La historia de las civilizaciones la escriben las mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado queel mundo, de una forma u otra,prospere.
Apreciar las luces y las sombras de las personas significativas como Andrés Eloy Blanco, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que podamos valorar no sólo la existencia de Andrés Eloy Blanco, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Andrés Eloy Blanco, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Andrés Eloy Blanco influenció, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Andrés Eloy Blanco.
Las biografías y las vidas de personas que, como Andrés Eloy Blanco, seducen nuestra curiosidad, tienen que ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Andrés Eloy Blanco, porqué Andrés Eloy Blanco vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.
(Cumaná, 1897 - Ciudad de México, 1955) Escritor y político venezolano. Llamado El poeta del pueblo, marchamo del que exactamente el mismo Andrés Eloy Blanco se ufanaba, la obra de este poeta, quien fue además de esto político señalado en las filas de Acción Democrática, quedó como detenida para toda la vida en una fotografía fija. Ser el poeta mucho más habitual de Venezuela tiene asimismo sus restricciones, la menor de las que no fué espantar su obra de lecturas serias y arrimarla a lo folclórico, y asimismo a lo declamatorio (por el hecho de que Andrés Eloy Blanco fue un prominente orador, quizás el más destacable que tuvo Venezuela en el siglo XX) y a lo humorístico, vena que cultivó no solo en sus escritos periodísticos, sino más bien aun en sus versos. Capaz de entrenar con igual sencillez la poesía popular, el producto de opinión, el cuadro de prácticas, el ensayo, el teatro y la arenga política, sus proyectos terminadas, editadas por el Congreso Nacional en 1973, llenan diez gruesos volúmenes.
Hasta los 40 años, la vida de Andrés Eloy Blanco estuvo marcada por la oposición a regímenes dictatoriales y la opresión que padeció a resultas de las posiciones políticas de su familia o de las suyas propias. Hijo de Luis Felipe Blanco y de Dolores Meaño, este cumanés pasó parte de su niñez, desde los ocho años, en la isla de Margarita, donde su familia había sido recluída por manifestarse contraria al régimen de Cipriano Castro. Quién sabe si fue por apego a esta tradición familiar de inconformismo: la cuestión es que Andrés Eloy no aguardó a que se generaran las reconocidas manifestaciones estudiantiles del Carnaval de 1928 para significarse públicamente contra ese otro dictador, llegado al poder bajo el ala de Castro, que fue Juan Vicente Gómez.
Caraqueño de adopción desde inicios de la década de 1910, de manera rápida se incorporó a la vida cultural de la región. Desde la facultad, donde cursó estudios de derecho, participó activamente en los círculos estudiantiles. Ello le valió su primer encarcelamiento en la alarmante prisión de La Rotunda, en 1918. Asiduo del Círculo de Bellas Artes, en 1916 había recibido su primer galardón literario: la "flor natural" en los juegos florales de Ciudad Bolívar, con el poema "Canto a la Espiga y al Arado". Dos años después publicó un drama en verso, El huerto de la epopeya, destinado a los soldados caídos en la Legión Extranjera francesa, y a lo largo de la década de 1920 compaginó la abogacía y la escritura.
Publicó en 1921 Tierras que me oyeron, su primer libro, y en 1923 consiguió el primer premio en los Juegos Florales de Santander, en un certamen impulsado por la Real Academia Española de la Lengua, con su poema Canto a España. Ello le dejó viajar a España, donde frecuentó distintos círculos literarios. Antes de regresar a Venezuela fue escogido integrante de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, y, de paso por La Habana, se ingresó entre los escritores cubanos y los asilados de venezuela.
