La historia del mundo está contada por las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela humanidad, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Azorín [José Martínez Ruiz] es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Azorín [José Martínez Ruiz] es conocer más sobre un periodo concreto de la historia de la humanidad.
Comprender las luces y las sombras de las personas relevantes como Azorín [José Martínez Ruiz], personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo esencial para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de Azorín [José Martínez Ruiz], sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Azorín [José Martínez Ruiz], aquellas personas a quienes de de una u otra forma Azorín [José Martínez Ruiz] influyó, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Azorín [José Martínez Ruiz].
Las biografías y las vidas de personas que, como Azorín [José Martínez Ruiz], seducen nuestro interés, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Azorín [José Martínez Ruiz], el motivo por qué Azorín [José Martínez Ruiz] vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(Monóvar, Alicante, 1873 - Madrid, 1967) Escritor español adscrito a la Generación del 98. Sus principios estuvieron muy marcados por una sensibilidad de carácter anarquista, y sus primeros títulos respondían a esa ideología: es la situacion de Notas sociales (1896) y Pecuchet demagogo (1898). Durante esos años viajó intensamente por tierras de la meseta castellana, con el propósito de saber tanto su paisaje como la situación popular de sus gentes, que entonces era de extrema pobreza. Compartió, al lado de Ramiro de Maeztu y Pío Baroja, una viva admiración por la obra de Nietzsche, tal como por las doctrinas de carácter innovador.
Se licenció en derecho y se dio a saber enseguida por medio de sus colaboraciones en la prensa: en verdad, el seudónimo Azorín apareció por primera vez en un producto anunciado en España. Publicó asiduamente en periódicos y gacetas de la temporada. Una primera trilogía narrativa, compuesta por los volúmenes La intención (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño pensador (1904), forma un riguroso desarrollo de reflexión personal que lo llevó a mudar radicalmente sus situaciones. Desilusionado, sus conclusiones lo llevaron a adoptar un ideario conservador al confrontar con varios de los mitos finiseculares.
En ese instante, su prosa despuntaba ahora de forma fuerte por una excepcional opinión del objeto en sus mínimos datos, tal como por su prioridad por la oración corto, la claridad y la precisión expositivas y la riqueza de léxico. Todo ello, en su tiempo, logró que su obra supusiese una genuina revolución estética, si se la equipara con el abultado de la producción decimonónica.
Para nuestro Azorín, el objeto indispensable del artista no debe ser otro que la percepción de lo "substantivo de la vida". En consecuencia, ya que, con este propósito de su especial técnica narrativa, y siguiendo de cerca los análisis que sobre la obra azoriniana desarrolló José Ortega y Gasset, lo definitivo no está en "los enormes hombres, los magnos hechos, las estruendosas pasiones, [sino en] lo minúsculo, lo atómico". Técnica impresionista, ya que, que intenta prestar la esencia espiritual de las cosas a través de especificaciones líricas en las que prevalezca la emoción frágil y atenta.
Impregnándose de estos valores, la narrativa de José Martínez Ruiz se va a ver asaltada todo el tiempo por la obsesión del tiempo, la sosiega contemplación del paisaje y de la historia y una renovada sensibilidad frente a los tradicionales. En esta línea aparecerán Los pueblos (1905), Castilla (1912), Clásicos y modernos (1913), Al margen de los tradicionales (1915) y Una hora de España (1924); resalta en especial La ruta de Don Quijote (1905), evocadora crónica de un viaje por los niveles de Don Quijote de la Mácula.
Sus ensayos narrativos y teatrales, poco apreciados por la crítica, constituyen no obstante otro de los enormes episodios de su obra: Don Juan (1922), Doña Inés (1925), Old Spain! (1926), Brandy, bastante brandy (1927), Félix Vargas (1928) y Superrealismo (1929) son ciertos de sus títulos mucho más visibles.
Azorín, que asimismo escribió teatro, dio 2 piezas que crean un haragán ámbito de secreto: Lo invisible (1928) y Angelita (1930), de éxito mucho más bien poco. Su obra de vejez prosiguió encabezada por los temas que dominan su visión de todo el mundo: la irrealidad de la vida, el campo del arte, la melancolia por el pasado de España: Madrid (1941), El escritor (1941) y París (1945) son tres de los títulos de esta etapa final. Académico de la lengua de españa desde 1928, lo fundamental de su historia está recogido en sus Memorias inmemoriables (1940).
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Está claro que conocer en profundidad a Azorín [José Martínez Ruiz] es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que pretender recomponer quién fue y cómo fue la vida de Azorín [José Martínez Ruiz] es una especie de rompecabezasque con bastante probabilidad podamos reconstruir si colaboramos todos a la vez.
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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son siempre esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de una persona como Azorín [José Martínez Ruiz], que tuvo su relevancia en una época determinada, es esencia tratar de mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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