La historia de las civilizaciones la escriben aquellas personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela humanidad, de un modo u otro,progrese.
Ya sea inspirando a otras personas o tomando parte de la acción. Antonio Mairena es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Antonio Mairena es comprender más sobre una época concreta de la historia de la humanidad.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que tuvo Antonio Mairena en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para quienes conocieron a Antonio Mairena, sino que posiblemente dejó una señal mucho más honda de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Antonio Mairena de forma personal.Antonio Mairena ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Antonio Mairena, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo esencial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Antonio Mairena, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Antonio Mairena, gentes a quienes de de una forma u otra Antonio Mairena influenció, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Antonio Mairena.
Las biografías y las vidas de personas que, como Antonio Mairena, cautivan nuestra atención, tienen que ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Antonio Mairena, el motivo por el cual Antonio Mairena vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
(Antonio Cruz García; Mairena de Alcor, 1912 - Sevilla, 1983) Intérprete español de cante flamenco. Con tiempo, dedicación y paciencia, recobró estilos que se habían perdido y los resituó en el panorama del flamenco contemporáneo, adaptándolos en ciertos casos a los nuevos tiempos. Por este fundamento fue acusado de imponer una excesiva rigidez al cante, que se encontraba ganando mayor independencia merced a figuras como Camarón de la Isla y Paco de Lucía.
Sin embargo, su tarea le valió el galardón más esencial para un artista flamenco, la Llave de Oro del Cante, en 1962. Su intención conservacionista le llevó a redactar, en colaboración con R. Molina, Mundo y formas del cante flamenco (1963), y en 1967, Confesiones de Antonio Mairena. En 1966 grabó su obra cima, La enorme historia del cante gitano andaluz, donde interpretaba tipos diferentes de seguidillas y soleares.
Mairena perteneció a una familia gitana asentada en Mairena del Alcor desde tiempos de Carlos III, y desde niño tuvo ocasión de desarrollar sus poco comúnes características artísticas. Frecuentaba ahora de pequeño las fiestas gitanas a las que asistía con su padre, asimismo enorme aficionado al flamenco (si bien no era cantaor). Sus profesores fueron Joaquín el de la Paula y Manuel Torre; este último ha dicho de él, al fallecer en 1933, que Mairena era el único con la capacidad de sucederle, ya que había aprendido sus enseñanzas y las había llevado perfectamente.
Empezó cantando con el nombre de "El Niño de Rafael", y después usó el de "Niño de Mairena", hasta el momento en que se afianzó el de Antonio Mairena por el que el día de hoy es recordado. Desde el principio se interesó por la restauración de los cantes mucho más viejos, como las tonás o las ligeras. En ese gusto fundamentó su estética, que le llevó a un perfeccionismo absoluto en el momento de interpretar cualquier cante. Esa actitud le postergó de todo el mundo del éxito: no participó en los espectáculos de Ópera Flamenca y tuvo por consiguiente que aguardar a la etapa de revalorización para ser apreciado.
Mairena distinguió entre cante gitano andaluz y flamenco. Pensaba que los gitanos hacían lo primero y que él se encontraba en esa línea siguiendo los pasos de Manuel Torre. El flamenco lo harían cantaores como Antonio Chacón y todos y cada uno de los fandangueros de la Ópera Flamenca. Nunca se había sentido a gusto en su trayectoria como cantaor en compañías de baile; ganó bastante dinero, más que nada con Antonio, el bailarín (hasta cinco mil pesetas cotidianas en los años cincuenta), y esto le satisfizo, pero él afirmaba que la colaboración no es completamente aconsejable para el cante gitano andaluz, pues no podía cantar lo que él deseaba, sino debía supeditarse al baile, lo que significaba cantar aires veloces llenos de capacidad en menoscabo de la exquisitez y la privacidad de la soleá o la seguiriya, donde podía aparecer el duende, que él llamaba "Razón Incorpórea".
Solo deseó cantar para el baile de Carmen Amaya y no lo ha podido realizar a gusto. Primero la Guerra Civil y después inconvenientes familiares de la bailaora en la posguerra limitaron su colaboración a algo mucho más de un par de meses en suma. En sus Confesiones apuntó: "Carmen era una excelente bailaora que se emocionaba y bailaba fabulosamente en el momento en que yo le cantaba".
