Bernhard von Bülow

Ya sea inspirando a otros o tomando parte de la acción. Bernhard von Bülow es uno de esos seres humanos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Bernhard von Bülow es conocer más sobre periodo preciso de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la importancia que detentó Bernhard von Bülow en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Bernhard von Bülow, sino que a lo mejor dejó una señal mucho más profunda de lo que logremosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Bernhard von Bülow en persona.Bernhard von Bülow ha sido una persona que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Bernhard von Bülow, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo esencial para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Bernhard von Bülow, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Bernhard von Bülow, gentes a quienes de un modo u otro Bernhard von Bülow influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Bernhard von Bülow.

Vida y Biografía de Bernhard von Bülow

(Bernhard Heinrich Karl von Bülow, Conde y Príncipe von Bülow; Klein-Flottbeck, 1849 - Roma, 1929) Político alemán. Como ministro de temas exteriores del II Reich, y más tarde como canciller, Bernhard von Bülow fue en buena medida responsable del incremento de la tensión bélica entre Alemania y las potencias aliadas que condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.

Correspondiente a una familia de la nobleza prusiana, estudió en las universidades de Leipzig, Berlín y Lausana. Durante la Guerra Franco-prusiana (1870-1871) sirvió en el ejército alemán. En 1872 entró a trabajar en la administración civil del Reich y, un par de años después, pasó al servicio diplomático. Aupado por su padre, que por entonces era ministro de exteriores del canciller Bismarck, logró subir de forma rápida. Estuvo designado en Roma, San Petersburgo, Viena, París y de nuevo San Petersburgo.

En 1886 contrajo matrimonio con la hija del estadista italiano Minghetti. Dos años después fue designado ministro para Rumanía y, en 1894, embajador en Italia, cargo que ocupó a lo largo de tres años. Posteriormente fue nombrado ministro de temas exteriores por el canciller Hohenlohe.

Su primera actuación en todo el mundo como ministro consistió en la negociación de un convenio de coalición anglo-alemán, propuesto por el secretario británico del Foreign Office, Joseph Chamberlain. Las renuencias de von Büllow a admitir la coalición con Gran Bretaña, con la que próximamente empezaría Alemania una dañina carrera naval, generaron el fracaso de las diálogos. Este fue el primero de una sucesión de fallos diplomáticos que, en un largo plazo, tendrían secuelas deplorables para Europa. Rechazada por Alemania, Gran Bretaña se aproximó a Rusia y Francia, cuajando un nuevo esquema de coaliciones que habría de desembocar en la Primera Guerra Mundial.

La política exterior de von Büllow resultó, sin embargo, mucho más correcta fuera del campo europeo. En 1898 ordenó a un escuadrón del ejército prusiano agredir Kiachow, en China, pretextando el homicidio de 2 misioneros alemanes. El verdadero propósito de esta agresión era forzar al gobierno imperial chino a abrir sus mercados al comercio occidental. En la Convención que prosiguió a estos hechos, China debió ceder Kiachow a los alemanes y aceptar el lugar de las compañías mercantiles occidentales. Al año siguiente, el canciller consiguió de España la cesión de las Islas Carolinas. Como recompensa a sus servicios, el kaiser Guillermo II le concedió el título de conde.

El 17 de octubre de 1900 tomó el relevo de Hohenlohe en la cancillería del Reich y en la presidencia del consejo de ministros de Prusia. Sus relaciones con el emperador fueron, desde el primer instante, geniales. Von Büllow se encontraba resuelto a imprimir un giro destacable a la política exterior alemana, abandonando las premisas bismarckianas, que consideraba exageradamente restrictivas para la expansión alemana. Su propósito consistía en agrandar y consolidar la presencia germana en el campo colonial. Estos proyectos coincidían de forma plena con los designios del Kaiser y del almirante Alfred von Tirpitz, quienes abogaban por una combativa política de avance naval.

Si bien von Büllow era siendo consciente de las implicaciones de todo el mundo repentinas que tendría el fortalecimiento del poder militar alemán en el mar, se plegó dócilmente a los proyectos de la cúpula militar, a la que Bismarck había conocido sostener a raya. El rearme alemán provocó, de hecho, un veloz deterioro de las relaciones con Gran Bretaña, primordial capacidad marítima de todo el mundo. Pero von Büllow carecía de la visión política de largo alcance del "Canciller de Hierro" y no supo calibrar acertadamente las horribles secuelas que para Europa tendría, más adelante no lejanísimo, el combate anglo-alemán.

