André Derain

La historia universal está escrita por aquellas mujeres y hombres quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel mundo, de un modo u otro,progrese.

Ya sea inspirando a otros o formando parte de la acción. André Derain es uno de esos sujetos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de André Derain es comprender más acerca de época determinada de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que atesoró André Derain en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en el mundo fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a André Derain, sino que a lo mejor legó una señal mucho más profunda de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a André Derain de modo personal.André Derain fue un ser humano que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Comprender las luces y las sombras de las personas relevantes como André Derain, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo sustancial para que podamos poner en valor no sólo la existencia de André Derain, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por André Derain, aquellas personas a quienes de de una forma u otra André Derain influyó, y por supuesto, entender y comprender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió André Derain.

Las biografías y las vidas de personas que, como André Derain, atraen nuestra curiosidad, deben servirnos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de André Derain, el motivo por qué André Derain vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de André Derain

(Chatou, 1880 - Garches, 1954) Pintor francés. Activo integrante del conjunto fauvista, sostuvo una angosta amistad con Matisse y fue un con pasión de la pintura de Cézanne. La creación de Derain se distribuye en distintos periodos, pero un denominador común siempre y en todo momento sigue: una singular pasión por las miniaturas francesas y por las proyectos italianas trecentistas. A diferencia de la mayor parte de sus colegas fauvistas que se interesaban únicamente por el color, Derain prestaba enorme atención a los inconvenientes de la manera. Poco a poco fue alimentando su inspiración en la naturaleza y en el arte de los viejos profesores; su dibujo fue haciéndose mucho más exacto y los volúmenes mas concentrados, al unísono que el color perdía la vivacidad del periodo de tiempo fauvista.

Terminados sus estudios de bachillerato, André Derain comenzó hacia 1895 a colorear y a conocer asiduamente el Louvre. En 1898 y 1899 frecuentó la Academia Camillo en París, donde conoció primero a Henri Matisse y a Albert Marquet y después a Georges Rouault; pasó una temporada en Bretaña y se interesó por las proyectos de Pont-Aven. De 1900 data su acercamiento con Maurice de Vlaminck, con quien compartió una investigación en Chatou y a quien le unió una enorme amistad; sus primeros cuadros fueron panoramas de Chatou. En 1902, con Vlaminck, vio las proyectos de Vincent van Gogh expuestas en la galería Bernheim-Jeune y comenzó a estudiar en hondura el arte de los museos.

A lo largo de esta etapa de capacitación leyó muchas novelas realistas y a autores como Friedrich Nietzsche; en pintura le impresionaron Paul Cézanne y Toulouse-Lautrec, cuyas proyectos descubrió en el Salón de los Independientes. En 1903 pintó el Baile de Suresmes; en 1904 se anotó en la Academia Julian y efectuó panoramas y naturalezas fallecidas; en esos años comenzó su interés por el arte negro y su amistad con el poeta Guillaume Apollinaire.

Entre 1905 y 1906 pintó panoramas que tienen que bastante al puntillismo de Signac, primero en Collioure, donde pasó un verano al lado de Henri Matisse, y después en Londres, donde recrearía exactamente los mismos temas que Monet había pintado solamente unos años antes. Pero mientras que las intranquilidades de los impresionistas se centraban en capturar la atmósfera matizada por la luz, las vistas del Támesis o del Parlamento londinense pintadas por Derain están regidas por la búsqueda de contrastes entre los colores primarios y sus complementarios. Derain no procuraba en la yuxtaposición de pinceladas la fusión retiniana del color, sino más bien una técnica que le dejara mostrarlo como és era de forma directa extraído del tubo.

Ejemplo de profundo cuadro fauvista es Vista nocturna del Parlamento, efectuado a lo largo de su primera visita a Londres en 1906. Es soberbio por su composición, su técnica y, más que nada, por el color. El espacio pictórico está dividido en 2 partes iguales por la diagonal de la línea de la orilla. La mitad superior está dividida, por su parte, por la utilización de distintas colores; los trazos azules horizontales y verticales caracterizan al edificio; las pinceladas mucho más extensas, el movimiento del cielo. Derain repitió este esquema con el agua del Támesis: la sección superior, clausurada por la línea de la orilla, está llevada a cabo a partir de pinceladas paralelas, al tiempo que el ancho espacio acuático, con las barcas, está traducido a través de pinceladas mucho más libres. Esta yuxtaposición de ritmos y colores imprime a la obra un increíble sentido del movimiento.