La verdad es que Mairena creó una escuela, que él mismo llamó mairenismo, caracterizada por la búsqueda de la manera mucho más pura y ruda de interpretar los cantes. Con continuidad pasó años aprendiendo algún cante hasta desentrañar su forma original y reconstruirlo como debía ser. Sin él, varios de los estilos y maneras de cante que el día de hoy continúan se habrían perdido. Pensaba que el cante se encontraba hecho, así como confesó en una entrevista: "El cante puede realizarse; llegó a un nivel de avance, pero lo que yo no puedo es hacer cante."
Entre los hechos mucho más esenciales en la biografía de Antonio Mairena, y entre los mucho más comentados, fue la convocatoria en 1962 del III Concurso de Córdoba, acontecimiento de suma importancia en el planeta del flamenco. En aquella tercera edición, conmemorada los días 19 y 20 de mayo, el certamen de Córdoba premió a Antonio Mairena con la Tercera Llave de Oro del Cante. El certamen lanzó a Mairena y le dio a comprender de forma masiva en España, más allá de que el cantaor ahora había ganado algún premio local y era mucho más popular fuera que en España, gracias a su participación como artista en la compañía de baile de Antonio o, antes, en las de Pilar López, Pastora Imperio, Carmen Amaya o la de Teresa y Luisillo.
Antonio Mairena tenía cincuenta y un par de años en el momento en que ganó en Córdoba. Dicen ciertos cantaores que el premio, si no amañado, estuvo listo: todo el jurado votó de manera unánime en su favor. En el jurado estuvieron presentes Ricardo Molina, Anselmo González Climent, Aurelio Sellés, Juan Talega, Francisco Salinas y músicos tradicionales tan esenciales como José Muñoz Molleda y Mauricio Ohana. Cuentan las crónicas que Antonio Mairena cantó divinamente, pero que no fue el mucho más aplaudido. El jurado, en el acta pertinente, dejó claro que se concedía el galardón a Antonio Mairena tanto por la pureza de su cante como por su historial artístico, de conformidad con las bases establecidas para el certamen. El premio se lo entregó Antonio Ruiz Soler, el bailarín, que en esos instantes se encontraba actuando por la localidad.
Discográficamente comentando su legado es primordial, si bien llegó algo tarde: las primeras placas de Mairena se grabaron en 1941, en el momento en que el cantaor tenía ahora treinta y un par de años. Tenía listo un repertorio puro, pero al llegar al estudio de La Voz de Su Amo de Barcelona le afirmaron que debía llevar a cabo 4 fandangos y 4 cuplés. Pasó un martirio destacable al lado del guitarrista Esteban Sanlúcar, conque no le han quedado mucho más ganas de reiterar la experiencia y decidió regresar a sus cantes para pequeños círculos en ventas y colmaos.
La siguiente sesión se retrasó hasta 1950. Volvió a grabar ocho temas, en esta ocasión para la Columbia de Madrid, con Paco Aguilera de guitarrista. El repertorio asimismo tuvo fandangos, pero además de esto bulerías, alegrías, soleares y una seguiriya. Todavía grabó 2 sesiones mucho más en esta década: una en Tánger con soleá y fandango, y otra en Londres, en 1954, con Manuel Morao a la guitarra. Ambas tuvieron una edición limitadísima, hasta el momento en que en 1992 la Junta de Andalucía las recogió digitalmente en los dieciséis volúmenes de sus Grabaciones Terminadas. Los cantes de Londres los volvió a grabar en Madrid para la Columbia de españa en 1958, con Paco Aguilera y Moraíto Chico de guitarristas. Ese disco fue su primer extendida duración español y se tituló Cantes de Antonio Mairena.
