Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo parte de la actuación. Aram Jachaturián es uno de esos sujetos cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Aram Jachaturián es conocer más sobre una época concreta de la historia del género humano.
Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Aram Jachaturián, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo fundamental para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Aram Jachaturián, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Aram Jachaturián, gentes a quienes de un modo u otro Aram Jachaturián influenció, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Aram Jachaturián.
Las biografías y las vidas de personas que, como Aram Jachaturián, atraen nuestra curiosidad, deben servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Aram Jachaturián, porqué Aram Jachaturián vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Aram Ilich o Ilyich Khachaturian o Jachaturián; Tiflis, 1903 - Moscú, 1978) Compositor y directivo de orquesta. En 1922 entró en la Escuela Gniessin de Moscú, y entre 1929 y 1934 completó su capacitación musical en el Conservatorio de Moscú, en las clases del mismo Mikhail Gniessin. Fue también acólito de Reinhold Glière en instrumentación y de Nikolai Miaskovski, el gerente del arte oficial del régimen, en composición. Todos estos músicos influyeron en él, tal como Prokofiev, una vez vuelto este a la vieja URSS.
Sus primeras proyectos son de esa temporada en el Conservatorio: la Tocata y el Trío para violín, piano y clarinete (1932) y una Suite de danzas (1933). Ya en estas proyectos exhibe su primordial característica, la inspiración en la tradición musical armenia. La Primera Sinfonía, redactada en 1934 con ocasión del decimoquinto aniversario de la República Soviética de Armenia, prosigue esa inclinación de integrar la civilización de su pueblo en la rusa.
En 1936 compuso el Concierto para piano, obra de ritmos complejos y expresivos al tiempo, con la que se dio a comprender al público de su país. En el Poema a Stalin (1938), una de sus creaciones mucho más conocidas, concilia nuevamente los folclores caucásicos con un avance sinfónico elaborado, en el que se puede ver la predominación de Tchaikovsky. En 1940 compuso Concierto para violín, obra de enorme lirismo dedicada al violinista David Oistrakh.
Aram Jachaturián logró el reconocimiento en todo el mundo con su obra mucho más simbólica, Gayaneh (1943). Se trata de un ballet que representa la historia épica de una mujer patriota cuyo marido comete traición al pasarse al enemigo; compuesto por distintos danzas, resalta singularmente entre ellas la célebre Danza del sable. El estilo épico se acentúa en su Tercera sinfonía (1947), obra que memora el trigésimo aniversario de la Revolución Rusa.
Al igual que otros consagrados músicos rusos, Jachaturián no escapó a las críticas que le acusaban de tendencias antirrevolucionarias, tal como de distorsiones formalistas contrarias a la ortodoxia cultural del régimen. A principios de la década de 1950 viajó a Italia para ser parte de una delegación soviética y empezó a redactar el ballet Spartacus. En estos años comenzó a ocuparse a la dirección de orquestas y a la enseñanza en el Instituto Giessin y en el Conservatorio de Moscú.
Tras la desaparición de Stalin (1953), Jachaturián se unió a las voces que solicitaban mayor independencia autora, más allá de que se mostró opuesto al serialismo y otras experimentaciones de la música occidental. En 1954 fue nombrado "artista del pueblo de la URSS" y en 1959, año en que ingresó como diputado en el Soviet Supremo, recibió el premio Lenin por Spartacus. También compuso bandas sonoras para el cine, entre ellas la del reportaje sobre Lenin Vladimir Ilich Lenin (1948) y la del largometraje de Vladimir Petrov La guerra de Stalingrado (1949).
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