Antonio Ruiz Soler

La historia del mundo la cuentan aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel género humano, de una forma u otra,avance.

Ya sea inspirando a otros o tomando parte de la acción. Antonio Ruiz Soler es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Antonio Ruiz Soler es conocer más sobre periodo preciso de la historia del ser humano.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Antonio Ruiz Soler, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo fundamental para que podamos poner en valor no sólo la vida de Antonio Ruiz Soler, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Antonio Ruiz Soler, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Antonio Ruiz Soler influyó, y indudablemente, entender y comprender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Antonio Ruiz Soler.

Vida y Biografía de Antonio Ruiz Soler

(Mucho más popular por Antonio; Sevilla, 1921 - Madrid, 1996) Bailarín y coreógrafo español, mucho más popular como "Antonio" o "Antonio el Bailarín". Desde pequeño mostró su vocación artística al bailar al son de un organillero por las calles de Sevilla, lo que hacía que regresara a su casa con los bolsillos llenos de monedas. Estudió baile flamenco con Realito y danza tradicional con Ángel Pericet.

En 1928 logró su primera actuación públicamente y formó pareja con Rosario a lo largo de mucho más de quince años; fueron populares con el nombre de Chavalillos hispalenses. Sus primeras actuaciones tuvieron sitio en Sevilla, y fueron contratados en 1928 para bailar en la Exposición Internacional de Lieja (Bélgica), y en 1929 para la Exposición Mundial de Sevilla. Antonio continuó sus estudios con los profesores Otero, Pericet y Frasquillo, al unísono que su popularidad iba medrando. Su primera enorme consagración le llegó con su representación para Alfonso XIII y Victoria Eugenia.

En octubre de 1936, Antonio y Rosario actuaban en el sur de Francia en el momento en que tuvieron novedades del comienzo de la Guerra Civil Española, con lo que eligieron no regresar a España y embarcar con rumbo a Argentina en el mes de febrero de 1937. Desde allí emprendieron una da un giro por toda Sudamérica con un espectáculo de Carmen Amaya, y siguieron más tarde sus actuaciones con Rosario y su pequeña compañía. Finalizada la contienda de españa, el conjunto desembarcó en Nueva York, donde el bailarín se rencontró, tras cinco años, con su madre y hermana.

Empezó en Estados Unidos su trayectoria cinematográfica con las películas Ziegfield Girls, Sing Another Song, Hollywood Canteen y Panamerican. Debutó como coreógrafo en un espectáculo del Carnegie Hall de Nueva York, con el ballet Corpus Christi en Sevilla (Albéniz, 1943). En 1946, por su lado, estrenó el Zapateado de Sarasate, en el teatro Bellas Artes de México, y en 1953 creó su compañía de ballet. Su enorme capacidad en la interpretación de bailes flamencos le logró popular a nivel internacional.

Tras largas giras por los Estados Unidos y Centroamérica, Antonio decidió regresar a España en 1949 para el rodaje cinematográfico de las películas José María el Tempranillo y Niebla y Sol, de José María Forqué. Pronto empezó a ser popular en toda Europa y a tener relaciones con los primordiales bailarines y coreógrafos de la temporada. Así, en 1952, Léonide Massine le ofreció en Milán el papel del Molinero en El Sombrero de Tres Picos, que Antonio admitía mientras que el papel de la Molinera no se le diese a Rosario, con quien había roto sus relaciones ese año; al final el papel lo logró Mariemma.

La consagración cinematográfica de Antonio llegó con la película Duende y Misterio del Flamenco (1953), apuntada por Edgar Neville, donde por vez primera en la danza de españa se interpretaba un martinete, palo flamenco guardado hasta el momento al cante. Con posterioridad comenzó con una exclusiva compañía, formada al lado de la bailarina Rosita Segovia, en el II Festival de Música y Danza de Granada, con las coreografías Llanto a Manuel de Falla (Asencio, 1953) y El Segoviano Esquivo (Salvador, 1953). Para este conjunto asimismo creó: Paso a Cuatro (Sorozábal, 1956), Fantasía Galaica (Ernesto Halffter, 1956), Jugando al Toro (Cristobal Halffter, 1960) y Eterna Castilla (Moreno, 1965).

Intercaló giras por Estados Unidos (1963) y la URSS (1964) con el rodaje de las películas: Todo es viable en Granada, Carrusel Napolitano, Noches Andaluzas, Luna de Miel, con la colaboración de Massine, y La Nueva Cenicienta. En Mayo de 1973 terminó de rodar El Amor Brujo y El Sombrero de Tres Picos, de Valerio Lazarov, y en 1978 graba Ley de Raza, con La Chunga. En 1978 estrenó La Casada Infiel, con música de Emilio de Diego, y un año después, en el momento en que se cumplían sus bodas de oro con la danza, Antonio decidió retirarse, diciendo adiós a los niveles en la localidad de Japón de Sapporo.

En marzo de 1980 fue nombrado directivo del Ballet Nacional de España, en substitución de Antonio Gades, cargo que sostuvo hasta 1983. Para esta compañía efectuó varias coreografías. Con sus representaciones dio un nuevo sentido al baile masculino español, estilizó el bolero y fue el primero que puso pasos al martinete, un solemne palo flamenco que hasta ese instante se encontraba guardado para el toque del yunque y la voz. Su estilo tomaba del arte flamenco mucho más puro, estilizado, no obstante, por la predominación de la tradición del ballet tradicional. Su arte dejó una profunda huella en las generaciones siguientes.

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Obviamente llegar a comprender a Antonio Ruiz Soler es algo que se reserva a muy pocas personas, y que tratar de reconstruir quién y cómo fue la vida de Antonio Ruiz Soler es una suerte de puzzleque tal vez logremos reconstruir si contribuimos todos juntos.

Por esta razón, si eres de esas personas que confían en que colaborando es posible crear algo mejor, y tienes información sobre la vida de Antonio Ruiz Soler, o acerca de algún peculiaridad de su personalidad u creación que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos fundamentales, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de una persona como Antonio Ruiz Soler, que poseyó su relevancia en un momento concreto de la historia, es vital intentar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para relatarnos qué sabes tú con respecto a Antonio Ruiz Soler. Estaremos encantados de poder completar esta biografía con más información.