Benjamín de Tudela

La historia de la civilización la escriben las personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado queel mundo, de un modo u otro,progrese.

Ya sea inspirando a más personas o siendo parte de la actuación. Benjamín de Tudela es uno de esos seres humanos cuya vida, realmente, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Benjamín de Tudela es conocer más sobre un periodo concreto de la historia del ser humano.

Las biografías y las vidas de personas que, como Benjamín de Tudela , seducen nuestra atención, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Benjamín de Tudela , porqué Benjamín de Tudela vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Benjamín de Tudela

(Tudela, Navarra, ? - h. 1173) Viajero judío. Este rabino de Tudela efectuó entre 1160 y 1171 un largo viaje para tomar contacto con las comunidades judías desperdigadas por los países costeros del Mediterráneo. Su itinerario le llevó de Tudela a Zaragoza, Tortosa, Barcelona, Narbona, Montpellier, Arles, Marsella, Génova, Pisa, Roma, Nápoles, Salerno, Tarento y Otranto; entonces recorrió el Imperio Bizantino y las islas del Egeo; asimismo recorrió los reinos cristianos de los cruzados en Siria y Palestina; se adentró en el planeta musulmán visitando el Imperio Seléucida (Mesopotamia); en Basora se embarcó para circunnavegar la península Arábiga, llegando hasta el Egipto fatimí; y de allí volvió a España pasando por Sicilia. En su relato, anunciado en hebreo en Constantinopla en 1543, se tienen dentro visualizaciones sobre la situación material, la civilización y la política de los países que visitó; pero más que nada detalla con todo lujo de datos y datos el estado de las comunidades judías. También se esmeró por reunir novedades sobre las comunidades judías de países en los que no estuvo, como Arabia, Persia, Asia central, India o Ceilán; e inclusive relata la presencia de la judería de Kai Fong en China.

Rabino y hombre de vasta cultura, que se refleja en las varias citas bíblicas y talmúdicas desperdigadas en sus escritos, Benjamín de Tudela fue destacable viajero y debió sentir profundo amor por su pueblo y sus instituciones, ya que en sus viajes cuidaba más que nada de darse cuenta con todo aspecto de de qué forma vivían los de su raza, desde los mucho más humildes hasta los mucho más ricos y sabios, describiendo el planeta judío de manera equivalente a como, 2 siglos después, Ibn Battuta reflejaría el planeta árabe. Exacto y propósito al relatar cuanto ve con sus ojos, se deja llevar sin embargo de una credulidad excesiva por cuanto oye referente a otros países por él no visitados; mal muy recurrente entre los pasajeros de su época y achacable al aislamiento en que vivían unos pueblos de otros, lo que daba rincón a liberadas fantasías y evidentes exageraciones y también imprecisiones.

Realizó su popular periplo entre los años 1158 y 1171, a lo largo del reinado de Sancho VI de Navarra, según se desprende de las datas dadas por él mismo en su obra. Ya de regreso a España le sorprendió la desaparición en el momento en que, aparentemente, preparaba nuevos viajes. El Libro de viajes de Benjamín de Tudela fué siempre y en todo momento muy apreciado entre los hebreos (el número de manuscritos que se preservan es buen testimonio), ya que forma una fuente de información veraz sobre el estado de la diáspora en el siglo XII y además de esto tiene dentro un óptimo inventario de los judíos de cada localidad. El mucho más viejo y mejor de los manuscritos preservados es el del British Museum de Londres (Reino Unido), del siglo XIII, que no obstante no es la base de la primera edición princeps impresa en Constantinopla por Soncino, en 1543. La obra no se conoció en Occidente hasta la traducción latina de Arias Montano, que vio la luz en Amberes (Flandes) bajo el título Itinerarium Banjamini Tudelensis (1575); la mejor edición actualizada, con versión inglesa, es la de Adolf Asher (Londres, 1840).

El Libro de viajes podría ser encuadrado de forma fácil en las narraciones de viaje musulmanas de la época (rihlas) y se acerca mucho más a éstas que a cualquier otra obra del género de origen católico. Benjamín de Tudela es, en este aspecto, como otros muchos judíos sefardíes, un leal acólito y también imitador de los saberes de los árabes. En la relación de su viaje sobran las novedades históricas, entre aquéllas que resaltan las que recopila sobre los núcleos judíos (relevancia numérica, sinagogas, rabíes, etcétera.) de la Diáspora y asimismo de Palestina, de la que da una descripción muy vigilada y descriptiva. Su espíritu se complace en el momento en que puede refererir la situacion de alguna provincia dominada políticamente por ellos, como sucede con Taima (Arabia), Nisapur (Persia), Haybar (Arabia) y con los falachas de Etiopía.

Al lado de los datos propiamente históricos (puede decirse que Benjamín de Tudela es el primer asiriólogo) se muestran notas sobre la economía, la industria, la agricultura, etcétera., señalando aun la relevancia comercial de ciertas localidades (de ahí que se ha supuesto que el creador era mercader). La mayoría de los datos proceden de visualizaciones personales, por norma general objetivas, de Benjamín. En sus especificaciones del oeste asiático se anticipó en cien años a Marco Polo; hay que ver, no obstante, que los datos que mencionan a países ubicados al este y al sur de Bagdad son fruto de aclaraciones agarradas (él mismo afirma que "escribió las cosas que vio o que oyó de boca de personas veraces"), en ocasiones no muy precisas.

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