Arturo Uslar Pietri

La historia del mundo está escrita por los hombres y mujeres quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela sociedad, de un modo u otro,avance.

Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo una pieza esencial de la acción. Arturo Uslar Pietri es una de esas personas cuya vida, en efecto, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Arturo Uslar Pietri es conocer más sobre época determinada de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la importancia que tuvo Arturo Uslar Pietri en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que trataron a Arturo Uslar Pietri, sino que posiblemente produjo una huella mucho más profunda de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Arturo Uslar Pietri en persona.Arturo Uslar Pietri ha sido un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Apreciar las luces y las sombras de las personas destacadas como Arturo Uslar Pietri, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Arturo Uslar Pietri, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Arturo Uslar Pietri, personas a quienes de de una forma u otra Arturo Uslar Pietri influyó, y indudablemente, comprender y entender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Arturo Uslar Pietri.

Las biografías y las vidas de personas que, como Arturo Uslar Pietri, seducen nuestra curiosidad, tienen que servirnos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Arturo Uslar Pietri, porqué Arturo Uslar Pietri vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Arturo Uslar Pietri

(Caracas, 1906 - 2001) Escritor y político venezolano. Después de Rómulo Gallegos, es el escritor venezolano que de sobra celebridad y cuenta ha gozado en el siglo XX. Su novela Las lanzas rojas (1931), con la que se dio a saber en el momento en que contaba solamente veinticinco años, contribuyó a forjar la tan latinoamericana tradición del «realismo mágico».

Fueron sus progenitores Arturo Uslar Santamaría, de ascendencia alemana, y Helena Pietri Paúl, descendiente de corsos establecidos en el estado Sucre. Su bisabuelo paterno, el general Juan Uslar, luchó en la guerra de Independencia, y su abuelo materno, el general Juan Pietri, fue presidente del Consejo de Gobierno en los principios del régimen de Juan Vicente Gómez. Tanto su padre como su abuelo fueron en general en el ejército venezolano.

Siempre y en todo momento se ufanó Uslar de descender de luchadores por la Independencia de Venezuela y servidores de la patria, y acostumbraba a poner énfasis la presencia en su leño familiar de un edecán de Simón Bolívar y de 2 presidentes de Venezuela, Carlos Soublette y Juan Pablo Rojas Paúl. No es de extrañar, con semejantes antecedentes familiares y el hondo sentido de la compromiso histórica y ciudadana que le inculcaron sus progenitores desde niño, que Arturo Uslar Pietri dirigiera buena parte de sus sacrificios a labrarse una trayectoria política. Son legión los cargos públicos que desempeñó. Fue tres ocasiones ministro: de Educación (1939-1941), de Hacienda (1943) y de Relaciones Interiores (1945). Ocupó la Secretaría de la Presidencia de la República (1941-1943) en el orden de Isaías Medina Angarita.

Como gerente del pueblo, fue electo diputado a la Asamblea Legislativa en 1944 y senador en el Congreso Nacional por el Distrito Federal (1958). Y como mandatario político presentó su candidatura a la presidencia de la República en 1963, con el lema "Arturo es el hombre". Obtuvo 16,1 por ciento de la votación nacional, porcentaje esencial en un régimen electoral como el venezolano, en mayoría fácil en única vuelta de escrutinio.

Uslar había estudiado principal y secundaria en el Colegio Federal de Maracay y en el Liceo San José de Los Teques. Por su familia, enlazada a los círculos del poder gomecista, ha podido comprender de cerca el complejo entramado de pasiones que lo caracterizaba y hacerse una temprana iniciativa de la personalidad de Juan Vicente Gómez, el último enorme caudillo venezolano. Este conocimiento de primera mano le fue realmente útil en el momento de redactar cuentos ubicados en esta temporada y, más que nada, una de sus mucho más visibles novelas, Oficio de finados (1976).

