Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que tuvo Baldassare o Baltasar Castiglione en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para quienes conocieron a Baldassare o Baltasar Castiglione, sino que quizá produjo una huella mucho más profunda de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Baldassare o Baltasar Castiglione de modo personal.Baldassare o Baltasar Castiglione ha sido un ser humano que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Baldassare o Baltasar Castiglione, atraen nuestra atención, tienen que ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Baldassare o Baltasar Castiglione, el motivo por qué Baldassare o Baltasar Castiglione vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Baldassare o Baltasar Castiglione
(Casatico, 1478 - Toledo, 1529) Humanista y político italiano. Recibió una educación humanística en Milán. Vivió en la corte de Ludovico el Moro, de los Gonzaga y de Guidobaldo de Montefeltro. Fue embajador en Roma con León X y trabó amistad con Rafael y con Miguel Ángel. Enviado a España por el papa Clemente VII para tratar con Carlos V, el emperador lo acogió en el momento en que cayó en desgracia en la corte pontificia y le concedió el obispado de Ávila. Escribió poesías líricas en lengua vulgar y poesías latinas. Su obra más esencial es El cortesano (1528), cuya predominación sobre la literatura europea de la temporada fue notable.
Militar, diplomático, artista y literato, Baltasar (o Baldassare) Castiglione fue entre los mucho más nobles y idóneos caballeros de su temporada, y no se dejó envanecer por los honores conseguidos ni por su excepcional cultura; concilió el humanismo con la vida cortesana, construyendo sus coloquios "en la agradable compañía de geniales personas". Formado en Milán, entre sus profesores figuró el célebre humanista Demetrio Calcondilas. Tras el fallecimiento de su padre acompañó al duque Francisco Gonzaga en su desgraciada expedición contra Nápoles (1503). Pasó después a la corte de los Montefeltro, en Urbino, y desempeñó metas diplomáticas en Inglaterra y Francia; recibió entonces el título condal de Nuvolara y fue enviado como embajador a la Roma de León X, donde entabló amistad con Rafael Sanzio y Miguel Ángel Buonarroti.
En las reconocidas asambleas de la duquesa Isabel Gonzaga y de su cuñada Emilia Pía conoció a una sucesión de hombres consagrados, entre ellos a Pietro Bembo, Juliano de Médicis, el cardenal Bibbiena y otros escritores, que habrían de ser los individuos de El cortesano. En ocasión de semejantes tertulias compuso la égloga Tirsis (1506) y preparó la representación de La calandria, cuyo prólogo escribió (1513). El cortesano, compuesto entre 1508 y 1516, no fue impreso hasta 1528, después de una detenida revisión. Castiglione detalla en esta obra entre los debates que tenían rincón en la corte de Urbino, y también piensa que en ella se discute "la manera de cortesanía mucho más favorable a un gentilhombre que viva en una corte de príncipes" y desee ser considerado especial cortesano.
Fallecida su mujer en 1520, a los 4 años de matrimonio, abrazó el estado eclesiástico y fue enviado por Clemente VII como nuncio pontificio en la corte de Carlos V. En las cartas mandadas desde España encomia la figura del emperador, poderoso y también entusiasmado en el bien de la cristiandad. La desilusión que experimentó Castiglione frente al saqueo de Roma de 1527 y el sucesivo cautiverio del pontífice le resultó grave y mortal, por cuanto marcaba el hundimiento de sus especiales políticos; disgustado y dolorido, rechazó los cargos que le había brindado el soberano, y murió poco después en Toledo.
El cortesano
Escrito entre 1508 y 1516, y atentamente corregido hasta 1528, año en que fue anunciado, El Cortesano pertence a los libros mucho más populares y mucho más representativos del Renacimiento italiano. La obra lleva a cabo en 4 partes las diálogos que tuvieron sitio, a lo largo de 4 noches consecutivas, en la corte de Urbino; tienen el papel de interlocutores varios de los mucho más consagrados individuos de la temporada, entre ellos la duquesa Elisabetta, la princesa Emilia Pía, el cardenal Bibbiena, Cesare Gonzaga, Bembo, Juliano de Médicis, Ludovico di Canossa, Federico Fregoso y el Aretino.
El diálogo se apoya en la iniciativa, formulada por Fregoso, de dedicar el "juego" de la velada a "conformar con expresiones un especial cortesano", es decir, como dicen mucho más precisamente al comienzo del primer libro, a detallar la "forma de cortesanía mucho más favorable al gentilhombre que viva en una corte de príncipes", y, en la pluralidad de las prácticas de las diferentes cortes de la cristiandad, "escoger la mucho más especial, la flor y nata de esta cortesanía". En el primer "juego" o diálogo se charla extensamente en relación al nacimiento y de la diferente educación del gentilhombre; en el segundo, de sus calidades como hombre popular y de su actitud en las diferentes situaciones; el tercero dibuja el ideal de la impecable dama de palacio; el cuarto trata de las relaciones del cortesano con el príncipe, y se cierra con una disertación sobre el cariño platónico, disertación llevada a cabo por Bembo, el teorético mucho más acreditado en esta materia.
El diálogo se lleva a cabo con un ritmo armonioso, abierto, sereno, y resulta moldeado por el muy elegante "decoro" que fue el ideal del Renacimiento italiano, y en que asimismo el pensamiento se muestra como sublimación de una sociedad cultísima y refinada. Por este tono íntimo, por esta atmósfera de tranquilidad olímpica de la suavidad intelectual del diálogo, El cortesano pertence a los libros mucho más de manera directa reveladores del espíritu y del gusto del Renacimiento. Ciertas digresiones tienen además de esto un interés histórico-literario mucho más directo, como las visualizaciones sobre la "felicidad" y sobre la música, o, en la dedicatoria, las visualizaciones sobre la necesidad de no menospreciar "la práctica del charla" de las diferentes ciudades italianas, si bien no toscanas, con lo que Castiglione entra, y con una intuición muy actualizada, en las encarnizadas discusiones lingüísticas de su tiempo, elaborando la proposición opuesta a la del toscanismo y del florentinismo mucho más violento.
El cortesano es al tiempo un tratado de buena crianza y un código; el código de finura de pensamiento y del gusto hecho distinción y refinamiento de las prácticas. Tal como lo dibuja Castiglione, el cortesano es un tipo, y ni el ámbito ni los individuos tienen vida; pero hablamos de algo muy natural si se piensa en el íntimo carácter de esta obra, donde no se retrata una sociedad sino se forja poéticamente. El libro se encuentra por este motivo libre de puntos episódicos y contingentes, elevándose a mito ejemplar, a obra de arte viva, en un tiempo armonioso y sereno. En España la obra fue prontísimo famosa merced a la célebre traducción de Juan Boscán (1534).
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