La historia de las civilizaciones la narran aquellas mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a más seres humanos o tomando parte de la acción. Betty Friedan es uno de esos sujetos cuya vida, realmente, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Betty Friedan es conocer más acerca de época determinada de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la trascendencia que detentó Betty Friedan en la historia. Cómo vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en el mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a Betty Friedan, sino que quizá legó una señal mucho más vasta de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Betty Friedan de forma personal.Betty Friedan ha sido un ser humano que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer las luces y las sombras de las personas destacadas como Betty Friedan, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo esencial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Betty Friedan, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Betty Friedan, aquellas personas a quienes de un modo u otro Betty Friedan influenció, y desde luego, comprender y entender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Betty Friedan.
Las biografías y las vidas de personas que, como Betty Friedan, seducen nuestra atención, tienen que valernos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Betty Friedan, el motivo por el cual Betty Friedan vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.
Vida y Biografía de Betty Friedan
(Betty Naomi Goldstein; Peoria, Illinois, 1921 - Washington, 2006) Escritora estadounidense, autora de La mística de la feminidad (1963), obra de referencia del movimiento feminista por la que fue premiada con el premio Pulitzer. Mujer adelantada a su tiempo, jamás bajó la guarda en los inconvenientes que siempre y en todo momento la preocuparon: la reestructuración de lo familiar y familiar y la paridad económica y laboral entre hombres y mujeres, 2 frentes en los que abrió brecha y que la transformaron en la figura mucho más simbólica del feminismo en una temporada, en la década de 1960, donde todo se encontraba por llevar a cabo. En este sentido, esta vanguardista de los derechos de las mujeres va a ser recordada como entre las activistas que mucho más han contribuido a marcar un sendero hacia la igualdad real de géneros.
Natural de el seno de una familia de origen judío, su padre, Harry, era joyero, y su madre, Miriam, abandonó su empleo como editora de un periódico para ejercer de ama de su casa. Tras graduarse summa cum laude en el Smith College, en 1942, Betty efectuó estudios de psicología en la Universidad de Berkeley y comenzó a trabajar como articulista, escribiendo primero para Federated Press (1943-1946), servicio de novedades del que se alimentaban la mayor parte de los jornales sindicales, y después para UE News (1946-1952), publicación oficial de United Electrical, Radio and Machine Workers of America, sindicato extremista en la pelea por la justicia popular para los afroamericanos y para las mujeres trabajadoras.
En Nueva York conocería a Carl Friedan, productor y ejecutivo de una agencia de propaganda con el que se casaría en 1947 y que le daría tres hijos, antes que la pareja se divorciara tras veintidós años de matrimonio, en 1969. En 1952, en el momento en que estaba embarazada de su segundo hijo, Betty fue despedida de su trabajo. Dedicada desde este instante al precaución de la familia y a las tareas familiares (y limitada laboralmente a ciertos trabajos free lance), un acercamiento que tuvo unos años después con viejas compañeras de estudios resultaría esencial para su porvenir. A raíz de un encargo del Smith College sometió a sus colegas a un meticuloso cuestionario y descubrió que su insatisfacción con la vida que llevaba no era algo personal sino más bien colectivo.
Las conclusiones de este primer estudio, presentadas en el producto “I say: Women are People Too” (cuyo boceto fue rechazado por múltiples gacetas para mujeres, mucho más con intereses en difundir productos sobre decoración y cocina), reflejaban la pérdida colectiva de identidad de las mujeres de su generación y la llevaron a comenzar un análisis de campo sobre el papel que, en la cultura de Estados Unidos de la posguerra y la guerra fría, se asignaba a las mujeres.
Se entrevistó en hondura con mucho más de ochenta mujeres de diferente condición: alumnos de enseñanza secundaria o superior, amas de sus casas y mamás jóvenes, mujeres que rondaban los 40 años… Paralelamente, recurrió a psicoanalistas, sociólogos, antropólogos y especialistas en psicología femenina y en educación familiar para entender sus puntos de vista.
