó la banqueta de Eslava, hiriéndole en los pies, y al general en el muslo y en la mano, únicos que tenía. No por este motivo abandonó su puesto ni cejó un punto en su celo y supervisión. El 6 de abril el virrey ordenó la evacuación de Bocachica, movimiento táctico que favoreció a los ingleses, ya que se apoderaron del castillo de San Luis. Luego, entre el 8 y 11 de abril, se hundieron los galeones mercantes y 2 barcos de guerra para cegar el puerto.
El 2 de abril los ingleses habían iniciado el bombardeo de la región y el 26 hundieron la Galicia, con lo que han quedado a don Blas solo 2 barcos. Los ingleses veían poco a poco más cerca el triunfo, con la toma de los castillos de Manzanillo y Fuerte Grande. Ante tal situación, el heroico Blas de Lezo hundió sus últimos buques y se preparó a pelear cuerpo a cuerpo, defensa que no lograron soportar los ingleses. El 28 de abril cesó el fuego y el 30 se comprobó el canje de presos. El 20 de mayo no quedó ni solo una candela inglesa en las cercanías de Cartagena.
Blas de Lezo murió el 7 de septiembre en la mitad de dolores físicos y morales, en tanto que el virrey le había inculpado por los catastrofes del asedio. Sin embargo, recibió después el justo reconocimiento de la Corona y a su hijo mayor se le dio, en 1762, el título de marqués de Ovieco. Dos siglos después, el 7 de septiembre de 1955, en Cartagena de Indias fue erigida una escultura donada por el gobierno español en homenaje a Blas de Lezo.
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