Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que atesoró Anne-Robert Jacques Turgot en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para aquellas personas que conocieron a Anne-Robert Jacques Turgot, sino que tal vez produjo una señal mucho más vasta de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Anne-Robert Jacques Turgot de forma personal.Anne-Robert Jacques Turgot fue una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Anne-Robert Jacques Turgot, atraen nuestra atención, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Anne-Robert Jacques Turgot, porqué Anne-Robert Jacques Turgot vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.
(París, 1727 - 1781) Economista y político francés. Nacido en el seno de una familia de destacable experiencia política, abandonó la carrera eclesiástica antes de su ordenación. Trabó amistad con Condorcet, Pont de Nemours, Gournay y otros intelectuales próximos a la escuela fisiócrata de pensamiento económico. Tras terminar sus estudios de derecho, inició una triunfadora carrera en la administración que, en 1761, le dejó entrar al cargo de gobernador de la zona de Limoges, donde exhibió unas poco comúnes talentos administrativas; impulsó un catastro de la región y suprimió instrumentos impositivos desfasados, como las "corvées". Paralelamente escribió múltiples proyectos de teoría económica como Reflexiones sobre la capacitación y distribución de las riquezas (1766) o Cartas sobre la independencia de comercio del grano (1770). En 1774, Luis XVI le designó auditor general, y a lo largo de los un par de años en los que continuó en el cargo ingresó varias reformas, muchas de ellas orientadas a la abolición de los permisos de los terratenientes, cuyas intrigas provocaron su destitución.
Robert Jacques Turgot fue entre los mandatarios franceses mucho más representativos de la segunda mitad del siglo XVIII, y el que se consagró mucho más intensamente a una específica reforma económica y popular. Después de haberse afianzado brillantemente en la Sorbona, abandonó en 1751 la carrera eclesiástica, a la que había estado inclinado, y se orientó hacia la administrativa. Colaboró con un conjunto de enciclopedistas, y escribió distintos productos para la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert; se relacionó, además de esto, con los flsiócratas, y singularmente con su jefe, François Quesnay, si bien no compartía completamente el estricto "esprit de système" de semejantes economistas. Una enorme independencia, de hecho, lo sostuvo apartado de cualquier sistema esquemático abstracto; sus reformas, aun en el momento en que inspiradas en las premisas de la fisiocracia, no han quedado encerradas en semejantes límites.
Gobernador real de Limoges de 1761 a 1774, Turgot adquirió un conocimiento exacto de las demandas económicas de la zona, cuyas condiciones mejoró mediante una sucesión de valientes y correctas medidas, en las que han quedado comprendidas la abolición de las "corvées" y la substitución de exactamente las mismas por posibilidades monetarias, que intentó repartir con la mayor ecuanimidad. Al mismo tiempo favoreció las comunicaciones, la instrucción y el avance agrícola y también industrial, y hizo una intensa tarea de socorro con ocasión de las graves dificultades de 1770 y 1771.
La aptitud con que desempeñó su cargo le valió, en el mes de agosto de 1774, el ascenso de ministro de Hacienda del nuevo monarca, Luis XVI, dignidad que preservó hasta el mes de mayo de 1776. En el curso de estos un par de años se entregó decididamente a la dura misión de la reorganización administrativa y del fortalecimiento del crédito público; proclamó la independencia de comercio del trigo, entre los puntos escenciales del programa de los fisiócratas; eliminó los gremios y luchó con dura intransigencia contra las sinecuras de los nobles y los abusos de la administración.
Todo ello provocó violentas reacciones, tanto por la parte del pueblo, que atribuía a la supresión de los inconvenientes comerciales una acusada subida de los costos de los modelos agrícolas, como del lado de los intereses perjudicados. El Edicto del rey para la supresión de las "corvées" (1776), que escribió Turgot por encargo de Luis XVI, pretendía sustituir las "corvées" (posibilidades obligatorias de trabajo para proyectos públicas del Estado) por un impuesto territorial; tuvo el acompañamiento del rey, pero fue rechazado por el Parlamento adjuntado con otros cinco decretos que intentaban remover el control sobre los mercados, las pavordías y los patronatos. La caída de Turgot se realizó ineludible, y fue un hecho mortal para la evolución consecutiva de la situación política, que desembocaría en la Revolución francesa.
