La historia de las civilizaciones está escrita por los hombres y mujeres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado queel género humano, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que atesoró Armando Cotarelo Valledor en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo mientras permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Armando Cotarelo Valledor, sino que quizá legó una señal mucho más vasta de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Armando Cotarelo Valledor de modo personal.Armando Cotarelo Valledor ha sido una de esas personas que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Armando Cotarelo Valledor, atraen nuestra curiosidad, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Armando Cotarelo Valledor, el motivo por qué Armando Cotarelo Valledor vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Vega de Ribadeo, 1880 - Madrid, 1950) Escritor y erudito español. Estudió Filosofía y Letras en Madrid, donde se doctoró. En 1904 consiguió por oposición la Cátedra de Lengua y Literatura Española de la Universidad de Santiago, donde asimismo fue catedrático de teoría de las artes. La llegada de Cotarelo a las salas compostelanas renovó intensamente la mortecina vida universitaria de Santiago y supuso una esencial revitalización de los estudios galleguistas.
En 1920 fue escogido integrante de la Real Academia Gallega y en 1923 fue nombrado primer presidente del Instituto de Estudios Gallegos; en 1929 fue escogido integrante numerario de la Real Academia Española en representación de las letras gallegas. En 1939 fue designado catedrático de Filología Galaico-Portuguesa en la Universidad Central de Madrid. Ingresó en la Real Academia de la Historia en 1942. Al fundarse el Instituto de España, fue nominado su Secretario General Perpetuo. En 1949 fue Procurador en Cortes por representación académica.
La universal cultura de Armando Cotarelo Valledor mucho más parecía caracteristica de un hombre del Renacimiento que de uno de su temporada. Se dedicó a las mucho más distintas ocupaciones, y en todas y cada una dejó la huella de su genio. Fue poeta, comediógrafo y novelista en gallego y en español, filólogo, erudito, historiador, crítico de arte, arqueólogo, astrónomo, directivo de escena, recopilador de folklore, conferenciante de enorme brillantez y profundo conocedor del latín.
Armando Cotarelo fue un considerable propulsor del teatro gallego en los años veinte, singularmente en los entornos universitarios: múltiples de sus proyectos fueron estrenadas por alumnos de las salas compostelanas; en ellas, nuestro Cotarelo participó como directivo de escena y escenógrafo. El teatro de Cotarelo sigue la senda verdadera de la escena de su temporada, pero con varios toques de drama poético. Incluso una obra nueva hasta 1992, "Erara una vez un rey" (la única redactada completamente en español) se introduce totalmente en el modernismo. En sus proyectos tráficas se advierte una enorme habilidad técnica, quizás nacida de su dominio del teatro tradicional español, sin lugar a dudas muy mayor a la de sus contemporáneos de la escena gallega. También son muy relevantes el cuidadoso retrato psicológico de los individuos y la gran riqueza lingüística.
Entre sus piezas teatrales están Trebón (1922), de ámbito labriego; Sinxebra (1923), en gallego y español, una comedia sentimental, cuya acción se lleva a cabo en un pazo; Lubicán (1924), en que se da cuenta de la persecución de la mujer de aldea por el hombre de localidad; Hostia (1926), sobre el suplicio de Prisciliano; Beiramar (1931), drama de fuertes pasiones, de ámbito marinero; y Mourenza (1931), de ámbito marinero. Ultreya, obra redactada en español y gallego, es un libreto de ópera, con música de Rodríguez Losada, estrenado en 1935, si bien todavía continúa inédito.
Su narrativa incluye unas Memorias de un escolar de otrora que entienden 2 novelas, escritas las dos en español: Palladys Tyrones y La enseña radia. La acción tiene sitio en Galicia a lo largo de la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas. El Pazo (1923) es una obra políglota, castellana y gallega; Contos de Nadal, colleitos de pobo (1927) es una compilación de cuentos cortos escritos en gallego.
Armando Cotarelo Valledor tuvo un enorme afán por cultivar saberes alejadísimos de los suyos, como la astronomía, la arqueología y la heráldica, sobre las que escribió distintas proyectos. Como crítico de arte y también historiador publicó su primordial Historia crítica y documentada de la vida y acciones de Alfonso III el Magno, último rey de Asturias, premiada por la Real Academia de la Historia en 1916, pero no publicada hasta 1933. Otras proyectos historiográficas son Fray Diego de Deza, ensayo biográfico (1905), Matrimonios de Ramiro I de Asturias (1922), Semblanza de Marco Fabio Quintiliano (1942) y Un académico modelo: Don Martín Fernández de Navarrete en la Real Academia Española (1945).
En su obra filológica, Armando Cotarelo se dedicó tanto a las letras gallegas como a las castellanas; resaltó en especial con sus estudios sobre la vida y obra de Miguel de Cervantes. El Teatro de Cervantes, anunciado en 1915, premio Berwick y Alba de la Real Academia Española, es una magna obra de 770 páginas que aún el día de hoy es de solicitud indispensable para todos los que estudian el teatro cervantino. También de enorme mérito son Padrón literario de Miguel de Cervantes Saavedra (1948), Cervantes lector (atrayente estudio sobre las lecturas cervantinas), La hermosura femenina en las proyectos de Cervantes (1905) y Obras perdidas de Cervantes que no se perdieron (1947). En su estudio El teatro de Quevedo (1945), Cotarelo contribuyó a desterrar múltiples falsas atribuciones de entremeses a don Francisco de Quevedo. Su proposición doctoral se dedicó a las letras gallegas: Una cantiga célebre del Rey Sabio. Fuentes y avance de la historia de historia legendaria de Sor Beatriz, primordialmente en la literatura de españa.
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