En 1924 regresó a Caracas y también ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. Cuatro años antes había empezado a difundir sus primeros contenidos escritos en la prensa. En Caracas frecuentó asiduamente los círculos literarios, donde trabó amistad con los escritores Fernando Paz Castillo y Miguel Otero Silva. Juntos crearon en 1928 la gaceta Válvula, en cuyas páginas halló Venezuela un eco de las vanguardias de europa.

Ese año, Uslar recogió sus primeros cuentos en Barrabás y otros cuentos. Y asimismo reventaron las revueltas estudiantiles contra el régimen de Gómez que llevarían a la prisión a varios jóvenes escritores: el mencionado Otero Silva, Antonio Arráiz y Andrés Eloy Blanco, entre otros muchos. Arturo Uslar, hijo obediente de una evidente familia gomecista, aceptó en cambio el cargo de añadido civil en la legación de Venezuela en París, localidad donde continuó a lo largo de cinco años. Sin el periodo parisino, muy probablemente su destino literario habría sido otro. La capacitación de su sensibilidad y también intereses terminó de tomar forma al contacto con escritores y artistas que conoció, como Paul Valéry, Robert Desnos y André Breton, o frecuentó, como Ramón Gómez de la Serna, a cuyas tertulias en un cafetín de Montparnasse acostumbraba a ayudar.

Más que nada, en París descubrió que otros latinos empezaban a forjar recientes herramientas literarias para cubrir con ellas la singularidad histórica y cultural de sus orígenes. El guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el cubano Alejo Carpentier, con quienes se reunía y charlaba, fueron influencias determinantes, y, adjuntado con exactamente el mismo Uslar, terminarían siendo los predecesores del «realismo mágico» a que se abocarían una parte de los narradores de la próxima generación, la del «Boom» de los años 60, y que acabaría en realizaciones tan simbólicas como Cien años de soledad (1967), del colombiano Gabriel García Márquez. Fue en este lote donde terminaría perfilándose lo destacado de la obra de Uslar, y por ahora dio sus frutos en su primera novela, Las lanzas rojas (1931), recreación imaginativa de las guerras de Independencia venezolanas.

Años después, Uslar aseveraría que él había inventado el realismo mágico, en tanto que con la publicación de esta obra se había adelantado a sus amigos latinos en París. Que ello sea cierto o no es un aspecto subsidiario; lo esencial es que Las lanzas rojas se sumó a Cubagua, de Enrique Bernardo Núñez, otra novela publicada en ese año de felicidad para la novelística venezolana que fue 1931, y que las dos brindaron a los de venezuela que les encantaría emprender imaginativamente los hechos históricos un enfoque reciente, distanciado de los convencionalismos retóricos y la compulsión hagiográfica comunes en este género. Y alén de Venezuela, la publicación de la primera novela de Uslar "abrió la puerta para lo que sería entonces el reconocimiento de la novela sudamericana en el mundo entero", en opinión del novelista peruano Mario Vargas Llosa.

Sin solución de continuidad, Uslar regresó a una Caracas provinciana y adormecida por la censura en 1934 y siguió su trayectoria literaria. Publicó productos y ensayos de crítica y reflexión sobre temas literarios en la gaceta El Ingenioso Hidalgo, establecida por él mismo con el apoyo de su primo Alfredo Boulton y los escritores Julián Padrón y Pedro Sotillo. El 14 de julio de 1936, siete meses tras la desaparición del "Benemérito" Juan Vicente Gómez, publicó en el diario Ahora el que habría de transformarse en su producto mucho más leído y comentado: "Cultivar el petróleo". Allí alzaba la voz para solicitarle a los mandatarios de Venezuela que no despilfarraran el oro negro, cuya explotación había empezado a hacerse intensiva hacía pocos años, y lo utilizaran para dotar al país de ocupaciones capaces de asegurar el sustento de sus pobladores.

