Anthony Quinn

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que detentó Anthony Quinn en la historia. El modo en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a Anthony Quinn, sino que a caso legó una huella mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Anthony Quinn de modo personal.Anthony Quinn ha sido una de esas personas que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como Anthony Quinn, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa fundamental para que podamos valorar no sólo la vida de Anthony Quinn, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Anthony Quinn, aquellas personas a quienes de un modo u otro Anthony Quinn influyó, y ciertamente, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Anthony Quinn.

Las biografías y las vidas de personas que, como Anthony Quinn, seducen nuestra curiosidad, deben servirnos siempre como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Anthony Quinn, el motivo por el cual Anthony Quinn vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Anthony Quinn

(Seudónimo de Anthony Rudolf Oaxaca; Chihuahua, México, 1915 - Boston, 2001) Actor de cine estadounidense. De padre de origen irlandés y madre mexicana, desde pequeñísimo vivió en múltiples sitios de California. Tuvo que comenzar a trabajar próximamente, mientras que asistía a clase en el instituto Belvedere Junior Hight. La necesidad le llevó a estudiar toda clase de oficios, que desempeñó durante múltiples años (vendedor de periódicos, camarero, camionero, boxeador).

El teatro le interesó desde joven: asistió a la escuela de Katherine Hamil y con veintiún años comenzó en el Hollytown Theatre de Los Angeles. No obstante, situaciones distintas le forzaron a ver hacia el cine, medio en el que empezó a manifestarse en trabajos de "plus" en películas como La vía láctea, de Leo McCarey y Los buitres del presidio, de Louis Friedlander, las dos de 1936.

Sus condiciones y aspectos físicos le condicionaron para interpretar papeles muy propios (bucanero, sex-symbol, gángster o soldado y, transcurrido un tiempo, gerente de todo género de pueblos: indio, mestizo, esquimal, árabe y ruso) que le dejaron, sin embargo, lograr la seguridad que todo actor precisa.

Sus primeras intervenciones le abrieron de forma lenta la puerta (siempre y en todo momento con pequeños papeles) en películas de sobra renombre dirigidas por Mitchell Leisen (Empezó en el trópico, 1937) y Cecil B. DeMille (Búfalo Bill, 1936; Corsarios de Florida, 1937; Unión Pacífico, 1939), en las que supo probar que podía interpretar papeles con mucho más artículo. En esta época, donde trabajó en especial para la Paramount, se casó con la hija de DeMille, Katherine, resolución que, lejos de asistirle para progresar mucho más velozmente en la pantalla, le acarreó ciertos problemas.

En los primeros años 40 se trasladó a la Warner, estudio que le dio papeles mucho más atrayentes, y empezó a labrarse una relación con actores y actrices de renombre. Ciudad de conquista (1940), de Anatole Litvak, Sangre y arena (1940), de Rouben Mamoulian y Murieron con las botas puestas (1941), de Raoul Walsh, fueron ciertos de sus títulos. Se paseó por otros estudios como Paramount, 20th Century-Fox y RKO, en toda clase de comedias, aventuras, musicales, westerns. y resaltó en especial su participación en Incidente en Ox-Bow (1943), de William Wellman.

Al tiempo que consiguió la nacionalidad estadounidense en 1947, regresó al teatro para interpretar en Broadway The Gentleman from Athens y, más que nada, Un tranvía llamado Deseo, en el papel de Stanley Kowalski, en substitución de Marlon Brando. Al éxito teatral se unió de manera rápida el cinematográfico, ya que ahora le ofrecieron papeles mucho más atrayentes como el de Eufemio Zapata, hermano del líder campesino Emiliano Zapata que interpretó Marlon Brando en ¡Viva Zapata! (1952), de Elia Kazan, por el que recibió su primer Oscar de la Academia.

De su incursión en Italia brotó otro sonado éxito por el complejo papel de Zampanó en La strada (1954), de Federico Fellini, que alcanzó mucho más notoriedad tras el Oscar que recibió la película. De nuevo en Hollywood, su papel de Paul Gauguin, el amigo de Vincent van Gogh en la película El desquiciado del pelo colorado (1956), de Vincente Minnelli, le sirvió en bandeja su segundo Oscar al Mejor Actor Secundario.

Se sostuvo artísticamente entre Estados Unidos y Europa, con una fecunda trayectoria que, indudablemente, le dañó en el momento de escoger mejor sus papeles. No obstante, estuvo siempre y en todo momento entre los repartos mucho más atrayentes de los años sesenta y alcanzó una increíble notoriedad por sus intervenciones en Los cañones del Navarone (1961), de J. Lee Thompson, Barrabás (1961), de Richard Fleischer, Lawrence de Arabia (1962), de David Lean, y, en especial, Zorba el heleno (1964), de Michael Cacoyannis, con la que consiguió una exclusiva nominación al Oscar. En estos años se casó con Iolanda Addolori, a la que había popular en el rodaje de Barrabás.

Su estrella continuó reluciendo en las décadas siguientes para corroborar la excelencia de un actor con la capacidad de adoptar mil y una caracterizaciones y estar siempre y en todo momento a la altura de las demandas del guion. Su popularidad estuvo siempre y en todo momento sobre la rentabilidad de muchas de sus películas, como Las sandalias del pescador (1968), de Michael Anderson, La herencia Ferramonti (1975), de Mauro Bolognini, Los hijos de Sánchez (1978), El león del desierto (1979), de Moustapha Akkad, Valentina (1982), de Antonio J. Betancor, Fiebre salvaje (1991), de Spike Lee y de esta forma, hasta sus últimas visualizaciones en la enorme pantalla.

En televisión tuvo una destacable presencia en varios programas desde su primera intervención en un episodio de la serie "Philco Playhouse" (1949). Pasó por "Schlitz Playhouse of Stars"(1951-55), "The Ed Sullivan Espectáculo" (1963), las series "La localidad" y "El hombre y la localidad" (las dos de 1971) y "The Mike Douglas Espectáculo" (1971), entre otros muchos modelos de consumo televisivo. Dirigió solo una película: Los bucaneros (1958), de poco éxito. Cultivó la pintura y estatua en sus últimos años de vida, en los que continuó unido a la que fue su asesora especial, Kathy Benvy.

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Está claro que conocer en profundidad a Anthony Quinn es algo que está reservado a muy pocas personas, y que pretender reconstruir quién y cómo fue la vida de Anthony Quinn es una suerte de puzzleque probablemente lleguemos a rehacer si colaboramos juntos.

Por esta razón, si eres de esas personas que creen en que de modo colaborativo existen posibilidades de hacer algo mejor, y posees información sobre la vida de Anthony Quinn, o sobre algún faceta de su figura u creación que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de una persona como Anthony Quinn, que poseyó su importancia en un momento histórico concreto, es imprescindible intentar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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