En 1905 reventó una primera crisis colonial, con Marruecos como ámbito. Francia, apoyada en su coalición con Gran Bretaña, procuró consolidar su supremacía sobre Marruecos, sin tomar en consideración los intereses alemanes en la zona. Von Büllow protestó enérgicamente y organizó una visita oficial de Guillermo II a Tánger. Sus presiones lograron que el ministro francés de temas exteriores, Théophile Delcassé, presentase su dimisión, pero solamente.

La Conferencia Internacional de Algeciras, reunida a solicitud del canciller alemán, reconoció en 1906 la ampliación de los derechos franceses sobre el territorio marroquí. La situación de Francia se vio además de esto reforzada por nuevos pactos de cooperación con Gran Bretaña. A pesar de este revés, von Büllow logró detallar un provechoso acuerdo comercial con el Imperio turco. Con ocasión de la boda del heredero imperial, el Kaiser le distinguió con el título de príncipe (Fürst).

Sus intentos por hacer mas fuerte la Triple Alianza (Alemania, Rusia y Austria-Hungría) resultaron vanos, dada la precariedad de las relaciones germano-rusas. En 1908, Austria-Hungría se anexionó Bosnia-Herzegovina, hecho que ocasionó una grave crisis en todo el mundo. Von Büllow apoyó a Austria y forzó a Rusia a admitir el hecho consumado de la ocupación, mientras que Gran Bretaña protestaba enérgicamente contra el cambio de situación en los Balcanes.

La creciente tensión germano-rusa respondía a la imprudente iniciativa de von Büllow -alentada inconscientemente por el Kaiser- de que Alemania era lo suficiente vigorosa para posibilitarse mudar de coaliciones según lo requirieran las situaciones. Esta política solo conduciría a un creciente aislamiento del Reich. No se alcanzó un acuerdo para actualizar el previo tratado de seguridad entre las dos potencias y Rusia fue acercando situaciones a Francia y Gran Bretaña, unidas por la Entente Cordial. Mientras tanto, Alemania solo disponía de un aliado seguro: el desgastado imperio austro-húngaro.

Por otro lado, a partir 1905 fue quebrándose la vieja amistad entre von Büllow y el Kaiser. Ese año, Guillermo II firmó con el zar Nicolás II de Rusia el Tratado de Björkö, sin tener el canciller y infringiendo expresamente la política de este. Tres años después, unas afirmaciones efectuadas por el Kaiser al períodico londinense Daily Telegraph provocaron un enorme revuelo en Gran Bretaña y provocaron una grave crisis política en Alemania. Guillermo arremetió contra la "incomprensión" de los británicos hacia la política alemana y aseveró que su situación era realmente difícil en Alemania, dado el tiempo de general hostilidad hacia los ingleses que reinaba en el país. Todos los partidos con representación en el Reichstag manifestaron airadamente. Se llegó a acusar al Kaiser de revelar misterios diplomáticos.

Guillermo, muy perjudicado por estas críticas, pensó en abdicar en el mes de noviembre de 1908. El propio von Büllow criticó fuertemente su actuación y se puso de una parte del Reichstag, más allá de que no disponía de una mayoría bastante para sostener el poder si perdía la seguridad de Guillermo. Consideraba que sus sacrificios por apaciguar la creciente tensión con Gran Bretaña de nada servían frente a los insolentes retos lanzados por el emperador. Este, por su lado, pensaba que el canciller le había traicionado y repudió su política de conciliación, que, según él, minaba los intereses del imperialismo alemán.

Absorbido por los apremiantes inconvenientes de todo el mundo, von Büllow prestó escasa atención a la política interior. En 1906, una vez que los partidos de centro-derecha le retiraran su acompañamiento y pasaran a la oposición, logró conformar una coalición que incluía a conservadores, nacionalistas liberales, liberales de izquierda y demócratas progresistas. Con esta interfaz ganó las selecciones de 1907.

Pero sostener la unidad de un bloque de gobierno tan heterogéneo requería un programa sólido, del que von Büllow carecía. En 1909, una vez que su emprendimiento presupuestario fuera rechazado por el Reichstag, se vio forzado a enseñar su dimisión al Kaiser, que la aceptó con alivio. Theobald von Bethmann-Hollweg fue su sustituto en la cancillería.

Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, von Büllow regresó por un tiempo a la política. En diciembre de ese año fue enviado a Roma como embajador increíble, con la misión de evitar que Italia se uniera a las potencias aliadas. Para ello ofreció al gobierno italiano la cesión de las pertenencias austríacas de Trieste y Trento. Pero estas promociones de acercamiento llegaban bastante tarde. Von Büllow fracasó en su cometido y, en el verano de 1915, se retiró de manera determinante de la política. Poco después empezó a redactar sus Memorias y el libro Deutsche Politik, anunciado por año siguiente, en el que trató de justificar su política europea. Murió en Roma a los 80 años.

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