Pero fue desde 1928 en el momento en que se cuajó el destino político del escritor. Activo participante en los movimientos de queja de inicios de ese año, editor del periódico antigomecista El Imparcial y simpatizante del Frente de Acción Revolucionaria (FAR), tras el golpe del 7 de abril fue encarcelado nuevamente en La Rotunda, de donde sería movido al Castillo Libertador de Puerto Cabello, antes de ser recluído mucho más lejos aún de Caracas, en Timotos y en Valera. Fueron años de duro presidio, que las autoridades suspendieron en 1935 frente al agravamiento de su estado de salud para dejarle regresar a la ciudad más importante, pero eso sí, bajo expresa prohibición de difundir en prensa o charlar por radio. Esta última predisposición es un rastro de el reconocimiento que había alcanzado como orador.
Como no se le prohibiese, por otro lado, difundir obra literaria, dio a la prensa un grupo de contenidos escritos reunidos con el título Poda, escritos antes de su cautiverio, entre 1923 y 1928. Pero habría que aguardar a la desaparición del dictador a fin de que Andrés Eloy Blanco publicara sus primeros libros visibles: Barco de piedra (1937) y Baedeker 2000 (1938). Escrita en sus cárceles y preservada merced a la diligencia de sus hermanas, quienes en todos y cada visita que le hacían conseguían sacar sus contenidos escritos clandestinamente, esta una parte de su obra lo asegura como de los mejores exponentes de la poesía popular actualmente. El drama Abigaíl, de 1937, que representa lo destacado de su teatro poético, adjuntado con La Juanbimbada, comenzada a fines de la década de 1920, manifiesta su enorme sensibilidad al charla habitual y su rechazo de los hermetismos. Él mismo bautizó su forma de arrimarse a la verdad con el término "colombismo": "no es una exclusiva escuela. Es un estado del alma. Se trata de una actitud descubridora del poeta en contacto con la verdad de america".
Su carrera política tras la desaparición de Gómez se confunde con el apogeo del Partido Democrático Nacional (PDN), con cuyas iniciales fue escogido presidente del Concejo Municipal del Distrito Federal, y más tarde con la ascensión de Acción Democrática, en cuya fundación participó en 1941, exactamente el mismo año en que asimismo impulsó la creación del semanario político-satírico El Morrocoy Azul. Participó en la redacción del Código Civil de 1942, que se sostuvo en vigor en Venezuela a lo largo de 40 años. En 1945 fue diputado por el Distrito Federal, y un año después se desempeñó como presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, tribuna que le logró enormemente habitual merced a su talento oratorio. Fue ministro de Relaciones Exteriores en el corto gobierno del presidente Rómulo Gallegos, tras cuyo derrocamiento partió al exilio, primero a Cuba y por último a México, donde murió en un absurdo incidente de automóvil.
Escritor prolífico y polifacético, Andrés Eloy Blanco cultivó todos y cada uno de los géneros: poesía, cuento, ensayo, dramaturgia y periodismo, y fue un destacable humorista. Su única novela, El amor no fue a los toros, se editó en España en 1924. Su poesía, con salvedad de una corto incursión inicial en las vanguardias, da una mezcla de romanticismo tardío, folclorismo y autobiografismo testimonial. Debió su popularidad a sus glosas populares o "Palabreos" y al libro Poda (Saldo de poemas 1923-1928), con creaciones tan insignes como El limonero del Señor y el Canto a España, con el que consiguió el premio de la Real Academia Española en 1923. Siguen leyéndose hoy en dia varios de sus poemas de acento y temas populares: Angelitos negros (interpretado por vocalistas como Pedro Infante y Antonio Machín en su versión musicada), Palabreo de la desquiciada Luz Caraballo o El conejo blanco.
El año de su fallecimiento se publicó en México Giraluna, donde vuelve, según Juan Liscano, "a una privacidad sacrificada por la vida pública, reanudando los temas de su obra principalmente cariñosa, desprendida, idealista". Del resto de su obra literaria son interesantes los cuentos La gloria de Mamporal y Noche de Reyes; su biografía de José María Vargas, llamada Vargas, albacea de la angustia (1947); y, de sus diecisiete proyectos teatrales, el drama Abigaíl (1937).
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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Andrés Eloy Blanco, que detentó su trascendencia en un momento concreto de la historia, es esencia procurar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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