El resultado de este estudio fue La mística de la feminidad (1963), un completo análisis del papel de las mujeres de clase media “transformadas por la sociedad en amas de sus casas sin elementos propios”, y referente importante (de la misma El segundo sexo de Simone de Beauvoir) para la configuración del movimiento feminista de la década de 1970.
En opinión de Friedan, “existía una extraña discrepancia entre la verdad de nuestras vidas como mujeres y la imagen a la que procurábamos ajustarnos, la imagen que denominé la “mística de la feminidad” […]. La mística femenina no es mucho más que una manera de la sociedad de embaucar a las mujeres, vendiéndoles una sucesión de recursos que las dejan vacías, sufriendo “del inconveniente que no posee nombre” y intentando encontrar una solución en los tranquilizantes y el psicoanálisis. Una mujer debe poder decir, y no sentirse culpable al llevarlo a cabo, “¿Quién soy? y ¿Qué deseo llevar a cabo en mi vida?” No hay que sentir como un individuo egoísta y neurótica si desea lograr misiones propias, que no estén similares con su marido y también hijos”.
En los años inmediatos a su publicación, La mística de la feminidad, que consiguió el premio Pulitzer en 1964, se transformó en un genuino best-seller (las ventas superaron los tres millones de ejemplares) y puede decirse que marcó un antes y un después en la historia del siglo XX, ya que dio forma al movimiento feminista urbano de clase media. Cada vez mucho más implicada en acciones en busca de la equiparación de los derechos de las mujeres, en 1966 Friedan, con otros 27 hombres y mujeres, sentó las bases de la National Organization for Women (NOW, Organización Nacional para las Mujeres), organismo que encabezó hasta 1970.
Como creadora y dirigente de la NOW, Friedan tomó situaciones extremas en temas como la igualdad de sueldos, las ocasiones de promoción y otros derechos que el día de hoy lo son por ley, pero que entonces no llegaban a boceto. Destacaron sus presiones al Gobierno estadounidense a fin de que prohibiese la discriminación en el trabajo, y a las compañías aéreas a fin de que eliminaran la política de usar tan solo a mujeres solteras inferiores de treinta y un par de años como azafatas de vuelo.
Uno de sus primeros actos públicos sucedió en Nueva York el 26 de agosto de 1970, coincidiendo con el 50º aniversario del voto femenino, en el momento en que encabezó la Huelga por la Igualdad de las Mujeres (Women’s Strike for Equality), una día reivindicativa que incluía la exigencia del “aborto gratis y también inmediato” y que reunió a mucho más de 50.000 personas.
En 1971 Betty dio otra vuelta de tuerca en su especial cruzada a favor de la paridad de géneros con la fundación del National Women’s Political Caucus (NWPC, Comité Político Nacional de Mujeres) y la National Association for the Repeal of Abortion Laws (NARAL, Asociación Nacional para la Revocación de las Leyes contra el Aborto), compañía donde la acompañaron Bernard Nathanson y Larry Lader y que después se transformaría en Naral Pro Choice.
Su trabajo, sin embargo, no estuvo exento de críticas y polémicas, más que nada por su renuencia en el momento de respaldar las reivindicaciones de las minorías raciales y las lesbianas y también incluirlas en el movimiento feminista, algo que al final logró en el año 1978. Fue aun llamada “reaccionaria” por proteger que las mujeres podían y debían vivir en asociación con los hombres.
Cooperadora frecuente de McCall’s, Harper’s, The New York Times, The New Republic y The New Yorker, escribió varios trabajos sobre los derechos de las mujeres. Entre sus proyectos siguientes a La mística de la feminidad resaltan La segunda etapa (1981), La fuente de la edad: vivir la vejez como una época de plenitud (1993) y el libro de memorias Mi vida hasta la actualidad (2000).
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Obviamente conocer en profundidad a Betty Friedan es algo que está reservado a pocas personas, y que intentar reconstruir quién y cómo fue la vida de Betty Friedan es una suerte de puzzleque tal vez logremos reconstruir si colaboramos conjuntamente.
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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de alguien como Betty Friedan, que detentó su importancia en una época concreta, es fundamental procurar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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