Mairena aseveró que no había grabado mucho más pues su cante no era de los instantes que le tocó vivir, pero su popularidad fue extendiéndose merced a sus actuaciones con Antonio por todo el planeta. Tan parca discografía se vio compensada con las espléndidas grabaciones efectuadas desde 1963. Ese año vieron la luz tres discos, de 4 canciones cada uno de ellos, titulados Noches de la Alameda, Duendes del Cante de Triana y Tangos de Andalucía. En los tres estuvo Melchor de Marchena a la guitarra. Ese mismo año participó en el Primer Gazpacho de Morón destinado a la memoria de Silverio.
Tras su actuación, se propuso plasmar en disco su cante mucho más puro, y de este modo grabó en 1964 La Llave de Oro del Cante y, un año después, Cien años de Cante Gitano. El paso definitivo, discográficamente comentando, lo dio Mairena en 1966 al modificar los inusuales tres volúmenes titulados La enorme historia del cante gitano andaluz para la Columbia de españa, con artículo explicativo de Ricardo Molina. En este estuche, Mairena se atrevió con treinta soleares distintas y diecinueve seguiriyas. El "mairenismo" se encontraba mucho más que servido, y no fueron solo sus hermanos Curro y Manuel Mairena sus mucho más directos seguidores.
Asimismo ese año dio a saber su especial Antología del Cante flamenco y gitano para Columbia-España donde entre otros muchos y tras tres años de preparación grabó a Aurelio de Cádiz, Juan Talega, José Salazar, Pepita Caballero, Rosalía de Triana, Pepe Torre, la Piriñaca de Jerez y la Perla de Triana, al lado de los guitarristas Melchor de Marchena, Morao de Jerez y Antonio Arena. En 1969 se editaron nada menos que 4 discos suyos de extendida duración, todos para RCA: Honores a la Niña de los Peines, Mis recuerdos de Manuel Torre, La fragua de los Mairena y Saetas de Antonio Mairena.
En septiembre de 1975, en el momento en que Antonio se retiró de las actuaciones por problemas médicos, su pueblo, Mairena de Alcor, le dedicó la decimocuarta edición del festival que transporta su nombre. Allí estuvieron Curro y Manuel, pero asimismo Nano de Jerez, el Poeta de Alcalá y la guitarra de Melchor de Marchena. El "mairenismo" se plasmaba de esta forma en una actitud de ortodoxia en frente de la pureza de los cantes. Luis Caballero y mucho más últimamente el primer Lebrijano o José Menese fueron sus mucho más visibles portaestandartes.
En los años setenta, Mairena grabó una sucesión de discos bien interesantes; 2 para Ariola, de estilo muy puro: Antonio Mairena y Cante de Jerez y cantes festeros, los dos de 1972. Con Phillips efectuó el año siguiente Cantes de Cádiz y Los Puertos, y después Triana, raíz de cante. Para Zafiro logró antes de retirarse de los niveles Esquema histórico del cante por seguiriyas y soleares. Sin contar sus colaboraciones en proyectos colectivas, hay que refererir su tarea de productor y investigador de ciertos cantaores, como Juan Talega.
Mairena se encuentra dentro de las personalidades mucho más importantes de la historia del flamenco y quizás la más esencial de la segunda mitad del siglo XX. Destacó no solo como entre los mucho más enormes y terminados cantaores, sino más bien asimismo como estudioso y divulgador de este arte, así como detallan los productos, charlas y ensayos que han quedado compilados en sus libros Mundo y formas del cante flamenco (en colaboración con el poeta y flamencólogo Ricardo Molina) y Las confesiones de Antonio Mairena (edición de Alberto García Ulecia). Esta faceta académica le distinguió toda su historia del resto de los cantaores y también logró de él un personaje peculiar en el planeta del flamenco. Cantó asimismo en la película Duende y secreto del flamenco. Merecedor de los mucho más distinguidos honores que haya recibido nunca un artista flamenco, resaltan entre estos el título de Director Honorario de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folclóricos Andaluces de Jerez de la Frontera (1959) y la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1983).
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Por ese motivo, si eres del tipo de personas que creen en que cooperando se puede crear algo mejor, y posees información acerca de la biografía de Antonio Mairena, o sobre algún pormenor de su persona u creación que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de alguien como Antonio Mairena, que poseyó su trascendencia en un momento histórico concreto, es esencia procurar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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