Otra obra capital de esta etapa es La danza (1906), un homenaje a la luz, el color y el sentido lúdico de la vida, a la joie de vivre. En este tema, que asimismo cultivaría su compañero de conjunto Matisse, Derain hace gala de un exuberante cromatismo, como buen integrante del movimiento fauvista, corriente pictórica interesada prioritariamente por explotar las habilidades sociables del color. A pesar de las duras críticas que en su día le hiciese Louis Vauxcelles, aún el día de hoy el espectador se siente seducido por las cautivadoras creaciones de Derain. En esta obra puede observarse la predominación de las estampas niponas, tan apreciadas por los artistas de finales del siglo XIX y principios del XX, en lo relacionado tanto a la sepa de visión como a la calidad traje y plana de los colores. Las líneas arabescas del traje de entre las bailarinas, asimismo aceptables en los árboles que forman el paisaje de fondo, muestran algunas concomitancias con otras producciones fauvistas de artistas contemporáneos, comenzando por nuestro Matisse.

En 1905 André Derain había expuesto en el Salón de Otoño adjuntado con Matisse, Vlaminck, Marquet y Rouault, y el reputado crítico de arte Louis Vauxcelles se había servido por vez primera del término fauve en una negativa reseña sobre este conjunto. En 1906 se dieron a conocer los primeros desnudos femeninos en su obra, viajó a Londres y comenzó a colorear la citada serie del Támesis. Derain fue el fauvista que empleó primera oportunidad como fuente de inspiración el arte etnográfico, del que llegó a tener una enorme compilación. Si bien su fauvismo pasó por muchas variantes, desde el puntillismo a la pincelada libre, lo mucho más característico son proyectos como las citadas o Puente de Londres (1906), pintada en enormes áreas de colores fuertes, con la visión distorsionada, las edificaciones recortados contra el cielo en contrastes de color verdes y azules y las masas de color que acotan la hondura.

De nuevo en París, arrendó una investigación en Montmartre y se relacionó con el conjunto del Bateau-Lavoire, donde recibió la predominación de Georges Braque y Pablo Picasso, si bien su pintura jamás se realizó absolutamente cubista. Por esos años efectuó sus primeras estatuas, inspiradas en su interés por la estatua primitiva; son tallas en piedra que representan figuras recias. Participó en todos y cada uno de los Salones de París hasta 1909, año en que expuso con Georges Braque y Kees Van Dongen en la galería Kahnweiler.

A partir de 1911 se alejó de los cubistas y, por predominación de los primitivos italianos y franceses, se inició lo que se dió en llamar su periodo gótico. En 1912 expuso en el Stedelijk Museum de Amsterdam y se comprometió en única con la galería Kahnweiler. Presentó asimismo su obra en el Armory Show de Nueva York en 1913, y en Moscú, Praga y Berlín. En estos años sus cuadros son una fusión de los estilos cubista y neoclásico; continuó haciendo estatuas talladas en piedra y máscaras influidas por el arte primitivo, en una dirección diferente a su pintura. Su primera exposición individual sucedió en la galería Paul Guillaume de París en 1918.

En 1928 recibió el primer premio del Carnegie Internacional de Pittsburg y en 1930 la galería Knoedler de Nueva York le dedicó una exposición individual; desde este instante se consagró en los Estados Unidos, donde efectuó varias exposiciones. Derain fue asimismo un prolífico ilustrador de proyectos literarias en el periodo de entreguerras. Su interés por la pintura tradicional lo llevaría en sus últimos años a regresar a artistas como Nicolas Poussin y Jean-Siméon Chardin, abandonando la actitud en fase de prueba que había caracterizado sus primeros años de trabajo.

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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre importantes, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de una persona como André Derain, que tuvo su significación en un momento histórico concreto, es vital intentar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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