Los primordiales contenidos escritos del ilustre economista son El elogio de Gournay (1759), Reflexiones sobre la capacitación y la distribución de las riquezas (1766) y Cartas sobre la independencia de comercio del grano (1770). Turgot había trabado con Gournay una amistad que dejó profunda huella en su pensamiento y en sus directivas de reformador. Intencionadamente El elogio de Gournay se muestra como una nota biográfica, ofrecida como esquema a Marmontel para el "elogio" que asimismo éste preparaba; de todos modos resulta una perfeccionada exposición de la teoría de independencia del comercio que Gournay, en oposición al proteccionismo, había por vez primera estudiado y experimentado en exactamente el mismo ejercicio de su cargo de gobernador. Aparecen en esta obra las causas escenciales del pensamiento de Turgot, formado no solo bajo la predominación de Quesnay y de Gournay, sino más bien asimismo bajo la de los economistas ingleses, y dirigido siempre y en todo momento a hallar una distribución mucho más equitativa de los impuestos fiscales y un beneficio mayor y mucho más real para el tesoro público.
Escritas a lo largo de la época en que era gobernador en Limoges, las Reflexiones sobre la capacitación y la distribución de las riquezas se han publicado en 1766 y tuvieron enorme éxito; fueron traducidas al inglés y se reeditaron múltiples ocasiones hasta tras su muerte. Este ensayo fue un preámbulo de orientación general para el planteo de ciertas cuestiones sobre la economía francesa y apareció en la gaceta fisiocrática Éphémérides.
Las Reflexiones están divididas en cien apartados; los cincuenta primeros enuncian conceptos de la doctrina fisiocrática de Quesnay, que consideraba la tierra como única fuente de riqueza, y los otros cincuenta desarrollan, asimismo según la orientación fisiocrática pero con mayor autonomía, las cuestiones que se relacionan con la relación entre la producción agrícola y el consumo, relación que va a dar el índice del producto neto, esto es, de la riqueza, por el que es viable el pago de los impuestos y la subvención de la industria. Pero las industrias y shoppings quedan recia y fisiocráticamente excluidos de concurrir a la capacitación de la auténtica riqueza; libres del peso de los impuestos indirectos, que no debiesen subsistir pues interceptan el libre cambio y la rivalidad, se transforman en elementos activos de la prosperidad económica del país. La obra adelanta la economía política como ciencia, establecida por Adam Smith con las Investigaciones sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.
Póstumamente, en 1882, apareció la Correspondencia de Condorcet y de Turgot. Para su edición se partió de los autógrafos de la compilación Minoret y los manuscritos del Centro. Las cartas, cuyas datas engloban los años 1770-1779, documentan el ardor de los debates de entonces sobre las cuestiones sociales y de las reformas. Nicolas de Condorcet y Turgot detallan comunicar exactamente las mismas ideas sobre la independencia del comercio, según el rumbo fisiocrático; los dos se oponen poderosamente a los derechos consagrados de la tradición y creen en el valor formativo de la educación. Su correo trata de los razonamientos de la vida económica y política como se discutían a la sazón. Por sobre la vivacidad de intereses, reflejo de la sociedad de su tiempo, se siente con sus especiales letras y números propios la fuerte personalidad de los autores: en frente de un Condorcet violento y extremista, innovador y republicano, espíritu irreligioso y fanático, Turgot exhibe su talante sensato, espiritualista, condescendiente y monárquico.
¿Qué juicio te merece la vida de Anne-Robert Jacques Turgot? ¿Has encontrado todo aquello que suponías que ibas a encontrar?
Evidentemente conocer en profundidad a Anne-Robert Jacques Turgot es algo que se reserva a muy pocas personas, y que intentar reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Anne-Robert Jacques Turgot es una suerte de enigmaque con bastante probabilidad consigamos rehacer si colaboramos todos a la vez.
Por esta razón, si eres de esas personas que confían en que cooperando es posible crear algo mejor, y conservas información acerca de la existencia de Anne-Robert Jacques Turgot, o con respecto a algún faceta de su figura u creación que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre fundamentales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Anne-Robert Jacques Turgot, que tuvo su relevancia en una época determinada, es vital procurar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
contacta con nosotros para contarnos qué conoces acerca de Anne-Robert Jacques Turgot. Estaremos ilusionados de perfilar esta biografía con más información.