Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que detentó Arturo de Córdova en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Arturo de Córdova, sino que posiblemente dejó una señal mucho más honda de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Arturo de Córdova de modo personal.Arturo de Córdova fue una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas significativas como Arturo de Córdova, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Arturo de Córdova, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Arturo de Córdova, personas a quienes de un modo u otro Arturo de Córdova influyó, y sin duda, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Arturo de Córdova.
Las biografías y las vidas de personas que, como Arturo de Córdova, seducen nuestro interés, tienen que valernos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Arturo de Córdova, el motivo por el cual Arturo de Córdova vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.
(Arturo García Rodríguez; Mérida, 1908 - Ciudad de México, 1973) Actor de cine mexicano. Su especialidad fueron individuos atormentados que, con cierta frecuencia, se hundían en la disparidad. Su apostura y rebuscada distinción lo hicieron célebre. Comenzó su actividad profesional como periodista, campo en el que llegó a ser subdirector de la agencia de novedades United Press en Santiago de Chile.
Su carrera cinematográfica se inició en 1935 con Celos, película mexicana apuntada por el emigrante ruso Arcady Boytler que fue entre los éxitos de taquilla de aquel año. Intervino en otras películas de menor relieve en los años siguientes, entre aquéllas que resalta La Zandunga (1937), de Fernando de Fuentes, a la vera de Lupe Vélez, y otros títulos dispares liderados por Gabriel Soria o Miguel Contreras Torres. A las órdenes de Chano Urueta interpretó el papel personaje principal en La noche de los mayas (1939), que contó con una banda sonora de Silvestre Revueltas y la fotografía de Gabriel Figueroa. En los últimos años de la década su imagen salió afianzando entre el público.
La expansión del cine mexicano por Latinoamérica favoreció el éxito de varios de los semblantes que empezaban a despuntar en los años 40. Así, tras ciertas comedias de Alfonso Patiño y Rolando Aguilar, vino el éxito habitual de ¡Uy, qué tiempos, señor don Simón! (1941), de Julio Bracho. Aquel mismo año interpretó el papel de Edmundo Dantés en El conde de Montecristo (1941), una adaptación de la novela de Alejandro Dumas firmada por Roberto Gavaldón y Chano Urueta, y tras ello fue llamado a Hollywood.
A partir de este instante alternaría su trabajo en México con un contrato para rodar producciones de la Paramount en Estados Unidos. Compartió reparto con Gary Cooper y también Ingrid Bergman en Por quién doblan las campanas (1943), versión cinematográfica de la novela de Hemingway al cargo de Sam Wood, y también intervino en Hostages (1943), de Frank Tuttle, y La rubia de los pelos de fuego (1945), de George Marshall. Tras interpretar en su país al psicópata de Crepúsculo (1944), de Julio Bracho, recobró su imagen de latin lover en otras producciones de la Paramount como El pirata y la dama (1944, con Joan Fontaine) y Masquerade in Mexico (1945), las dos de Mitchell Leisen, y Donde nacen los héroes (1945), de Irving Pichel. En estos años era indudablemente entre los galanes cinematográficos hispanos mucho más pedidos por las mujeres.
En el segundo lustro de los 40 participó en comedias y dramas de todo género, firmadas por Fernando de Fuentes, Gilberto Martínez Solares o Roberto Gavaldón, aparte de intervenir en múltiples películas argentinas como Dios se lo pague (1947), de Luis César Amadori, o Yo no escogí mi vida (1949), de Antonio Momplet, y una venezolana, La balandra Isabel llegó esta tarde (1949), de Carlos Hugo Christensen. El nivel medio era flojo, si bien Arturo de Córdova se rodeaba siempre y en todo momento de repartos femeninos que respiraban hermosura, al paso que sus canosas sienes se iban transformando en una marca personal y también intransferible.
Los años cincuenta estuvieron dominados por el atrayente papel que interpretó en la película En la palma de la mano (1950), de Roberto Gavaldón (por el que recibió un Ariel a la mejor interpretación masculina), los dramas de Julio Bracho y, en especial, por el papel de Francisco Galván de Montemayor en la película de Luis Buñuel Él (1952), donde aceptó varios de los enfrentamientos temáticos que dominaron la obra del directivo español.
Recibió otro Ariel por su trabajo en Las tres perfectas casadas (1952), de Roberto Gavaldón, y compartió relación en pantalla en distintas oportunidades con Libertad Lamarque, Marga López, Silvia Pinal y María Félix, con quienes interpretó toda clase de matrimonios en los que siempre y en todo momento pasaba de todo y que resultaban de interés habitual. Fue actor asiduo en múltiples películas de Tulio Demicheli; exactamente por su trabajo en la película Feliz año, amor mío (1955), recibió otro Ariel. Intervino en Brasil en 2 películas de Carlos Hugo Christensen (Mos sangrentes y Leonora 2 sete mares, 1955) y en España trabajó en Los peces colorados (1955), de José Antonio Nieves Conde, en un atrayente papel a la vera de Emma Penella. A partir de finales de los cincuenta tuvo unos años muy fecundos en actuaciones, pero se confirmó el ocaso de su trayectoria artística.
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Sin duda llegar a comprender a Arturo de Córdova es algo que está reservado a muy pocas personas, y que pretender recomponer quién fue y cómo fue la vida de Arturo de Córdova es una suerte de enigmaque a lo mejor podamos reconstruir si colaboramos todos en conjunto.
Por eso, si eres de esas personas que creen en que de modo colaborativo se puede crear algo mejor, y tienes información con respecto a la vida de Arturo de Córdova, o acerca de algún peculiaridad de su persona u obra que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente fundamentales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Arturo de Córdova, que poseyó su significación en un momento concreto de la historia, es indispensable procurar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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