La historia del mundo la escriben los hombres y mujeres quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela civilización, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a más personas o formando parte de la acción. Atahualpa es uno de esos sujetos cuya vida, realmente, merece nuestro interés por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Atahualpa es conocer más acerca de periodo preciso de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo Atahualpa en la historia. El modo en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Atahualpa, sino que quizá produjo una señal mucho más profunda de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Atahualpa en persona.Atahualpa fue un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Atahualpa, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo básica para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Atahualpa, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Atahualpa, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Atahualpa influenció, y desde luego, entender y comprender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Atahualpa.
Las biografías y las vidas de personas que, como Atahualpa, seducen nuestra atención, tienen que ayudarnos siempre como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Atahualpa, el motivo por el cual Atahualpa vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
(Quito, 1500 - Cajamarca, de hoy Perú, 1533) Emperador inca (1525-1533). Era hijo del emperador Huayna Cápac y de Túpac Paclla, princesa de Quito. Poco antes de fallecer en 1525, el emperador Huayna Cápac decidió beneficiar a Atahualpa dejándole el reino de Quito (la parte septentrional del Imperio de los incas), en perjuicio de su hermanastro Huáscar, el heredero legítimo, al que correspondió el reino de Cuzco.
Si bien en un inicio las relaciones entre los dos reinos fueron pacíficas, la ambición de Atahualpa por agrandar sus dominios condujo al Imperio Inca a una extendida y sanguinolenta guerra civil. En 1532, informado de la existencia de los españoles en el norte del Perú, Atahualpa procuró sin éxito pactar una tregua con su hermanastro. Huáscar salió al acercamiento del ejército quiteño, pero fue vencido en la guerra de Quipaypán y apresado en las riberas del río Apurímac en el momento en que se retiraba hacia Cuzco. Posteriormente, Atahualpa ordenó matar a parte importante de los familiares y demás personas de seguridad de su enemigo y mover al preso a su vivienda, en la localidad de Cajamarca.
En ese instante, el emperador inca recibió la novedad de que se acercaba un achicado conjunto de gentes extrañas, razón por la que decidió aplazar su entrada triunfal en Cuzco, la ciudad más importante del imperio, hasta entrevistarse con los extranjeros. El 15 de noviembre de 1532, los conquistadores españoles llegaron a Cajamarca y Francisco Pizarro, su jefe, concertó una asamblea con el soberano inca por medio de 2 emisarios. Al día después, Atahualpa entró en la enorme plaza de la región, con un séquito de unos tres o 4 mil hombres prácticamente desarmados, para hallarse con Pizarro, quien, con cierta antelación, había emplazado de manera estratégica sus piezas de artillería y escondido una parte de sus efectivos en las edificaciones que rodeaban el sitio.
No fue Pizarro, no obstante, sino más bien el fraile Vicente de Valverde el que se adelantó para saludar al inca y le exhortó a admitir el cristianismo como religión verídica y a someterse a la autoridad del rey Carlos I de España; Atahualpa, asombrado y también indignado frente a la soberbia de los extranjeros, se negó a ello y, con ademán altivo, arrojó al suelo la Biblia que se le había brindado. Pizarro dio entonces la señal de ataque: los soldados emboscados comenzaron a disparar y la caballería cargó contra los desconcertados y también indefensos indígenas. Al cabo de media hora de matanza, múltiples cientos de incas yacían fallecidos en la plaza y su soberano era retenido como rehén por los españoles.
A los pocos días, Atahualpa, miedoso de que sus raptores pretendiesen establecer nuevamente en el poder a Huáscar, ordenó desde su cautiverio el homicidio de su hermanastro. Para conseguir la independencia, el emperador se comprometió a ocupar de oro, plata y piedras hermosas la estancia donde se encontraba preso, lo que solo sirvió para acrecentar la avaricia de los conquistadores.
Unos meses después, Pizarro decidió acusar a Atahualpa de idolatría, fratricidio y traición; fue culpado a la desaparición en la hoguera, pena que el inca vio conmutada por la de garrote, al abrazar la fe católica antes de ser ejecutado, el 29 de agosto de 1533. La novedad de su muerte dispersó a los ejércitos incas que rodeaban Cajamarca, lo que facilitó la conquista del imperio y la ocupación sin solamente resistencia de Cuzco por los españoles, en el mes de noviembre de 1533.
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Obviamente descubrir en lo más recóndito a Atahualpa es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que pretender reconstruir quién y cómo fue la vida de Atahualpa es una especie de rompecabezasque posiblemente lleguemos a rehacer si contribuimos juntos.
Por eso, si eres del tipo de personas que creen en que cooperando se puede hacer algo mejor, y detentas información en relación con la biografía de Atahualpa, o en relación con algún matiz de su personalidad u obra que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Atahualpa, que poseyó su importancia en una época concreta, es indispensable tratar de ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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