Por lo demás, a lo largo de estos años y hasta el derrocamiento del gobierno de Medina Angarita, en 1945, Uslar desplegó sus sacrificios en el lote de la política, bien participando de forma directa en el gobierno y presentándose frente a los votantes, bien ejercitando su predominación en la opinión pública. Desde los comienzos del períodico El Nacional, en 1943, fue uno de sus mucho más permanentes articulistas.

Los títulos mismos que dio a su columna en este medio ("Pizarrón"), tal como más tarde a los programas televisivos que dirigió y presentó ("Valores Humanos" y "Cuéntame a Venezuela"), delatan su inmenso afán didáctico. Paralelamente a sus ocupaciones políticas, periodísticas y rigurosamente literarias, Uslar ocupó distintas cátedras universitarias: las de Economía Política (1937-1941) y Literatura Venezolana (1948) en la Universidad Central de Venezuela, y la de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Columbia, en Nueva York (1947).

De 1945 a 1950 marchó al exilio a Nueva York. Por supuesto, aprovechó su estancia en Estados Unidos para ocuparse mucho más intensamente a su obra literaria, y publicó la novela El sendero de El Dorado (1947), el libro de cuentos Treinta hombres y sus sombras (1949) y los ensayos Sumario de economía venezolana y Letras y hombres de Venezuela, los dos en 1948. Pero Uslar no disculpó jamás el golpe de mano contra el gobierno de Medina Angarita perpetrado por la junta civicomilitar encabezada por Rómulo Betancourt y los "adecos".

Ello enseña en decisión correcta su actitud siempre y en todo momento crítica y distante con el poder a lo largo del largo periodo de la IV República (1958-1998). Durante este periodo aceptó solo un cargo oficial, el de gerente de Venezuela frente a la Unesco, en París, en la época de la década de 1970. En 1983, en el momento en que reventó la crisis del endeudamiento y se puso de manifiesto por vez primera la hondura del quebranto económico del país, no se mordió la lengua para apuntar una de sus raíces mucho más profundas: "Venezuela está agotada del viejo y podrido disco de las promesas populistas con las que jamás pudo salir adelante. El populismo es, en una proporción enorme, el motivo de todos y cada uno de los desenlaces negativos que hemos confrontado en estos años".

El prestigio de Uslar Pietri en Venezuela era colosal. Sus críticas sobre cualquier tema eran aguardadas y, en ciertos casos, temidas. Mucho antes de ingresar en la vejez vio como sus proyectos ingresaban en los proyectos de estudio de institutos y liceos. Todo venezolano nativo de la década de 1950 tuvo por fuerza que leer alguna página de este escritor. Aguardó en balde el galardón que mucho más codiciaba: el Premio Cervantes. Pero ningún otro escritor venezolano consiguió como él muchos premios y galardones por su obra narrativa, incluyendo el premio de novela mucho más respetado del campo hispánico, el Rómulo Gallegos, y fué el único venezolano en recibirlo.

El fallo del jurado del Premio Príncipe de Asturias, que le fue concedido en 1990 por la novela La visita en el tiempo, reconoció en Arturo Uslar Pietri al "constructor de la novela histórica actualizada en Hispanoamérica, cuya incesante y provechosa actividad literaria ha contribuido señeramente a vivificar nuestra lengua común, alumbrar la imaginación del Nuevo Mundo y enriquecer la continuidad cultural de las Américas". Uno de los integrantes del jurado, el novelista mexicano Carlos Fuentes, juzgó que Uslar ha forjado "una concepción actualizada de la novela, ofertando las sombras y las luces del desarrollo histórico", y que es el precursor de una concepción de la literatura donde se reconocen otros autores, como el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez.

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Obviamente descubrir en lo más recóndito a Arturo Uslar Pietri es algo que se reserva a muy pocas personas, y que pretender recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Arturo Uslar Pietri es una especie de rompecabezasque tal vez logremos rehacer si cooperamos juntos.

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de alguien como Arturo Uslar Pietri, que poseyó su significación en una época concreta, es fundamental tratar de ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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